El Programa de Apoyo Técnico a Instituciones Públicas relacionadas con Alimentación y Nutrición de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el proyecto Póngale Vida han sido personajes clave en la historia que acompaña la reciente reforma a la oferta nutricional desarrollada por el Ministerio de Educación Pública (MEP), llamada Costa Rica Saludable.
El proyecto de investigación “Prevención de la obesidad infantil por medio de un diagnóstico y apoyo didáctico para la educación alimentaria y nutricional y actividad física en niñas y niños escolares de I, II y III grado” (A4-332) y el proyecto de acción social “Promoción de estilos de vida saludables para la prevención de la obesidad infantil en niños y niñas de I Ciclo de escuelas del área de atracción del PAIS” (ED-2427) son el inicio de un proceso que se fue hilvanando poco a poco hasta llegar al Programa de Apoyo Técnico y a Póngale Vida.
Según Xinia Fernández, del Programa de Apoyo Técnico a Instituciones Públicas relacionadas con Alimentación y Nutrición, se ha desarrollado un proceso de apoyo técnico para el fortalecimiento de capacidades, sobre todo, en la administración de los servicios de alimentación complementaria, selección de beneficiarios, vigilancia del estado nutricional, evaluación de impacto y educación alimentaria y nutricional. De igual forma, se ha dado apoyo a procesos que brinden seguridad y soberanía alimentaria, abogacía y políticas públicas, además de canales de comunicación y vinculación internacional.
Para el proceso de consolidación de este cambio nutricional implementado en los comedores, el Programa ha desarrollado procesos de diagnóstico en más de 2000 centros educativos. Asimismo, ha analizado mediante diagnósticos detallados más de 150 centros educativos pertenecientes a una muestra representativa de todo el país elemental para los estudios previos de esta reforma reciente.
“A partir de estos diagnósticos se diseñó el nuevo menú con todo lo requerido (análisis de costos, diseño de manuales, propuestas de equipamiento, etcétera) y, además, se diseñó el nuevo sistema de gestión para el Programa de Alimentación y Nutrición del Escolar y el Adolescente (Panea), que define todos los procesos que se ejecutan en el programa, desde la planificación hasta el servicio de los alimentos. También, involucra las áreas de educación, comunicación e información y monitoreo del estado nutricional”, explicó Xinia Fernández, miembro del Programa.
La reforma pretende no sólo fomentar el consumo de frutas, agua y verduras, sino también busca implementar tiempos adecuados de alimentación y servir porciones adecuadas para cada grupo etario que convive en el centro educativo, mediante menús diferenciados. El proyecto se basa en tres procesos claves: educación alimentaria, monitoreo del estado del programa y alimentación saludable.
Según Sonia Marta Mora, Ministra del MEP, esta reforma significa una inversión de ₡38 mil millones para Panea.
De esta forma, durante el 2018 se implementará este proyecto que propone 5 tiempos de alimentación al día, un menú nutricional que varía según el horario de cada estudiante. Todos estos elementos forman parte de un macroproyecto de reforma desarrollado entre el MEP y la Escuela de Nutrición de la UCR.
Póngale vida: modelo a seguir
La actual reforma a la oferta nutricional en comedores escolares es la segunda fase de un proyecto de tres pasos.
Mauricio Villegas, Gestor de Innovación de Proinnova, institución a cargo de Póngale Vida, explicó que, inicialmente, se desarrolló un diagnóstico en los comedores escolares. Luego, sigue el proceso que se está llevando a cabo en este momento, el cual consiste en implementar las mejoras en los comedores; y el tercer paso es la implementación de la propuesta didáctica Póngale Vida en las aulas y espacios de recreo de los alumnos. Esta fase está por ejecutarse.
“En el 2015 surge la oportunidad de trabajar con el apoyo del MEP para llevarlo a nivel nacional (el proyecto Póngale Vida) y Proinnova apoya a la Dra. Fernández y su equipo en el cálculo de los costos, elaboración del cronograma y negociación de los contratos con el MEP”, destacó Villegas.
Póngale Vida es un proyecto que ha explorado todos los escenarios que pueden afectar la habilidad de los niños y niñas a la hora de tomar decisiones con respecto a su alimentación y a su actividad física.
En este modelo, se desarrollan “estrategias para el aula, la escuela, la familia y la comunidad, lo cual involucra un trabajo con instituciones del Estado, como el MEP, a través de sus oficinas locales, escuelas, juntas de educación, comités de nutrición de cada escuela, docentes, familias, municipalidades y grupos organizados de las comunidades”, recordó Xinia Fernández, inventora del proyecto.
Póngale Vida® es actualmente una marca registrada de la UCR desde el 2013, gracias al apoyo y seguimiento de Proinnova. Desde el 2016, este proyecto forma parte del macroproyecto implementado actualmente por el MEP.
Este proyecto ha cubierto con su modelo a más de 7 mil escolares y preescolares. Además, ha capacitado a más de 600 docentes, personal administrativo y de comedores escolares, así como 120 líderes comunitarios y más de 30 madres y mujeres líderes para la prevención de la obesidad infantil.
Obesidad infantil
El combate a la obesidad infantil es uno de los principales objetivos de este proyecto. La alarma sobre esta problemática se encendió con el Censo de Peso y Talla 2016, desarrollado por el Ministerio de Salud, el MEP y Unicef.
El estudio indagó a 347.379 estudiantes, de los cuales 178.417 fueron hombres y 168.962 mujeres, con representatividad nacional. El análisis mostró que un 64% del estudiantado censado estaba con talla “normal”, 20% con sobrepeso, 14% con obesidad y 2% con desnutrición.
Se evaluaron también los tamaños de porción, valor nutritivo, calidad e inocuidad del menú durante el 2016.
“Se concluyó que existen focos de desnutrición, pero estos nunca llegan a más del 5%, lo cual demanda un cambio de paradigma en los programas de alimentación escolar. Todo lo anterior generó evidencia para fundamentar el diseño final del menú”, destacó Xinia Fernández, del Programa de Apoyo Técnico.
“Se hace necesario contar con el fortalecimiento de políticas públicas que establezcan estas acciones de forma oficial, y que universalice el derecho de los niños y las niñas a la alimentación saludable, la actividad física, educación alimentaria y nutricional, así como la disponibilidad de recursos materiales y profesionales de nutrición que garanticen que los programas nacionales relacionados promuevan la salud y contribuyan a la prevención de la obesidad infantil”, añadió.
Esto es justamente lo que se materializó en esta reforma nutricional que afectará a más de 800.000 mil estudiantes en el país. El cambio en los centros educativos se hará paulatinamente durante este 2018.