Inteligencias Luis Jiménez, director de Auge

“Empresas derivadas de investigación resisten mejor la crisis”

Proinnova y Auge impulsan emprendimientos de base tecnológica que resultan más atractivos para el mercado, tienen menos competencia y se adaptan más fácilmente a condiciones adversas, como las provocadas por la pandemia.

Los emprendimientos derivados o de base tecnológica resisten de mejor manera la incertidumbre de la actual pandemia, retienen más a sus compradores y son más resilientes, o sea, se adaptan mejor a las condiciones adversas como las provocadas el COVID-19 en la economía.

En esto coincidieron Marianela Cortés, directora de la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova), y Luis Jiménez, director de la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (Auge).

Auge cuenta actualmente con 110 emprendimientos activos, cerca de la mitad relacionados con la UCR. La agencia ha logrado un 80% de supervivencia de estas empresas una vez lanzadas al mercado, en comparación con el 20% a nivel nacional.

“En el 2019 el portafolio de startups facturó $8 millones, crearon 340 trabajos a tiempo completo y crecieron un 68% con respecto al año anterior y, en comparación, a nivel país el crecimiento fue de un 10%”, contó Jiménez.

Estas empresas se basan en investigación, lo que les permite diferenciarse de las empresas tradicionales, crecen más rápido y, al proteger su propiedad intelectual, reducen su competencia y resultan más atractivas para el mercado.

Los emprendedores que no realizan investigación lo que hacen es diversificar sus productos, explicó Carmela Velázquez, directora del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA).

“Por ejemplo, si antes vendía solo jugo de piña y ahora además vendo jugo de mora, estoy diversificando. En cambio, si involucro investigación puedo ofrecer un producto disruptivo: un jugo de mora que no es pasteurizado en caliente por lo que permite conservar todos los nutrientes y dar mejor calidad de vida”, agregó Velázquez.

Según Cortés, las empresas basadas en investigación científica tienden a centrarse en resolver necesidades concretas de la sociedad. De aportar soluciones surge su valor agregado y de esta manera se acerca más a su público meta.

Para apoyar proyectos de este tipo entre la comunidad universitaria, Proinnova y Auge gestionan alianzas con los más de 50 centros de investigación de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Este esfuerzo ya dio origen a ocho empresas derivadas y tiene siete proyectos más en desarrollo en el área de salud, tecnología, biocombustibles, industria cosmética y alimentaria.

El potencial del recurso humano especializado

En Costa Rica la formación de profesionales especializados es prolífica y las ideas con alto potencial comercial también, aseguró el director del Centro de Investigaciones en Tecnologías de la Información y Comunicación (Citic), Marcelo Jenkins.

El también exministro de Ciencia y Tecnología considera que mucho de este recurso humano altamente especializado y sus ideas migran a otros países por falta de oportunidades laborales y la poca inversión de capital de riesgo.

“Lo que nos falta es un ecosistema de innovación más maduro”, dijo Jenkins.

Según Jenkins, los recursos públicos que obtienen los investigadores en espacios como Proinnova y Auge son la excepción, pero no son suficientes para retener la gran cantidad de profesionales que requieren gran inversión para el desarrollo de sus propuestas.

“El apoyo de estos órganos es esencial porque sin ellos jamás se podría hacer, o sería muy difícil porque son investigadores de tiempo completo.También porque es difícil sacar a los investigadores de sus laboratorios”, agregó.

Muchas de las personas investigadoras de la Universidad de Costa Rica no asumen proyectos con valor en el mercado para continuar investigando en la institución, por lo que la tecnología que desarrollan encuentra casa por medio de Auge y Proinnova.

Este fue el caso de la Red de Mujeres Rurales de Costa Rica a las que se les transfirió de forma gratuita una licencia del CITA con la que produjeron las Pinticas y las Pintochips, galletas y snacks con una mezcla de harina, arroz y frijoles con el balance de aminoácidos de un gallopinto.

Para más información sobre Proinnova, la oficina encargada de la gestión de la innovación universitaria y de la transferencia de tecnología, visite el sitio web www.proinnova.ucr.ac.cr, y si tiene interés en AUGE, agencia de emprendimiento de la UCR, visite www.augeucr.com.

 

Tecnología en la producción de productos naturales

Las empresas derivadas tienen mejor capacidad de adaptación ante la incertidumbre, aseguran Marianela Cortés, directora de Proinnova, y Luis Jiménez, director Auge.

El desarrollo de emprendimientos del área cosmética, productos de limpieza y otros relacionados con productos naturales basados en investigación reciben apoyo del Centro de Investigaciones en Productos Naturales (Ciprona).

“Aunque se diga que el desarrollo de estos productos tiene poca tecnología involucrada, sí la tiene ya que requiere de pruebas de análisis de calidad y pruebas químicas”, aclaró la directora del Ciprona y presidenta del Consejo Nacional para las Investigaciones Científicas, Guiselle Tamayo.

Tamayo considera que en estas áreas la investigación marca una gran diferencia en los productos y distancia a los emprendimientos de la competencia. Ahora el Ciprona también tiene una planta para escalamiento, que podría tener un impacto importante en el crecimiento de emprendimientos basados en productos naturales.

“Ya no es un solo recipiente que vamos a mostrar sino que demostramos que si te pide cinco galones o 100 puedes escalar. Para un emprendedor es un hueco que no tenía en su modelo, en las proyecciones”, explicó Tamayo.

La planta del Ciprona puede producir hasta 100 kilos de materia prima en un mes, actualmente se utiliza alrededor del 20% de su capacidad pero está en aumento y le permite al Centro estar preparados para un evento como la aprobación de uso de la marihuana medicinal.

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