El presidente del Colegio de Ciencias Económicas, Ennio Rodríguez, asegura que antes del necesario levantamiento de la regla fiscal para enfrentar la crisis provocada por el COVID-19, el gobierno debería presentar una “ruta clara” de financiamiento y un plan de reactivación económica.
Rodríguez aseguró a UNIVERSIDAD que existe una preocupación en el colegio profesional que él dirige, pues hay una crisis de salud evidente, pero no se están analizando las consecuencias económicas.
“Si solo se atiende lo médico, llegará el momento en que los recursos no alcancen ni para atender lo médico”, aseguró Rodríguez.
La Junta Directiva del Colegios de Ciencias Económicas envió el 8 de abril una carta al presidente de la Asamblea Legislativa, Carlos Ricardo Benavides, en la que externaron sus preocupaciones por la falta de claridad sobre la ruta que tomará el país tras esta emergencia.
En la carta se expone que previo a esta emergencia, el país cerró el 2019 con el déficit fiscal más alto de los últimos 40 años (7%), pese a haberse aprobado la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
“El resultado fiscal del año anterior refleja una prioridad por el lado de los ingresos y menor importancia dada a los esfuerzos de consolidación fiscal. Por su parte, el PIB venía creciendo a tasas bajas por debajo de su potencial y, consecuentemente, el empleo venía en aumento hasta alcanzar el 12% al cierre del año pasado”, dice el documento.
A este colegio profesional le preocupa particularmente la situación del endeudamiento del país, que pasó de un 24,08% del PIB en 2008 a un 59,3% el año anterior.
“Los analistas señalan los peligros de niveles de deuda de 60% y la amenaza de llegar al 70%, básicamente por el porcentaje del gasto que los intereses llegan a representar en el Presupuesto Nacional”, apuntan.
Para Ennio Rodríguez es claro que la emergencia obliga en lo inmediato a aumentar el gasto público, pero se debe pensar también de una vez cómo se va a financiar ese déficit que aumentará.
“El déficit va a crecer, eso es inevitable, porque se reducen los ingresos y la solución no es más impuestos en una economía más recesiva. El aumento del gasto es inevitable para palear las necesidades de la gente que cae en pobreza pero, ¿Cuál es la estrategia para financiar ese déficit?, ¿Se va a acudir al Fondo (Monetario Internacional)? ¿En qué condiciones? ¿Cuánto va a jugar el Banco Central financiando ese déficit?”, cuestionó Rodríguez.
El Colegio de Ciencias Económicas señaló que si bien el gobierno tiene razón en solicitar el levantamiento de la regla fiscal para aumentar el gasto en esta coyuntura, también debe presentar cuál será el plan para financiar ese déficit.
“No es solo un asunto de déjeme gastar más, que puede estar muy justificado ahora, la pregunta es cómo vamos a financiar eso sin entrar en más problemas”, dijo Rodríguez.
En la carta, el Colegio de Ciencias Económicas analiza en su carta algunas alternativas y considera que recurrir a financiamiento mediante la emisión de bonos en el exterior no es viable en las circunstancias actuales, mientras que recurrir a más deuda interna también será muy complicado.
“A su vez, el Banco Central, como fuente de financiamiento más allá del cortísimo plazo, en magnitudes significativas, puede tener consecuencias fuertemente desestabilizadoras que alimenten la inflación, una fuerte devaluación y hasta posible fuga de capitales”, dice el Colegio.
“El otro escenario puede ser solicitar apoyo a los organismos financieros internacionales; pero estos difícilmente acudirán sin primero tener una respuesta del Gobierno sobre cómo va a enfrentar los desequilibrios macroeconómicos y probablemente en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, agrega la carta.
El colegio profesional concluye su advertencia señalando que la discusión del levantamiento de la regla fiscal en la Asamblea Legislativa “es ocasión propicia para una discusión política y técnica de alto nivel sobre el marco fiscal general para la atención de las consecuencias de la crisis provocada por la pandemia, así como de la reactivación económica posterior”.
