El presidente Carlos Alvarado justificó la fuerte caída en apoyo popular que se reflejó en la última encuesta CIEP-UCR, pues sostiene que se debe a los cambios importantes que el país venía relegando desde hace años.
“Mi gran preocupación como presidente es desatar los nudos que detienen el desarrollo de este país cueste lo que cueste. Si tengo que generar rechazos en algunos sectores en algún momento, entiendo que es parte de mi tarea’, contestó a la prensa esta mañana en El Coyol de Alajuela, donde inauguró una planta productora de dispositivos médicos de la empresa Medtronic.
La gestión de Alvarado recibe una opinión negativa del 65% de la población, casi el doble de lo que se registraba hace un año. Así se ve en las encuestas del Centro de Investigación de Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La nota que los encuestados dan a Alvarado cayó de 5 (en la escala 1-10) a 3.9 en los últimos cinco meses, lo que lo sitúa como la figura política peor calificada, frente a exmandatarios y presidentes de los supremos poderes.
Alvarado dijo que ese costo político debería dar réditos en el futuro por el trabajo que ha hecho. “Hay un mañana de esos esfuerzos que estamos haciendo, y eso es lo que me preocupa. Si hoy no hacemos eso, la próxima generación nos lo va a cobrar a todos y nos va a reclamar por qué no hicimos lo necesario’, añadió.
Por eso dijo que quizás haya fallado en formas de mejorar su popularidad, que la considera útil, pero descartó haber fallado en estos 16 meses de gobierno en las decisiones para ‘cambiar cosas’.
Así se refirió a sus acciones sobre política fiscal (impuestos y límites al gasto), educación dual, teletrabajo o las reglas de competencia, además de la transformación de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) y créditos de vivienda para familias de clase media.
El estudio del CIEP-UCR señaló también un aumento de la percepción negativa sobre la situación del país, el rumbo que lleva y el estado de la economía, con un crecimiento menor al proyectado y con una generación de empleos insuficiente, lo que mantiene la tasa de desempleo entre cifras máximas en la última década.
