Los Libros Pablo Milanés 78 años

“El reguetón no es música”

Hoy 24 de febreo, cumple 78 años, y lejos de sentir la llamada de la retirada, Pablo Milanés ha arrancado este 2021 con entusiasmo renovado, al firmar un nuevo e interesante proyecto discográfico con Universal Music Spain y presentar su nueva gira Días de Luz.

Su concierto en Madrid fue aplazado no por la pandemia, sino por una nevada. ¿Actuar en una coyuntura social como la actual, tan afectada por la pandemia, le genera sensaciones especiales?

—Es complicado, el concierto previsto para Madrid tuvo que posponerse por los efectos del temporal Filomena, y las nuevas y necesarias medidas para reducir los contagios no lo hicieron factible. Son sensaciones encontradas: por un lado, está la necesidad de trabajar de los artistas, así como la posibilidad de poder tener un mínimo de ocio cultural y, por otro lado, el obligado control de la pandemia. Los conciertos son seguros, y no lo digo porque sea músico, no se trata de una frase hecha de nuestro gremio, sino una realidad: la cultura es segura y necesaria y creo que se debe trabajar porque conviva en esta situación al igual que otras actividades básicas.

Sus conciertos suelen trascender lo meramente musical, para convertirse en experiencias considerablemente reflexivas. En ese sentido, ¿qué transmiten los conciertos de Días de luz?

—Esta gira nueva tiene un elemento de continuidad con la anterior y es su sencillez en el formato en el escenario (piano y chelo) y una selección de canciones de siempre y actuales. Esperamos que cada concierto resulte en un breve encuentro con el público en el que confluyan meditación y emoción.

“Esperando el milagro”, su oración de Nochevieja, fue muy bonita. ¿Está contento con la respuesta que tuvo del público online?

—Sí, por supuesto. Yo soy ateo, pero quise manifestarme en función de la cantidad de creyentes que hay en el mundo, de cualquier religión y parece que la mayoría piensa, sino que más bien rezan, oran para sobrevivir y para que suceda un milagro. En función de eso escogí la oración del Padre Nuestro, que es una oración común en varias religiones y la usé como medio de expresión. La mayoría en algún momento han deseado que un milagro fuese la solución a lo que sucede. Para mí, el verdadero milagro es que los gobiernos dejen de construir bombas nucleares, tanques y otras armas de guerra para fabricar vacunas, apoyar la ciencia y la cultura, la sanidad y la educación públicas y erradicar el hambre en el mundo. Eso resultaría un verdadero milagro.

Este año empieza una nueva etapa con Universal. ¿Por qué ha tomado esta decisión, y qué objetivos se plantea con esta alianza? Creo que en 2021 quiere lanzar dos trabajos, uno en inglés que reúne clásicos del jazz americano, y otro solo a guitarra. ¿Es así?

—Sí, llevo muchos años vinculado, de un modo u otro, con el grupo Universal Music, solo que en estos momentos he iniciado una etapa nueva con Universal España para promover mi catálogo de canciones, desde las primeras hasta las más recientes. Y entre esas novedades está prevista la presentación a nivel global de un disco de Standards de Jazz que grabé hace un par de años.

¿Ha llegado a temer por el fin de la música en directo tal como la conocíamos?

—Creo que actualmente hay muchísimas vías para escuchar música, y eso es un gran logro y un lujo, aunque no siempre se escuche la mejor…, pero creo que eso no ha afectado al hecho de ver y sentir la música en directo. La música en directo creo que es fundamental, tanto para los que hacemos música —al menos yo no me conformo con quedarme en el estudio de grabación y hacer un disco— como para el público que la consume. Para ambos es necesaria esa comunión que hay entre el artista y su público en los conciertos en directo. En cuanto se controle la pandemia puede incluso que haya más conciertos que antes.

¿Hay alguna canción de su repertorio que ya no cante porque ya no se siente identificado con ella?

—Es difícil poder elegir de todas mis canciones un número cerrado para un concierto o una gira, las que dejo fuera no es por que hayan dejado de tener una significación, creo que es más bien como me sienta o lo que sienta que el público quiere. A veces cierro un repertorio y pienso, ¡caramba, he dejado esta fuera o aquella! no reniego de ninguna de mis canciones, cada una tiene su momento.

Recientemente han sido noticia Dylan y Shakira, que han vendido los derechos de todo su repertorio a una multinacional y a un fondo de inversión, respectivamente, ¿se plantearía hacer lo mismo?

—Yo soy pobre, y por nada del mundo vendería mi obra.

Van Morrison, Bunbury, Miguel Bosé y otros artistas de renombre internacional están expresando su desconfianza por la gestión de la pandemia, criticando la “pérdida de libertad” a la que nos “someten” los gobiernos. ¿Qué piensa de esas posturas?

—En general todos los gobiernos han hecho una gestión mala o insuficiente, pero de ahí a que esta realidad no exista o no haya que afrontarla es una barbaridad pensarlo. Sobre la falta libertad que ellos expresan se puede decir que ha existido, pero creo que solo en los momentos de confinamiento, en esas circunstancias sí se ha tenido una falta de libertad, ir más allá creo que son posturas que no ayudan.

Tras la muerte de Armando Manzanero, ¿qué le pareció que en las redes sociales surgiera una campaña de descrédito por su presunto machismo?

—Creo que Manzanero fue una gloria de la música universal y yo sería incapaz de juzgar cuestiones personales, mucho más después de muerto.

Siempre ha sido muy crítico con el reguetón. Comparto gran parte de sus críticas, pero por otro lado a veces pienso: ¿No estaremos cometiendo el mismo error que Frank Sinatra, cuando dijo que el rock’n’roll era una música “vulgar, ofensiva y de baja calidad”?

—El rock’n’roll en primer lugar era un género que descendía del blues y se nota fácilmente, y por lo tanto es música y es válida y con el tiempo se fue haciendo mucho más seria y comprometida con el trabajo musical de fondo. El reguetón no tiene antecedentes porque no es música, no tiene antecedentes porque no es ritmo, no tiene antecedentes porque mucho menos es texto, todo me parece que es muy decadente y por eso lo critico.

¿Cómo vivió el asalto al Capitolio? ¿Cree que el resto del mundo debe tomar nota?

—Viví con horror todo lo que ocurrió ese día, como todo lo que puede ocurrir en cualquier lugar donde un político tóxico como Trump pueda gobernar. Sí, claro que hay que tomar nota, y en letras mayúsculas.

Tomado de ABC

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