El Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) instó a la Rectoría a suspender el curso lectivo, debido a la emergencia nacional por la pandemia COVID-19, que ya cobró la vida de una persona en el país.
El Consejo hizo la excitativa luego de la sesión de este miércoles y debido al “ambiente de incertidumbre” que se vive en la universidad, según indica un comunicado.
La solicitud es que se suspenda el curso “considerando los casos de excepción y la operatividad, así como el ajuste del calendario universitario”.
“El Órgano Colegiado dejó claro que dicha suspensión debe hacerse durante el periodo del estado de emergencia declarado por el Gobierno de la República, mediante el Decreto Ejecutivo N.° 42227-MP-S, del 16 de marzo de 2020”, se lee en el comunicado.
Hasta ahora, la Rectoría solo ha ordenado que los cursos se trasladen a plataformas virtuales y que se emplee el teletrabajo para parte del personal universitario.
Sobre la virtualización de cursos, el Consejo Universitario consideró “que tiene serias limitaciones para su efectiva implementación”.
“La Institución no puede garantizar la accesibilidad plena de las personas usuarias a las plataformas tecnológicas. Existen limitaciones tecnológicas y geográficas que puede afrontar la población estudiantil que habita en lugares sin acceso a Internet, a computadora e inclusive sin señal de celular, como lo ha manifestado la comunidad estudiantil, lo cual pone en situación desventajosa al estudiantado que no tiene acceso a recursos tecnológicos ni condiciones socioeconómicas que faciliten su aprendizaje”, determinó ese órgano.
De hecho, a pesar de las instrucciones de Rectoría, algunas facultades han optado por la suspensión total de los cursos, incluidas las clases virtuales.
El Consejo también le pidió a la Rectoría definir cuáles serían las implicaciones y previsiones legales, así como de ejecución presupuestaria que la UCR debe afrontar a corto plazo por los cambios que se realicen.
Además, resaltó que en días pasados estudiantes fueron desalojados de las Residencias Estudiantiles “de forma abrupta e inesperada, lo cual ha impactado a un grupo de estudiantes en vulnerabilidad social”.
