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Cuando el amor a las letras puede más que un Premio Nobel  

El Premio Nobel de Química 2017, el biofísico Joachim Frank, en entrevista exclusiva con FORJA, cuenta por qué ama la literatura y reconoce su frustración por no haber encontrado una editorial que quiera publicar sus tres novelas

El Premio Nobel de Química 2017, el biofísico Joachim Frank, en entrevista exclusiva con FORJA, cuenta por qué ama la literatura y reconoce su frustración por no haber encontrado una editorial que quiera publicar sus tres novelas, las cuales tienen influencia del campo de la ciencia, al que lleva vinculado más de 40 años.  

Cuando en octubre de 2017 la Academia de las Ciencias de Suecia anunció a los ganadores del Premio Nobel de Química, entre los que se encontraba el bioquímico estadounidense de origen alemán Joachim Frank, ya él llevaba desde hacía años una espina microscópica clavada en su corazón y que pocos podían detectar si no era con una técnica de microscopía electrónica, mediante la cual se podían observar las partículas más diminutas de un sentimiento llamado pasión.

Frank, quien es profesor en el departamento de Bioquímica y Biofísica Molecular de la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos, ha cultivado desde que era un estudiante de secundaria su amor por las letras. Estos primero lo llevaron a adentrarse en los terrenos de las historias cortas y luego lo tentaron a entrar en el fascinante e inabarcable mundo de la novela, al que se lanzó como un caballero andante que no sabe de peligros ni de noches desérticas, y en el que ha tenido que luchar a mano abierta contra gigantes más poderosos que los molinos de viento contra los que peleó el ingenioso Hidalgo.

Frank obtuvo su doctorado en la Universidad Técnica de Múnich, en 1970 y a pesar de haber ganado tan prestigioso premio en el campo de las ciencias, en el ámbito de la literatura sigue tocando puertas, porque las ha encontrado todas cerradas en el mundo editorial.

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El Premio Nobel de Química 2017, el biofísico Joachim Frank, en entrevista exclusiva con FORJA, cuenta por qué ama la literatura y reconoce su frustración por no haber encontrado una editorial que quiera publicar sus tres novelas, las cuales tienen influencia del campo de la ciencia, al que lleva vinculado más de 40 años.

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El jueves 20 de junio de 2019, el periodista Manuel Ansede de El País publicaba una noticia con el sugerente titular: “El ganador del Nobel que no encuentra editorial para publicar sus tres novelas”.

De esa forma descubría cómo Frank –quien junto a Jauqes Dubochet y Richard Henderson había ganado el Premio Nobel de Química, según la Academia Sueca de las Ciencias, por su aporte al “desarrollar la criomicroscopía electrónica para la determinación estructural en alta resolución de biomoléculas en soluciones”–lo que en realidad anhela es publicar las tres novelas que tanto trabajo le han representado.

El aporte hecho por Frank, en palabras de Javier Sampedro, científico y periodista, significa, para traducir lo expresado por la Academia,  que en adelante “se pueden hacer fotos de las estructuras microcósmicas de la biología” y “gracias a él y a sus compañeros de viaje a Estocolmo todos podemos ver, en cualquier sentido sensato de este verbo, las geometrías de la vida, y cómo sus alteraciones nos conducen a la enfermedad, la muerte y la penalidad”.

Con lo alcanzado por Frank, y sus otros dos colegas, los científicos podrán analizar imágenes de moléculas que antes casi les era imposible y esto permitirá desarrollar nuevos fármacos.

Así lo explicaba al citado médico John Hardy, neurocientífico del University College de Londres, cuando en 2017 se conoció la concepción del Nobel de Química: “Esta mejora en biología estructural ha sido transformadora. Para dar un ejemplo, el año pasado se publicó la estructura tridimensional de la estructura de la enzima que produce el amiloide del alzhéimer empleando esta tecnología. Conocer esta estructura ofrece la posibilidad de un diseño racional de fármacos en esta área”.

Más allá de la gloria que supone un Nobel en cualquier campo –Medicina, Economía, Física, Literatura, Química, de la Paz—hay aspiraciones que se llevan en el corazón, y en el caso de Frank no ha tenido ningún reparo en aceptar ante el mundo que uno de sus grandes sueños es convertirse en escritor.

En gran parte lo ha conseguido porque sus historias cortas, un género muy apreciado en el ámbito anglosajón, han sido publicadas en diversas plataformas y revistas. No obstante, la aspiración que todavía le da vueltas en su mente es que él quiere entrar al reino de la novela, ese género en el que cabe todo y en el que todos los recursos literarios son válidos y, por lo tanto, parece que está al alcance de todos si se mira desde el campo teórico; pero cuando se da el salto a la práctica, cuando hay que “lanzar la piedra al agua”, como aconsejaba Alfonso Reyes, es cuando las aguas de ese inmenso río llamado novela se enturbian.

Raymond Carver, considerado un maestro del realismo sucio, es uno de los escritores preferidos de Frank.

Para dar a conocer al mundo sobre sus novelas e historias cortas, Frank creó su página “Fixfiction” en la que presenta a sus tres novelas: Narcis; El observatorio y Aan Zee.

Este hombre, nacido en Siegen, Alemania, el 12 de septiembre de 1940, padeció cuando era un niño los horrores de la guerra, los que le dejaron una marca indeleble que, hoy a sus 79 años, todavía tiene muy presente.

