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Bendita maldición

Desde su título, este nuevo volumen de poesía de Guillermo Sáenz Paterson marca la cancha, reta, provoca, advierte

Licor rojo y

La transgresión maldita

Guillermo Sáenz Paterson

Poesía

Guayaba ediciones

2017

Desde su título, este nuevo volumen de poesía de Guillermo Sáenz Paterson marca la cancha, reta, provoca, advierte. Porque esta es una poesía para sorber, tragar con deleite incómodo y gozar con satisfacción sibilina.

Una y otra vez, ronda a los lectores de la poesía de Sáenz Paterson el término maldito. Hace más de un siglo y medio, Charles Baudelaire, en Francia, se declaraba “instrumento maldito” y reventaba las madres de la poesía de adorno del romanticismo. Pocos años después, su colega y compatriota Paul Verlaine intentaba explicar la rebeldía con un retrato del desborde apasionado que exaltaba lo no bello y gozaba en la abyección. Desde entonces, el concepto de maldito aplicado a la poesía y, por extensión, a la creación artística, busca clasificar, desde la marginalidad, a los transgresores.

Pero, en el moderno culto a la autoridad, se pasó de la obra al creador considerando que una vida disipada era la inspiración de una obra transgresora. Sin embargo, una poeta es un poeta o no lo es; mientras un poema por su temática, su actitud o su estructura puede clasificarse de maldito independientemente de si lo escribió una monja o Charles Bukowski.

Sin afán de encasillarlo, sino de deleitarse con su lectura, llamar maldita a esta poesía es atinado.

Este volumen consta de dos partes. La primera, según explica el editor Cristián Marcelo en el prólogo: “Hace homenaje a aquellos poetas y filósofos con quienes se identifica más allá del absurdo, más allá de la locura. Toma una posición combativa contra el mundo de los burgueses. Y acoge en su seno a lo locos, los desplazados, los torturados, los seres malditos que pueblan las sombras, las calles, las noches de una ciudad ciega.” En la segunda, continúa el prologuista: “…el poeta navega a sus anchas, mira alrededor los paisajes infernales de su pasado (…)” se enfrenta a sus demonios más íntimos, los increpa, los acaricia, se une a ellos en danza fantástica de imágenes que transgreden la moral y la belleza”.

Con una naturalidad cómplice, parece que el poeta simplemente alzara la vista para dar parte de lo que le rodea.

A las diez de la mañana

Una ventisca de oro

Y limón

Corre por las gargantas.

Pero también define su espacio, el ambiente y la actitud de aquellos con quienes ha decidido echar su suerte.

Esta transgresión es la locura

De las gentes en su transitar.

Este nuevo libro de Guillermo Sáenz Paterson está aquí para incomodar, una vez más las bibliotecas.

 

 

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