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La génesis del autor

Este libro tiene la particularidad, a mi modo de ver, de permitirnos conocer la génesis de este escritor.

Con el lápiz en la mano

Álvaro Rojas Salazar

Ensayo

EUNED

2017

Este libro tiene la particularidad, a mi modo de ver, de permitirnos conocer la génesis de este escritor. Es casi identificable cronológicamente su proceso formal en el estilo y tratamiento de temas y personajes, así como sus preferencias e inquietudes literarias.

Pero sobre todo es un libro generoso. Álvaro Rojas nos convida a pasar a su biblioteca, nos lleva de la mano y nos va presentando, desde las estanterías de su memoria, las lecturas que ha gozado.

Desde luego no es un libro exhaustivo, apenas recoge algunos de los muchos textos sobre sus lecturas.

Predominantemente se trata de reseñas y comentarios, alguna crítica literaria, pero elude el comentario mordaz que puede desestimular el tímido lector nacional que, como tristemente lo demuestra la Encuesta Nacional de Cultura 2016, es esquivo.

No. Álvaro cuenta en este conjunto de artículos su gusto literario, su pasión por los libros y lo hace con estilo apasionante que contagia su adicción.

El libro esté dividido por géneros: poesía, cuento, ensayo, novela, novela costarricense y algo que llama periodismo, crónica y entrevista, donde revela su interés por la crónica, que, como decía antes, cuajará en un libro aparte acerca del río Telire.

En la sección de poesía, destaca el artículo dedicado al nicaragüense Salomón de la Selva. Un descubrimiento para el autor cuya sorpresa y admiración logra transmitir a sus lectores.

En la sección de ensayo, no se trata de lecturas sobre el género sino reflexiones del mismo autor que una vez más dejan ver sus temas de interés.

La sección más extensa es la de novela, lo que muestra la preferencia del autor por este género narrativo, y tiene un aparte de novela costarricense.

En novela latinoamericana se ocupa de autores como el colombiano Juan Gabriel Vásquez o el mexicano Julián Herbert, así como Rodrigo Rey de Guatemala, algunas novelistas estadounidenses esenciales como Mark Twain, Dos Pasos, Hemingway, Faulkner, y más recientes como Cormac McCarthy. En este apartado ocupa un espacio importante Mario Vargas Llosa, a quien analiza con disfrute. También hay un profundo ensayo literario, que es como un homenaje al cubano José Lezama Lima y su novela Paradiso.

En la sección de novela costarricense, hace referencia a algunos núcleos temáticos a partir de hitos históricos, como la guerra civil de 1948, o la guerra de 1856, que darían para mucha literatura.

Luego, con gran tino, pone atención especial en autores como Gerardo César Hurtado, quien ocupa un sitial junto a sus compañeros de generación como Carmen Naranjo, Alfonso Chase y Samuel Rovinsky, entre otros. De Gerardo César comenta varias novelas y lo ubica en el escenario narrativo nacional, con lo que identifica una corriente literaria costarricense que es poco estudiada.

En todo caso, este libro es una compilación de textos publicados no reclaman una integración discursiva más que la visión de su autor en el momento en que los escribió, pero sí abre muchas puertas de reflexión a los lectores, a quienes los leyeron entonces, cuando aparecieron publicados o quienes los quieran retomar en este volumen.

Álvaro Rojas es un escritor de inicio de este siglo XXI, pero es, sin duda un lector del siglo XX. Como decía, este libro nos revela la génesis del autor: su formación académica e intereses intelectuales, pero también su inclinación por formas de escritura más cercanas al periodismo como la crónica, los relatos de viajes y la entrevista.

En su estilo, a veces casi didáctico, combina la erudición con un lenguaje muy personal y cercano. Los invito a que, como yo, relean este libro, se dejen contagiar por un lector febril, viajero entre páginas, que conversa con generosidad con cualquier transeúnte.

 

 

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