La Corte Plena acordó esta tarde abrir una causa disciplinaria contra el magistrado de la Sala III, Celso Gamboa, por “interesarse en un expediente que no le correspondía”, en referencia a un recurso de casación interpuesto por el Movimiento Libertario, que, tras una serie de anomalías, acabó en las manos de Gamboa.
El acuerdo se dio por unanimidad y ahora le corresponderá al magistrado de la Sala I José Rodolfo León, la investigación correspondiente y la elaboración del informe final.
La apelación del Movimiento Libertario llegó luego de ser condenados por estafa al Tribunal Supremo de Elecciones al realizar capacitaciones ficticias. En ese momento, fueron sentenciados a prisión el exdiputado y vicepresidente del Movimiento Libertario, Ronaldo Alfaro; el excontador, Róger Segura; y el exsecretario de Capacitación, Carlos Solano.
Se condenó al Movimiento Libertario a pagar ¢309 millones del monto estafado, los intereses y las costas de la acción civil resarcitoria y del proceso judicial. Esta decisión fue apelada en casación, donde llegó a caer en manos de Gamboa.
Según la rutina preestablecida, el tema le tocaba por secuencia al juez número dos (José Manuel Arroyo o su suplente) pero el caso terminó en manos del juez número tres: Celso Gamboa. El cambio no fue inscrito en el sistema de cómputo como ocurre habitualmente.
El caso fue analizado y liderado por Carlos Chinchilla (presidente de la Sala III en ese momento), y posteriormente se votó el recurso como admisible para estudio por los magistrados Jesús Ramírez, Celso Gamboa, Carlos Chinchilla, Doris Arias y el suplente Jorge Enrique Desanti.
Por cuestiones de orden, el caso le correspondía al suplente del juez número 2, el letrado Jeffrey Gonzaga, sin embargo, algo sucedió después de que el proyecto fue admitido, porque el análisis del fondo del caso lo asumió Gamboa, quien ocupaba la posición número 3.
Esta es la quinta causa disciplinaria que se abre contra el magistrado de la Sala III, quien está suspendido de su cargo, luego de que trascendieran detalles de un viaje en el que coincidió con el empresario cementero Juan Carlos Bolaños, hoy en prisión preventiva e investigado por demanda calumniosa, simulación de delito, peculado y tráfico de influencias.