Según ha contado en diversas oportunidades, todavía puede recordar con claridad la destrucción de su mundo alrededor durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que entonces era muy pequeño.

El desencanto por no encontrar un editor que se interese por sus novelas fue una noticia que no dejó indiferente a quienes la leyeron. Por tal motivo, para conocer directamente cómo un Nobel de Química quiere ser escritor y cómo es que ha venido construyendo sus historias cortas y sus novelas, pese a que estas últimas no han encontrado espacio en el ámbito editorial, en el que cada año se multiplican los títulos, muchos de los cuales terminan relegados en las grandes bodegas de las principales editoriales, FORJA logró una entrevista exclusiva, vía correo electrónico, con el científico, de la cual les presentamos un extracto en el que subyace su inmenso amor a las letras, como queda certificado en una de las respuestas que brinda.

¿Cómo le cambió la vida el Premio Nobel?

–Me cambió profundamente. Surgieron muchas invitaciones alrededor del mundo, curiosamente acerca de conceptos y narrativas que están gobernando mi vida. Me siento vigorizado en la consecución de áreas de las ciencia que son menos frecuentadas y hay mayor riesgo. Me he sentido con mayor confianza expresando mis ideas en público.

Ganó el Premio Nobel en Química pero no encuentra un editor para publicar sus novelas. ¿Cómo se explica esta situación?

—Es fácilmente explicable. Primero, yo no he buscado editoriales resaltando mis logros en otra disciplina. Sin embargo, yo quiero que mis trabajos sean aceptados por sus propios méritos, como en mi caso en el campo de la ciencia. Editoriales y editores no balancean sus decisiones acerca de la calidad literaria de un trabajo de un escritor con base en los logros en otra disciplina.

Aunque he leído el resumen en su página web sobre sus tres novelas, prefiero conocer de qué tratan en sus propias palabras.

La novela AAN ZEE, la primera que he escrito, trata de un científico nacido en Europa que vive en Estados Unidos, y quien atiende a una conferencia en Holanda y cae dentro de un túnel del tiempo y encuentra gente que había sido importante para él.

NARCIS, la segunda novela, es acerca de un post apocalíptico mundo, donde cucarachas gigantes del tamaño de un hombre buscan conciertos clásicos, que ellas aman, y donde la ciencia experimental ha sido reemplazada por la operación ‘Filtros de la Verdad’, en un amplio centro de cómputo en el desierto de Nuevo México, que no decidirá ninguna hipótesis contra el conocimiento existente.

La novela EL OBSERVATORIO tiene como protagonista a un astrónomo en Bonn, Alemania. Él está extremadamente molesto tras saber que su observatorio está siendo vendido por la universidad al mejor postor. Después de que el trato se ha hecho, el nuevo dueño transforma el lugar en un night club y en un burdel. El astrónomo, después de perder su fe, termina como el contador del nuevo salón de belleza de su exsecretaria.

Raymond Carver, considerado un maestro del realismo sucio, es uno de los escritores preferidos de Frank.

¿Desde cuándo comenzó a escribir y por qué le encanta escribir?

–Comencé a escribir en Alemania en la secundaria y posteriormente comencé a escribir en inglés, porque yo me fui a vivir a Estados Unidos. Amo escribir desde que para mí es la más satisfactoria actividad creativa. Yo puedo expresarme a mí mismo creativamente sin restricciones impuestas como en los escritos sobre ciencia.

¿Qué encontró en la novela como género literario para que lo prefiera?

No puedo llamar a la novela un género, pero sí es un formato. No es del todo cierto que yo lo prefiera. Mi preferencia es por las historias cortas. Lo que pasa es que no he encontrado a una editorial para publicar las novelas que he escrito. Las novelas son obviamente preferidas por las editoriales que las historias cortas. He publicado numerosas historias cortas.

En Twitter usted escribió: “Yo quiero ser escritor”. ¿Por qué se sentiría orgulloso de convertirse en escritor?

–Me sentiría parcialmente orgulloso porque el inglés es mi segunda lengua. Es difícilmente con el inglés como segunda lengua llegar a ser publicado. Considero a otros escritores con el inglés como segunda lengua, como Nabokov y Conrad, que son unos gigantes.

Creó su página web para promocionar sus novelas. ¿Es este un acto de humildad por parte de un Premio Nobel?

–No creé mi página con este propósito. Lo creé para poder expresarme en blogs y también para hacer mis trabajos publicados, la mayoría de mis historias cortas, más accesibles.

La criomicroscopía electrónica permite ver detalles en la estructura de las molécula que de otra forma sería imposible.

Usted es profesor de biología de la Universidad de Columbia. ¿Cuán importante es para la ciencia expresar su conocimiento?

–Es extremadamente importante. La complejidad de la ciencia no permite que sus resultados sean transmitidos mediante escritos concisos.

 A propósito de literatura, ¿quiénes son sus escritores favoritos?

Borges, pero solo puedo leerlo en inglés. Musil y Kafka. A ambos los leo en alemán. Y Raymond Carver.

Si se diera la hipotética situación de que pudiera escoger entre ganar el Premio Nobel de Química o el Premio Nobel de Literatura, ¿cuál preferiría?

Ja, esta pregunte asume que podría cambiar toda mi vida desde el principio. En ese caso, yo sería una persona totalmente diferente y escogería la literatura.

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