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El Arlequín, un hito del teatro costarricense

Un derroche de información, y pedagógico, es lo que ofrece este voluminoso libro de Olga Marta Mesén. Con la acuciosidad y erudición que caracteriza su forma de investigación...

El teatro Arlequín de Costa Rica

Memoria de un grupo teatral 1955-1979

Olga Marta Mesén

Editorial UCR

Edición digital

2018

Un derroche de información, y pedagógico, es lo que ofrece este voluminoso libro de Olga Marta Mesén. Con la acuciosidad y erudición que caracteriza su forma de investigación, Mesén hace un aporte fundamental para la historia del teatro y de la actividad cultural en general de Costa Rica.

El Arlequín es un grupo esencial en el desarrollo del teatro costarricense que merecía una investigación tan amplia y pormenorizada como la que se ofrece en este volumen, que, por sus características la Editorial de la Universidad de Costa Rica lo ofrece en formato digital.

La cantidad de documentos y referencias lo convierte en un libro de consulta no solo para estudiar este valioso antecedente del arte escénico nacional, sino todo el contexto cultural en que se dio.

Desde el acta completa en que el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica aprueba la petición del director del Teatro Universitario, el pintor Lucio Ranucci, de crear un teatro de cámara auspiciado por la institución, el 18 de julio de 1955, hasta el confuso intento de hacer renacer el nombre de un grupo que había desaparecido realmente en 1979, este libro hace un recuento exhaustivo de la agrupación teatral privada que marcó el rumbo del arte dramático costarricense en la segunda mitad del siglo XX.

Poco más de un año después de crearse la idea original y el primer grupo en el seno de la Universidad de Costa Rica, un segundo grupo denominado Teatro de Bolsillo, de carácter independiente, se iniciaba en el mismo local del teatro de cámara de la UCR conocido como El Arlequín.

Es en realidad ese Teatro de Bolsillo, con Jean Moulaert en la dirección, el que luego se convertiría en la Asociación Cultural Teatro Arlequín, histórico grupo privado de cuya trayectoria pormenorizada se ocupa este libro.

Desde la referencias anunciando obras, notas periodísticas, críticas y polémicas, hasta los programas de mano y detalles registrados alrededor de los montajes, esta investigación de Mesén logra un panorama bastante completo de casi un cuarto de siglo de actividad teatral del grupo.

Cambiaron los elencos, directores, propuestas, enfoques, pero siempre ofrecieron obras de gran calidad que enriquecieron y determinaron le profesionalización de la actividad dramática en el país.

En el largo proceso que sigue paso a paso esta investigación, no solo se logra ver lo que ocurría al interior del grupo, sino que de soslayo se puede percibir el mundo cultural capitalino, sus discusiones e intereses, sus inquietudes, valores y referencias.

Por la forma en que está escrito y documentado, este libro atrapa al lector que se sumerge en un mundo de puro teatro que se enriquece con las críticas y comentarios que aparecieron en la prensa a lo largo de varias décadas.

Los principales nombres de la dramaturgia mundial pasaron por las marquesinas del impetuoso teatro Arlequín, y la generación de mejores actores del siglo XX pasaron por sus tablas.

El entusiasta trabajo de los Arlequines catapultó el interés por el teatro en la población costarricense. En los años 1970, el recién creado Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes lanzó campañas de promoción de la actividad teatral en comunidades en todo el país. Ese terreno fértil encontraron profesionales del teatro que inmigraron a Costa Rica a finales de la década de 1960 y principios de 1970, principalmente de Suramérica, quienes le dieron un nuevo impulso y diversificación a la actividad teatral costarricense.

El libro de Olga Marta Mesén, se ocupa en exclusiva del teatro Arlequín y lo hace como el justo, merecido y tristemente postergado homenaje. Al pasar las páginas del libro se disfruta de un extenso despliegue de puro teatro de la mejor calidad.

El teatro Arlequín, con mucho tino lo dice la autora, sentó “las bases del movimiento teatral costarricense en la segunda mitad del siglo XX.” Y agrega: “Para entender y dimensionar la trascendencia del Teatro Arlequín y de los Arlequines, es necesario situarse en el contexto sociocultural de la Costa Rica de los cincuenta y sesenta y no perder de vista los referentes, en materia teatral que se tenían en esos momentos.”

El esfuerzo titánico de esta investigación también merece reconocerse, ya que es “una reconstrucción basada en fuentes periodísticas y documentales, dada la inexistencia de otro tipo de recursos, como filmaciones de los montajes.”, según explica Mesén

Este apasionado recorrido finaliza en 1979, cuando el Arlequín hizo su última presentación: Querido Mentiroso, de Jerome Kilty, interpretada por Sara Astica y Marcelo Gaete, dirigidos por Lenín Garrido. Lo que sigue, incluso el intento de retomar su nombre en 1991, como dice la autora, es otra historia.

 

 

 

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