País Según estudio del Programa Estado de la Nación

10 cantones del país vulnerables a desastres, también son azotados por COVID-19

Entre los 10 cantones se encuentran Desamparados, Alajuela, San José, Puntarenas, Cartago, San Carlos, Aserrí, Pococí, Limón y La Unión. Estos lugares comparten condiciones estructurales como alta densidad poblacional, problemas de vivienda y hacinamiento, pobreza, malas condiciones laborales, etc.

Un estudio del Programa Estado de la Nación (PEN) reveló que al menos 10 cantones del país que han sido más vulnerables a los desastres naturales en los últimos 20 años, ahora también son mayoritariamente azotados por el COVID-19. 

De acuerdo con el artículo realizado por Leonardo Merino, existen 18 cantones que han sido calificados por el PEN como de alta incidencia; es decir, lugares golpeados por eventos naturales y desastres en las últimas dos décadas.

De estos 18 cantones, 10 poseen alta incidencia de desastres y a la vez registran mayor presencia del COVID-19 (entre los 26 que reportan más de 30 casos positivos). Estos son Desamparados, Alajuela, San José, Puntarenas, Cartago, San Carlos, Aserrí, Pococí, Limón y La Unión.

En detalle,  Desamparados, es el cantón con mayor número de desastres y cuarto lugar en casos de COVID-19; mientras que San José (cantón central), es el tercero en desastres y primer lugar en número de contagios registrados.

San Carlos, por su parte, es el segundo municipio con más casos registrados, y octavo en número de desastres en los últimos veinte años.

“Aunque estos tipos de emergencia no se explican por los mismos factores ni su abordaje es necesariamente igual, sí se identifican condiciones estructurales compartidas en varios cantones. Alta densidad poblacional en algunos casos, problemas de vivienda y hacinamiento, pobreza, informalidad, malas condiciones laborales, desorden territorial, cambios de uso del suelo y actividades productivas que no dan prioridad a la reducción de riesgos -tanto ambientales como de su población trabajadora”, señala Merino en su texto.

Estos aspectos pueden favorecer tanto el alto impacto de los desastres como la expansión de los contagios, en poblaciones que tienen limitadas capacidades para el confinamiento, derivadas de su situación socioeconómica, de vivienda y de trabajo.

“Tanto el COVID-19 como la temporada de lluvias pueden generar pérdidas conjuntas en vidas, salud, empleo y economía, que afectarán de manera diferenciadas los territorios. Para esto, es central que el diseño de las políticas públicas considere lo particular de las regiones y los cantones específicos, a partir de datos, tanto para atender la situación actual como para anticipar y abordar lo que viene después”, destaca el estudio. 

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