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Soluciones de diseño inclusivas para la comunidad ciega

Erick Hidalgo impulsó desde la UCR proyectos de investigación que de forma fácil y económica dieran solución a problemas cotidianos de las personas no videntes.

El investigador Erick Hidalgo sufrió un accidente en la vista cuando era niño que lo obligó a someterse a cirugías constantes, a convivir con una ceguera latente y una comunidad de niños y adultos con problemas de visión severos.

Al final, para Hidalgo “las limitaciones de vista nunca resultaron un problema serio pero sí planteó el dilema de qué pasaba con las personas con problemas más severos de visión”.

Sus experiencias en el hospital no lo detuvieron a estudiar diseño gráfico, un área esencialmente visual, y más bien en este espacio apropió como misión personal las necesidades que había percibido tenían las personas con limitaciones de vista.

“Me llevó a mí como profesional a encontrarme con una realidad y es que no todas las personas ven igual. En el proceso de formación del diseñador no siempre enfatiza esa particularidad”, contó Hidalgo.

En el 2013, con el apoyo de Proinnova, impulsó la tarjeta escalonada que permitía a las personas con ceguera total o parcial la identificación de billetes y a partir de ahí se ha visto involucrado en varios proyectos de atención a esta población.

Hidalgo ha apoyado el diseño inclusivo de juguetes para niños, ha propuesto soluciones para la legibilidad de etiquetas y productos en los supermercados y su más reciente proyecto es una tarjeta guía para firmas.

“La tarjeta de firmas se ha hecho históricamente a cartulina y los espacios de la firma eran muy restringidos. El espacio ahora es más amplio y con un material grueso, porque la gente se salía de la ventana con el trazo sobre la cartulina” explicó Hidalgo.

Esta tarjeta se utiliza para señalar el lugar donde va la firma, la persona que asiste le coloca la tarjeta donde debe firmar y en la ubicación de la ventanita se realiza la firma. Este proyecto ya se encuentra diseñado y está en su etapa de preproducción en Proinnova.

De su primer proyecto, la tarjeta escalonada, se emitieron 10 mil tarjetas que se han distribuido a través de siete instituciones con más de 30 oficinas alrededor de todo el país.

“Para la tarjeta escalonada se buscó un aliado de distribución que tuviera pertinencia en la comunidad y por eso empezamos con el Patronato Nacional de Ciegos, pero también hemos distribuido por medio del instituto Hellen Keller, centros de enseñanza especial y

recientemente con Conapdis, Banco Central, CNFL, entre otros”, mencionó Yorleni Campos, gestora de innovación de Proinnova.

Campos asegura que la distribución de innovaciones como la tarjeta escalonada fue un reto  porque el país no cuenta con datos que identifiquen la cantidad de personas con problemas de vista y las instituciones públicas tampoco tienen la posibilidad de ubicarlos.


Proceso de investigación

Erick Hidalgo asegura que al diseñar los billetes se lograron las mejores soluciones posibles con el color y variación de tamaño. Sin embargo, durante el proceso de investigación y validación notaron que las personas con limitaciones de vista varían en su capacidades o sensibilidad.

“La solución del billete escalonado no era suficiente por sí misma y la comunidad nos ayudó a identificar el problema y nos ayudó a validar las soluciones; no damos por sentado que funciona porque creemos que es lo mejor, sino que ellos nos ayudan a verificar si realmente soluciona” explicó Hidalgo.

Durante el proceso también se dieron cuenta de que era necesario un agujero para poner una cinta de gafete que le permitiera a las personas que atienden servicios tenerla colgada al cuello.

“Si en algún momento necesitan las dos manos para atender el público no la tienen que guardar de nuevo y así no la pierden o pierden el contacto con la tarjeta”, agregó Hidalgo.


 

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