Diario secreto 1836-183
Alexander Pushkin
Editorial Funambulista
2011
Siempre se discutió y especuló acerca de la existencia de un diario íntimo del poeta ruso Alexander Pushkin (1799-1837), el cual permaneció oculto y censurado, tanto durante la época zarista, como en la época soviética (URSS). Yo mismo lo busqué infructuosamente. Hoy me congratulo de tenerlo en mis manos gracias a la traducción de Olga Volkonskaya y el prefacio del “salvador” del mismo, Mihail Armalinsky.
A pesar de su publicación, este diario, objeto de culto, sigue siendo motivo de controversia. Según Armalinsky, en un prefacio necesario, el manuscrito llegó a sus manos gracias a un historiador, un tal Nikolai Pavlovich, quien se lo entregara en Moscú en 1976. En una maniobra casi de espionaje con la embajada holandesa, logró que se lo hicieran llegar a Estados Unidos, destino de su exilio.
El Diario fue escrito en francés por el poeta, quizás para evitar una lectura masiva en la entonces Rusia zarista: “Mis contemporáneos no deben saber tanto de mí como les estoy permitiendo a las generaciones futuras”. No fue revisado por el poeta y por ello se notan las ansias apresuradas del escritor por dejar constancia de sus vicisitudes familiares, erótico/sexuales, matrimoniales, financieras y políticas, en su último año de vida. A su vez, se subrayan las escabrosas relaciones, casi enfermizas, con el Zar Nikolai I Pavlovich y su futuro ejecutor Georges D´Anthès, militar francés en la corte rusa; ambos acosadores de su esposa, la bella y asediada Nataly Goncharova.
Alexander Pushkin, considerado poeta nacional por antonomasia y padre de la literatura moderna rusa, da rienda suelta a todas sus experiencias sexuales y orgiásticas con damas de la alta sociedad, empleadas domésticas, mozas campesinas, prostitutas y hasta con las hermanas de su propia esposa. (Paradoja: ¡el diario está dedicado a la Goncharova!). Inicia ofreciéndonos una biografía erótica sobre su relación con Nataly, desde su desfloración, hasta la cotidiana realización del acto sexual solamente para aplacar el deseo de la esposa hacia otros varones, cuando el suyo ya se ha evaporado: “¡Qué alegría era para mí conducir a mi Nataly por los senderos sinuosos del placer y la pasión hasta el paroxismo del dolor exquisito del orgasmo! Cuando por primera vez la volví de espaldas, se abrieron ante mí sus nalgas redondas, firmes y nacaradas”.
El erotismo está a flor de piel. Igual la crítica al matrimonio y el canto a la poligamia y a los poliamorosos. Abundan las descripciones explícitas del sexo como experiencia personal, en todas sus formas, arrebatos y posibilidades, y con una extensa colección de mujeres. Los aforismos y frases reveladoras abundan: “(…) en la vida hay que escoger entre una buena esposa o una amante extraordinaria”. “(…) el amor es mi única salvación pues me libera del pasado y del futuro, haciendo que goce del hoy, del momento feliz”. “Si el tiempo se detiene para el enamorado, entonces estar permanentemente enamorado es el único modo de detener el transcurso del tiempo”.
Más perlas: “Un seno desnudo está expresamente pidiendo ser besado y el nimbo alrededor del pezón es el halo de la divinidad”. “La inmortalidad de la vagina femenina no está en sí misma, sino en ser una gran omnívora. Un pene tiene su carácter y puede demostrarlo al no erguirse, mientras que el sexo femenino siempre está dispuesto. No sabe decir no. No puede rehusarse”. “Las mujeres están llenas de falsedad: las damas de la alta sociedad pretenden que no quieren, y las prostitutas que sí”. “La mentira humana partió de la vergüenza. La vergüenza es el ocultamiento hipócrita de lo que poseemos. Si nos liberáramos de la vergüenza, también nos liberaríamos de la mentira y no quedaría nada de demoníaco en la sociedad humana. Sólo habría amantes felices”. “El tálamo nupcial es la cuna de la pasión, que con el paso del tiempo se transforma en su tumba”.
Prosigamos con otras muestras del poeta seductor: “Según mi punto de vista, los libros y las mujeres tiene mucho en común. Abrir un libro es lo mismo que separar las piernas de una mujer: el conocimiento se revela ante la mirada. Cada libro, como cada mujer, tiene su olor muy especial, aunque esté impreso en la misma imprenta y con la misma tinta tipográfica”. “La principal diferencia entre un libro y una mujer consiste en que me atrae más un libro inteligente, es decir: la belleza de su portada no tiene ninguna importancia para mí”. “Mi biblioteca es mi harén…”. “La diferencia entre una prostituta y una mujer ´decente´de la alta sociedad consiste en que la primera te da un precio exacto y lo expresa abiertamente, mientras que la mujer decente no quiere comprometerse con una cifra concreta, y trata de sacar lo más posible”. Y hay mucho más.
Supongo que para muchos admiradores del poeta ruso este diario puede ser violento, pues rompe con su idealizada imagen romántica. Lo mismo para muchas lectoras contemporáneas. Es evidente que hay machismo, sexismo y misoginia en las anotaciones del bardo peterburgués de claros rasgos negroides (recordemos: su abuelo era etíope; por cierto, hay en el diario un autorretrato francamente grotesco). Empero, hay honestidad a toda prueba. Y ese es su valor: dejar por escrito la pasión por la poesía, la vida y las mujeres sin remilgos. Es la visión insólita de uno de los poetas más importantes del siglo XIX acuciado por el sexo, el dinero, la fama y el compromiso político, el cual reflexiona con valentía de cara a su muerte. Todo teñido por ese concepto decimonónico tan caro a Pushkin pero, paradójicamente, símbolo de la doble moral: el honor caballeresco.
Leer esta páginas nos colocan ante un ser nacido para la escritura, la pasión y la muerte. Describe sin tapujos las dificultades de su vida conyugal y su lujuria, es decir, las abundantes aventuras y cacerías como coleccionista de placeres y su ambigua relación con la aristocracia rusa, su trivial ampulosidad y su política. Pero el centro del texto es la mujer, su libido, su sexo: “Yo no idolatro a una u otra mujer, sino su vagina. Y cuando el fuego de mi oración empieza a debilitarse, me dirijo hacia un nuevo sexo, para seguir conservando esa chispa divina. Una sola mujer no es capaz de sustituir el mundo entero de las mujeres”. “Entonces el alma de una mujer se oculta en su vagina y no en su corazón”.
Naturalmente, lo recomiendo.