El 5 de agosto falleció, a los 88 años, la escritora estadounidense Toni Morrison, premio Nobel de Literatura
1993. Su obra es un referente de la narrativa de final del siglo XX así como un alegato humanista y estético, en
contra de la discriminación y el abuso.
Su universo literario se centra en personajes afroamericanos, muchas
veces mujeres, que viven en una sociedad opresiva, arbitraria y abusiva.
Pero, más que victimizar, a estos
personajes los reivindica al otorgarles un poderoso e intenso sentido humano.
Morrison estudió filología inglesa y su tesis doctoral fue sobre la obra de William Faulkner y Virginia Woolf,
con lo que, desde entonces, estaba perfilando lo que sería su creación narrativa ficcional, la cual, al ser madre
divorciada con dos hijos desde los 33 años, empezó de forma más bien tardía a los 39 con su novela Ojos
azules.
Desde entonces sus libros han sido una voz necesaria para comprender la vida
afroamericana en la sociedad estadounidense, desde las más brutales formas de opresión
hasta los ingeniosos eslóganes revolucionarios de 1970 como “Dios es negra”.
Presentamos a continuación un breve ensayo tomado de su libro El origen de los otros.
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