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Tarjetas identificadoras de billetes para no videntes necesitan socios

Dispositivo fue diseñado por el director de la Escuela de Artes Plásticas, Eric Hidalgo, y su modelo de producción ha permitido
  • Dispositivo fue diseñado por el director de la Escuela de Artes Plásticas, Eric Hidalgo, y su modelo de producción ha permitido que se distribuya de manera gratuita.

La Universidad de Costa Rica (UCR) se encuentra actualmente en la búsqueda de alianzas para la distribución de unas 2.500 tarjetas que permiten a personas ciegas reconocer las distintas denominaciones de billetes.

Se trata de una tarjeta diseñada por el director de la Escuela de Artes Plásticas, Eric Hidalgo, quien desarrolló el mecanismo con el objetivo de beneficiar a las más de 10.000 personas que sufren algún tipo de discapacidad con proyección de actividad económica activa.

La tarjeta se presentó en el año 2013 y se distribuye desde 2014 con el apoyo del Patronato Nacional de Ciegos (Panaci) y otras instituciones especializadas; sin embargo, actualmente necesita de más alianzas a nivel regional para llegar a más personas dentro y fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).

Según los datos de distribución manejados por la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova-UCR), ya se han colocado unas 2.500 de las 10.000 unidades que se imprimieron en el año 2014, por lo que el nuevo objetivo será colocar al menos otras 2.500 en los próximos meses.

Para ello, la Unidad pretende encauzar más alianzas como la que actualmente sostiene con el Panaci y otras instituciones como la Fundación Hellen Keller, entes que se han encargado de llevar el producto -de forma gratuita- a su público meta.

Al respecto, el académico y creador del dispositivo, Eric Hidalgo, aseguró a UNIVERSIDAD que su distribución es esencial porque se trata de un dispositivo que ha logrado satisfacer las necesidades para las cuales fue creado; principalmente porque ha servido como un medio sencillo para evitar estafas o cualquier tipo de confusiones.

“La tarjeta lo que permite es que la persona ciega verifique y corrobore con precisión cuál billete tiene en su mano, lo que permite que no dependa de métodos un poco riesgosos como hacerlo por contraste o por memoria táctil”, subrayó Hidalgo.

“La tarjeta se utiliza de forma muy sencilla, solo se envuelve la tarjeta con el billete y, como cada billete tiene una medida diferente, la tarjeta está diseñada para que el billete alcance un escalón diferente”, explicó.

Según Hidalgo, otra ventaja de la tarjeta es que se pensó para beneficiar a todas las personas con algún tipo de ceguera y no solo a aquellas que saben leer braille, puesto que no todas han adquirido este aprendizaje por distintos motivos.

Así mismo, cuenta con colores para las personas con baja visión, pero que logran distinguirlos. Así, el diseñador aseguró a UNIVERSIDAD que la tarjeta logró cumplir su función como una solución “eficiente, económica de producción y lo más intuitiva posible”, puntos que considera elementales y por los que desea que la tarjeta siga llegando a la población para la que fue diseñada.

EL “NEGOCIO”

Para poner la tarjeta al servicio de la población con algún tipo de discapacidad visual, Hidalgo solo solicitó que su método de distribución permitiera que llegara de forma gratuita a las personas beneficiadas.

Así, desde la Universidad se buscaron alianzas primero para la producción y luego para la distribución, proceso que sigue en marcha.

“Se hizo un modelo de negocio en el que la tarjeta la imprimió un patrocinador, de forma que pudiera llegarle de manera gratuita a la persona ciega, tuviera o no tuviera recursos”, explicó Hidalgo.

“Eso no era lo importante en este caso, lo importante era que cualquier persona que la ocupara pudiera tenerla gratuitamente”, complementó.

En el caso de la producción, el diseñador explicó que el primer ti- raje fue patrocinado por el BAC San José, banco que participó del proyecto como parte de su programa de responsabilidad social corporativa.

Por otro lado, la distribución se ha concretado con alianzas, método que ahora busca fortalecerse para expandir la distribución de la mejor manera posible.

Para su creador, la tarjeta “satisfizo la necesidad para la que fue creada”, punto por el que ahora de- sea potenciar este proceso e, incluso, pensar en un segundo tiraje.

“Aquí lo importante es que las personas ciegas que, por supuesto, también manejan dinero, puedan tener una idea fehaciente de cuánto dinero tienen y que puedan saberlo por sí mismos”, puntualizó el encargado.

“Si te ponés a pensar, la persona ciega en muchos aspectos depende de terceros, pero no siempre -aún en buenos términos- deberían tener que hacer públicas sus circunstancias personales”, subrayó.

Por su parte, la gestora de innovación de Proinnova a cargo de acompañar el proceso, Yorleny Campos, añadió que precisamente el máximo objetivo del proyecto en la actualidad es alcanzar esas zonas a las que -por distintos motivos- no se ha podido atender, principalmente aquellas “más alejadas del Valle Central.

Según Campos, para esta será necesario encontrar organizaciones regionales dispuestas a realizar el proceso de distribución, puesto que el Panaci (principal aliado) se encuentra centralizado en San José.

EL TRABAJO CONTINÚA

Trabajar en beneficio de la población con algún tipo de discapacidad visual no ha sido un proceso sencillo para Hidalgo.

Según reconoce, con el paso del tiempo se identifican cada vez más necesidades, por lo que además trabaja en otro par de proyectos que permitan a esta población verificar la denominación de sus monedas y para facilitar su proceso de firma en documentos importantes.

“Se detectó que quedaban por re- solver otras necesidades que podían atenderse de manera parecida”, co- mentó Hidalgo.

“Por un lado, generar un mecanismo para identificar monedas con estilo de calibrador y, algo que ya habíamos empezado, pero que no lo habíamos resuelto, que se trata de una tarjeta de guía para las firmas”.

Al respecto, el diseñador aseguró que ambas herramientas se idearon con el objetivo de atender otras necesidades de la población, para las que también resulta importante garantizar su autosuficiencia en actividades cotidianas.

“Estoy trabajando en eso para bus- car una solución que sea bastante práctica”, comentó Hidalgo, quien además reconoció que el dispositivo para la firma sería empleado -en primera instancia- dentro de la propia UCR.

“Son proyectos que están incipientes en el sentido de que no están totalmente concluidos y falta todavía hacer sus validaciones, pero ya el de la guía de firmas no es la primera vez que se realiza, por lo que sería únicamente hacer una adaptación, y el de las monedas apenas está en su etapa de diseño”, concluyó.

De esta manera, Hidalgo espera seguir colaborando con la población con problemas visuales, comunidad que representó más del 5,8% de los habitantes del país en el último Censo Nacional de Hogares (2011).

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