Los Libros

Julieta Pinto: Esbozo de su itinerario intelectual

El mundo de las letras en nuestro país está de manteles largos al celebrar en vida el centenario del nacimiento de una de sus grandes glorias femeninas: Julieta Pinto, a quien suelo denominar con el calificativo de “la dama de las letras”. Porque Julieta ha sido eso: una notable escritora, prolífica en su multifacética producción; de un alto nivel estético en su forma, que oscila entre la denuncia social, inspirada en una estética realista y una prosa poética; que denota una sensibilidad espontánea pero no por ello menos cultivada, gracias a sus estudios universitarios y a su vasta cultura personal.

Haciendo derroche de una sensibilidad equilibrada sin caer por ello en la sensiblería, gracias a sus dotes de mujer y madre, seria en su oficio de escritora, Julieta ha convertido en arte su versión humanista de la vida, con un firme compromiso con los sectores marginados de la sociedad, especialmente de origen campesino, a quienes ha dado voz y presencia con su pluma de exquisita técnica narrativa.

Valga la pena destacar que sus personajes son tomados de una realidad social y cultural que se sitúa en las antípodas de sus orígenes familiares de carácter oligárquico. Pero su inclaudicable compromiso ideológico no le ha causado ninguna crisis moral de culpabilidad, ni existencial de identidad. Todo lo contrario, la indagación sobre los orígenes genealógicos del apellido paterno la llevó a incursionar en el género estético propio de la novela histórica, pero imprimiéndole un carácter biográfico. Con ello pudo no solo satisfacer su legítima curiosidad por saber de dónde procede su sangre, sino que también logró describir acontecimientos que han marcado la historia y el destino mismo de nuestra nación. La búsqueda de la identidad personal y familiar, se convirtió, gracias a su talento y a su creatividad literarias, en un fascinante viaje por los meandros de la historia de nuestro país.

Conmueve su ternura por los niños, que la llevó a escribir relatos que hoy son parte imprescindible, cuando se trata de mencionar ese subgénero literario en la historia de la literatura infantil y sobre los niños en nuestras letras. Su pluma se vuelve denunciante, incluso, severamente crítica en contra del gobierno de su propio partido, al que señala como claudicante cuando está en juego la defensa de los valores democráticos, aún al precio de enfrentar a tiranías sangrientas. Y todo eso hecho en caliente, es decir, tomando posición sin tapujos ni segundas intenciones, en defensa de quienes arriesgan sus vidas por construir una Centroamérica libre y soberana, aún a riesgo de ver perturbada nuestra paz doméstica al tomar distancia de potencias tradicionalmente consideradas amigas.

Pero considero que hay una obra de Julieta que merece ser destacada de manera singular, como singular es el lugar que ocupa en la historia de la literatura costarricense. Me refiero a la novela-ensayo El despertar de Lázaro. Esta obra, por su temática rebasa y de lejos lo que se suele esperar de una novela como perteneciente al género de ficción, pues igualmente muestra rasgos de ensayo metafísico. Aquí Julieta Pinto se muestra como una escritora dotada de una impresionante dimensión filosófica, pues ha llegado a su madurez existencial e intelectual, que le permite enfrentar su propia tradición religiosa ante el dilema del dolor y de la muerte.

Sus hasta entonces hondas convicciones metafísicas se ven conmocionadas; frente a lo cual la respuesta, contrario al complaciente final del bíblico libro de Job, no es complaciente. La duda metafísica, por no decir la opción por una posición agnóstica muestra que, para nuestra autora, la humana existencia plantea preguntas frente a las cuales ninguna respuesta satisface ni existencial ni intelectualmente. ¿Es la muerte un punto final de la humana existencial, o tan solo un puñado de puntos suspensivos? Si la respuesta es volver a una vida como la que solemos soportar, más que disfrutar los seres humanos, ¿qué sentido tiene si de una vida tan desgarradoramente injusta y e inhumana se trata?

Luego de este esquemático itinerario de la trayectoria literaria de nuestra gran escritora, solo cabe concluir que, al llegar a los cien años de su prolífica vida, Julieta Pinto González se ha hecho acreedora a todos los honores, con que los pueblos agradecidos honran a los más conspicuos cultores de los mejores y mayores valores que anidan en el corazón del ser humano.

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