Esta gran poeta nació en Estelí Nicaragua, pero se trasladó muy pequeña a El Salvador, donde vivió su niñez y adolescencia, de ahí que ella siempre se afirmaba escritora salvadoreña nacida en Nicaragua, con lo que remarcaba su espíritu centroamericano.
Luego se fue a vivir a Estados Unidos donde se casó con el escritor y diplomático Darwin J. Flakoll, con quien escribió la novela Las cenizas de Izalco, que se refiere a la matanza de campesinos ocurrida en El Salvador en 1933 y que conmovió y marcó a Claribel desde su niñez. Su primera publicación Anillo de silencio data de 1948, desde entonces produjo una voluminosa obra que incluye, novela, testimonios, ensayo y principalmente poesía.
Su último libro, Amor sin fin, lo dedica a su marido, quien falleció en 1995 en Managua, una ausencia de la que nunca descansó.
En homenaje a esta gran escritora y amiga de este suplemento, reproducimos algunos de sus poemas que hablan de ese tránsito de amor y despedida.
QUIERO ENTRAR A LA MUERTE
Quiero entrar a la muerte
con los ojos abiertos
abiertos los oídos
sin máscaras
sin miedo
sabiendo y no sabiendo
enfrentarme serena
a otras voces
a otros aires
a otros cauces
olvidar mis recuerdos
desprenderme
nacer de nuevo
intacta.
LAMENTACIÓN DE ARIADNA
No te pierdas, Teseo
vuelve a mí.
La playa está desierta
tengo los pies sangrientos
de correr en tu busca
¿será que me engañaste
dejándome dormida en esta isla?
Perdóname, Teseo
¿Recuerdas nuestro encuentro?
amor eterno me juraste
y yo te di el ovillo
y volviste a la luz
después de haber destruido
al minotauro.
¿Te secuestró algún dios
sintiéndose celoso?
No me inspiran temor
ni Poseidón
ni Zeus
es de fuego mi ira
y se alzará
desde estas aguas
hasta el cielo.
Vuelve,
vuelve, Teseo
no te pierdas
en los laberintos
de la muerte
anda suelto
el ovillo de mi amor
atrápalo, Teseo
vuelve a mí
soy tu tierra
tu luna
tu destino.
Clava en mí tus raíces.
SAUDADE
Quisiera creer
que te veré otra vez
que nuestro amor
florecerá de nuevo
quizá seas un átomo de luz
quizá apenas existan tus cenizas
quizá vuelvas
y yo seré cenizas
un átomo de luz
o estaré lejana.
No volverá a repetirse
nuestro amor.
PLEGARIA INCONTENIBLE
Corro
corro
hacia el ocaso
que nadie
se interponga
que no lo impida
nada
con el sol
quiero hundirme
y no volver atrás.
(Poema inédito recogido en Aunque dure un instante, antología publicada por la Universidad de Salamanca)
ESTRELLA INDÓMITA
[…] Estoy despidiéndome
de mí
debo asaltar el canto,
atraerlo hacia mí
entender ese canto
de los árboles negros
doblados por el viento
se esfuman sus palabras
su música
su danza
lo llamo
no responde
pero sé que vendrá
que volverá hacia mí
como vuelve la lluvia […]
(Amor sin fin, 2016)
ARS POÉTICA
Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.
(Variaciones en clave de mí, 1988)