País Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer

25-N: Víctimas y aisladas por la violencia machista

Mujeres víctimas de violencia tienen que retirarse temporalmente para romper el círculo de la violencia, lejos del agresor, de sus hogares y hasta de sus familias.

Graciela Alvarado fue víctima de violencia y ahora puede hablar de eso casi sin llorar. Han pasado tres años desde que ya no está con el agresor, pero aún recuerda días como el que tuvo que mentirle para que la dejara ir a hacer un examen al colegio; el día en que la echó de la casa cuando tenía seis meses de embarazo; o la vez que la amenazó con un cuchillo y le advirtió que si volvía a la casa la mataba. 

Los recuerdos de aquellos años de golpes, insultos y ofensas, no se borran tan fácil de su mente, ni de la de su hija de siete años. Graciela –nombre  ficticio para proteger su identidad- conoció a su expareja cuando tenía 16 años, a los 18 quedó embarazada y se fue a vivir con él. Al principio se enamoró, pero poco después todo cambió y la relación se transformó en episodios de exceso control, mentiras y violencia.

Graciela soportó muchos golpes de su expareja y aunque quiso regresar a la casa en donde vivía su madre en varias ocasiones, no pudo; además, no tenía trabajo por lo que la dependencia económica le impidió alejarse de él antes.

Ella se alejó del agresor desde hace tres años, pues fue una de las mujeres acogidas  por el Centro Especializado de Atención para mujeres afectadas por violencia del Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), un albergue temporal para quienes atraviesan una  situación con alto riesgo de femicidio y no tienen una red de apoyo.

-¿Sabe quién era la que la juntaba cuando estaba en el suelo?, pregunta la hija de Graciela mientras ella cuenta la historia….”Yo”, completa después. (Foto: Miriet Ábrego).

Las mujeres que llegan a los albergues del Inamu reciben atención médica y psicológica durante unos meses bajo extrema seguridad. Ellas tienen que enfrentarse a un proceso de aislamiento, porque es la manera en que pueden poner un alto al agresor y romper el círculo de violencia en el que están envueltas.

De acuerdo con las cifras del Instituto de la Mujer, al menos 270 mujeres han sido atendidas en estos albergues; 190 niñas y 184 niños.

La jefa de unidad de Albergues, Karen Murillo, explica que en los centros, las mujeres adquieren herramientas de empoderamiento  para que puedan defenderse y lleven una vida sin violencia; así como tratamiento psicológico para ellas y sus hijos si así lo requieren. 

“Ellas llegan atemorizadas, llorosas, con mucho dolor, tristeza, impotencia y con temor de poner una denuncia. Hay un tiempo en el que no se piensa en otra cosa más que un restablecimiento primario. Que se sepa que ese día o esa noche nadie la va a lastimar, nadie la va a golpear, que pueda dormir sin tener el temor o el pánico de que hay un cuchillo debajo del colchón. Que tiene la seguridad de que es un lugar que él no conoce”, explica Murillo. 

“El albergue debe ser la última alternativa y no porque sea mala, sino porque es separar a una persona de su vida cotidiana, de sus costumbres, de su casa, de su familia. A los niños de sus escuelas”, añade. 

Las víctimas pueden permanecer en los centros hasta 8 semanas, aunque la especialista señala que  la estancia de cada mujer depende de la voluntad de cada una para hacer un cambio, la reducción de riesgo, la facilidad para ser reubicadas y los recursos económicos. 

La idea es que cuando las mujeres salgan del albergue, puedan ser reubicadas lejos del agresor, aunque eso no siempre se logra. “El hecho de que muchas mujeres vuelven no es un fracaso, sino que vuelven con más herramientas. Los importante es el empoderamiento. Tiene que ir de la mano de una parte cultural”, indicó Karen Murillo.

Víctimas de violencia

 

Cifras de la violencia

Desde el 1 de enero hasta el 19 de agosto de este año, 5.912 mujeres han sido atendidas en la delegación de la mujer en distintos servicios de psicología, trabajo social y acompañamiento legal, según el Inamu. En el 2018 fueron 8.124. 

Entre 2017 y 2018 tuvimos un aumento en la demanda de atención en la delegación de la mujer. Es el servicio más grande que tenemos porque es donde tenemos la mayor cantidad de profesionales, donde se atiende mujeres de todo el país. Esas cifras para el año 2019 también se ve que aumentan”, dijo Ana Hidalgo, deja del departamento de violencia de género del Inamu. 

 

Para Hidalgo existen dos factores que inciden en el aumento de demanda de servicios, uno es el aumento de casos de violencia y la divulgación de campañas que invitan a las personas a denunciar casos de violencia, con la proposición de “buscar ayuda salva vidas”. 

“Hemos visto situaciones cada vez más de mayor ensañamiento, de mayor brutalidad contra las mujeres, de mayor daño e impacto. Muchas situaciones de tentativas de femicidio. Mujeres vinculadas con hombres que son parte de pandillas o que son narcotraficantes. Eso hace más compleja la salida de la violencia de las mujeres”, acotó la funcionaria del Inamu. 

El Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres reporta que durante este año 11 mujeres han sido víctimas de femicidio.

Eva Morera fue la víctima más reciente de femicidio, pues fue asesinada por su expareja el pasado 2 de noviembre en Barva de Heredia. Su  caso consternó a gran parte del país: tan solo tenía 19 años.

Marcha de la no violencia contra las mujeres del 2018. (Foto: katya Alvarado).

Día Internacional de la eliminación de Violencia contra las Mujeres

El 25 de noviembre se celebra el día Internacional contra la violencia de género (la efeméride se llama: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer) en conmemoración a las tres hermanas Mirabal, quienes fueron asesinadas en 1960 por orden del gobernador Rafael Trujillo, de República Dominicana, por oponerse a la dictadura. Ellas eran activistas políticas y estuvieron en la cárcel en varias ocasiones.

Desde 1981, la muerte de las hermanas se convirtió en Latinoamérica en un día para marcar la lucha de las mujeres contra la violencia en el marco del primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, que se realizó en Bogotá (Colombia). Más tarde, en 1999 la Organización de las Naciones Unidas (ONU),  lo convirtió en un día internacional.

 

 

 

Suscríbase al boletín

Ir al contenido