Inteligencias

Universidad de Costa Rica cuenta con modelo para la gestión y transferencia de la innovación

La Universidad de Costa Rica (UCR), como parte de su ecosistema de innovación interno, cuenta con una serie de unidades académicas e instancias de apoyo entre las que destaca la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova).

Esta unidad es responsable de la transferencia de conocimientos innovadores al sector externo, con múltiples proyectos dirigidos referentes a las áreas de conocimiento de la UCR: artes y letras, ciencias sociales, ciencias básicas, ingenierías y salud. De esta manera, Proinnova dispone de clientes internos en la comunidad universitaria (personas investigadoras, docentes, estudiantes y administrativas) y clientes externos (empresas, startups u organizaciones interesadas).

Proinnova es la unidad que gestiona la transferencia de tecnologías y conocimientos innovadores hacia el sector externo nacional e internacional.

“Proinnova tiene la responsabilidad de ayudar a la UCR a actuar proactivamente en el proceso de innovación, facilitando la transferencia de resultados del quehacer universitario en nuevos productos, servicios o procesos en beneficio de la sociedad. La Unidad realiza un mapeo de cuáles conocimientos innovadores estamos generando en la universidad y creamos alianzas para transferirlo a comunidades, personas emprendedoras, empresas, cooperativas u otras formas de organización productiva”, comentó Geannina Sojo, directora de Proinnova.

Con un modelo de gestión propio, adaptado para cubrir todas las áreas de conocimiento de la universidad, Proinnova atiende las iniciativas desde su fase preliminar hasta que se ofertan en el mercado o dan a la población beneficiaria.

Para ello, la Gestión de Innovación tiene dos aristas: la primera de atención general a consultas, asesorías en propiedad intelectual, investigación conjunta o captación de propuestas, y la segunda,  para abordar proyectos de potencial innovador en temas de transferencia tecnológica y adopción en las comunidades.

En cuanto al equipo de trabajo, la unidad está integrada por gestores de innovación especializados en las distintas áreas y una persona coordinadora que sugiere herramientas, diagnósticos y apoya el avance del proyecto bajo una línea de liderazgo horizontal.

¿Cómo es la gestión de transferencia?

Bajo todo ese proceso existen dos tareas fundamentales en cada proyecto, las cuales Yorleni Campos, gestora de innovación de Proinnova, describe como “identificar cuál es la diferenciación en originalidad y novedad como los mecanismos que resguardarán estos productos, servicios o procesos desarrollados, y cómo pueden hacerse llegar a los sectores que lo requieren, bajo un adecuado acompañamiento y medición de impacto”.

Para lograr trascender de la academia hacia la sociedad, Proinnova define cinco etapas en el proceso de gestión de proyectos de innovación, empezando por la evaluación preliminar, donde se determina la viabilidad de la iniciativa en su nivel de desarrollo, equipo responsable a cargo, potencial de usuarios y cumplimiento de responsabilidad ambiental, social y económica. Para respaldarlo, se hacen estudios científicos, tecnológicos y de mercado.

Después se inicia la protección de activos de propiedad intelectual con el objetivo de resguardar el conocimiento, abriendo puertas para que sea compartido de manera sana y equilibrada, dando reconocimiento a sus creadores y a la Universidad. Las figuras de protección son herramientas que se seleccionan de manera estratégica y se formalizan en algunos casos con la presentación de solicitudes ante los organismos a cargo de la propiedad intelectual.

La tercera parte constituye el mercadeo, donde se llevan a cabo las actividades de validación con los usuarios o beneficiarios. Asimismo, la promoción del conocimiento a través de la búsqueda de  potenciales aliados estratégicos.

Una vez se tiene una visión y madurez integral del proyecto, se da lugar a la transferencia, donde se da el licenciamiento de la propiedad intelectual para que un actor externo tenga derecho a disponer del producto, servicio o tecnología. Las negociaciones se dan durante esta fase, que finalmente dejan la quinta parte, detallada como seguimiento, en la que se valora el impacto continuado del conocimiento y se solventan los requerimientos necesarios.

Servicios de innovación

Ese proceso de gestión de proyectos ha permitido a Proinnova administrar iniciativas de diversa índole mediante un mecanismo unificado y estratégico, al que periódicamente se le agregan matices para adaptarse a las propuestas ofrecidas, las necesidades de cada proyecto y la metodología apropiada de cada caso de vinculación.

“Cada iniciativa es analizada de manera preliminar y se le asigna una persona gestora para darle seguimiento. Esto implica que tenemos personas con amplios conocimientos para poder atender los desarrollos complejos que se realizan en la universidad. No obstante, uno de los principales retos es la búsqueda de contrapartes o socios del sector externo comprometidos, ya que no todas las unidades productivas invierten en asimilación tecnológica o reconocen el salto que puede ser para el crecimiento de su negocio”, agregó Sojo.

Por otra parte, el proceso de transferencia con los distintos actores, así como la experiencia adquirida, abren las puertas del trabajo colaborativo en Proinnova y sirven para orientar y resolver los desafíos que enfrenta el ecosistema de innovación de la UCR.

Ahora bien, en paralelo a las etapas mencionadas, Proinnova ofrece una línea de servicios para las personas como son las asesorías y consultas. De hecho, la unidad constituye un Centro de Apoyo a la Tecnología e Innovación (CATI) como parte del programa de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO). Esto significa que la asistencia personalizada, así como el acceso a información técnica y legal son parte del servicio.

Las capacitaciones también son importantes para fomentar el trabajo en equipos creativos y promover el desarrollo del potencial innovador y tecnológico. Existen tres cursos al respecto: uno de propiedad intelectual que enseña sobre propiedad industrial, derechos de autor y demás formas de protección; otro de creatividad e innovación que educa sobre procesos creativos; y uno más de vigilancia tecnológica acerca de la presentación y redacción de informes, entre otros.

Finalmente, Proinnova ofrece una serie de tecnologías y conocimientos comprobados, ya listos para licenciarse e ingresar al mercado. Cada proyecto varía según su área y el objetivo establecido, por lo que se creó un portafolio en la página oficial de transferencia que da constancia de la labor realizada en la UCR. Si gusta revisarlo puede seguir el siguiente link: https://www.proinnova.ucr.ac.cr/portafolio.

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