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“Ecosistema de innovación” impulsa aportes de la UCR para enfrentar la crisis sanitaria

Según Marianela Cortés, directora de Proinnova, la gran cantidad de espacios que incuban nuevos conocimientos y experiencias propician soluciones innovadoras ante la actual pandemia.

La gran cantidad de espacios de interacción entre lo más de 50 mil miembros de la comunidad universitaria, los conocimientos generados y las experiencias académicas constituyen un “ecosistema de innovación”.

Este es el criterio de Marianela Cortés, directora de Proinnova, quien explica que  un ecosistema de este tipo se construye en espacios con las condiciones favorables para generar nuevos conocimientos, prototipos, soluciones o ideas que resuelvan necesidades de la sociedad.

El Instituto Clodomiro Picado de la UCR a está trabajando en el desarrollo de medicamentos para atender la emergencia sanitaria causada por el COVID-19. (Fotografía: Cortesía de la ODI).

“Cada día nuevas ideas germinan en los cursos, los proyectos, los espacios académicos y otras actividades; muchos actores universitarios trabajan también en comunidades del país” dijo Cortés.

Ante la actual crisis sanitaria, distintos grupos académicos y administrativos de la Universidad de Costa Rica (UCR) iniciaron el desarrollo de soluciones y prototipos para la atención de pacientes y la investigación de medicamentos contra el COVID-19.

En semanas la UCR logró articular todas sus capacidades para la creación de respiradores de emergencia, la producción masiva de las primeras mascarillas de protección, puso a disposición de las autoridades sus especialistas en virología, epidemiología, química, matemática y otros que siguen en las primeras filas de atención.

Además, trabaja junto con la CCSS en el esperanzador desarrollo de los medicamentos de avanzada únicos en América Latina para combatir pandemia a través del Instituto Clodomiro Picado de la UCR.

Inversión en educación permite el desarrollo de soluciones

El 27 de marzo la UCR inició con la entrega de protectores faciales para el personal médico de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) que está atendiendo la pandemia.

Esta producción se hizo posible por la coordinación de aportes de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Civil, Arquitectura, el Laboratorio de Observación del Sistema Climático de la Escuela de Física, el Instituto de Investigaciones en Ingeniería (INII) y el Laboratorio de Prototipado (ProtoLab-UCR).

Cortés asegura que aportes como este requieren coordinación y supervisión especializada, no puede nacer de un día para otro, sino que es posible porque la Universidad ha dedicado recursos para tener la capacidad instalada para producirlos.

“La Universidad ha venido formando capital humano del más alto nivel, dotando de infraestructura esencial a las actividades de ciencia y tecnología, como por ejemplo laboratorios de investigación, plantas piloto y laboratorios de prototipado y también la compra de equipamiento especializado”, apuntó Cortés.

Del más alto nivel son las soluciones que desde el Instituto Clodomiro Picado de la UCR se están gestando para crear medicamentos que combatan el COVID-19 a partir de plasma sanguíneo. El trabajo de este instituto permitirá desarrollar tratamientos para pacientes en Costa Rica gracias a la formación y  conocimiento de sus científicos, así como de los  equipos habilitados.

La inversión en educación e investigación ha permitido el desarrollo de un “ecosistema de innovación”. (Fotografía: Miriet Ábrego).

Además, la iniciativa de las mascarillas y otros aportes de la Universidad, como el prototipo de respiradores para uso médico, surgieron desde el trabajo remoto de miembros docentes, estudiantes y administrativos de la institución.

“En medio de esta crisis sanitaria, en la Universidad seguimos trabajando de forma presencial algunos y de forma remota otros, desde múltiples ámbitos y siempre con la visión de poner las capacidades y el conocimiento al servicio del país”, dijo Cortés.

El avance del primer prototipo de respirador avanzó rápidamente y en cuestión de semanas la institución ya cuenta con dos prototipos, uno para uso ambulatorio y otro para interno de los hospitales.

Estos dos prototipos surgen de un diseño propuesto en España que fue mejorado, modificado y adaptado para su uso en Costa Rica bajo el liderazgo de la Escuela de Física y con aporte de investigadores en las áreas de física, ingeniería mecánica y artes plásticas.

Cortés considera a la coordinación interinstitucional y con otros sectores como un factor importante para generar soluciones innovadoras. Este es el caso de la actual alianza entre la CCSS y la UCR para la búsqueda de un tratamiento contra el COVID-19.

Sin embargo, asegura, ninguno de los aportes sería posible sin el financiamiento que hace el país a la investigación por medio de las diferentes universidades públicas.

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