El artista plástico costarricense Salomón Chaves sigue compartiendo con grabadistas de Costa Rica y del extranjero su creación: el uso de planchas de cuero para grabar.
Chaves, docente y artista de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), ya publicó un libro llamado Coriumgrabado y ahora además ofrece talleres sobre la técnica dentro y fuera del país.
El grabado es una técnica artística que utiliza una plancha, generalmente de piedra o metal, en la que se graban detalles que luego se adhieren a un papel, a través de la aplicación de pinturas, químicos y presión entre los materiales.
La aplicación de químicos fue precisamente lo que quiso evitar Chaves con su trabajo. El artista reconoce que los químicos muchas veces resultan “nocivos” para la salud de los artistas, por lo que sintió la necesidad de experimentar con nuevas opciones.
“Empecé por una afinidad que tenía por los materiales artesanales, como el cuero, a investigar si era posible aplicarlo a un proceso para imprimir grabado; los materiales tradicionales sí generan ciertos problemas de salud y cierta toxicidad”, explicó Chaves.
El costarricense aprovechó su tesis de Posgrado en la Universidad Complutense de Madrid para enfocarse en la búsqueda de nuevas alternativas de grabado, a través de un movimiento que llama “grabado no tóxico”.
Allí, inició su experiencia con la práctica de grabado en cuero, impulsado por conocimientos que adquirió al estudiar sobre las propiedades del cuero.
“Me di cuenta de que hay muchos sistemas para trabajar en cuero, simplemente aplicando presión y humedad; existen ciertos cueros que, al humedecerlos, se vuelven blandos, lo que permite generar líneas e incisiones”, señaló.
Precisamente esas líneas e incisiones son los puntos en los que se aglutina la pintura y luego se presiona para traspasarse al papel.
“Pensé: ¿Cómo a nadie se le ha ocurrido ponerle tinta y ver si el material es lo suficientemente fuerte para imprimir grabados? Así nació la investigación y su originalidad”.
El libro
Como parte de la exposición de su trabajo, Salomón Chaves publicó recientemente el libro llamado Coriumgrabado, con el sello de la Editorial UCR, en el que explica cada una de las más de 10 técnicas que descubrió para grabar a través de planchas de cuero.
“Se habla sobre cómo tratar el cuero, sobre qué es el grabado no tóxico; también se explican los antecedentes en el uso del cuero, cómo se curte y cómo se hace en Costa Rica”, explicó Chaves sobre su obra.
“El libro se organizó de una manera didáctica para que las personas puedan aprender diferentes técnicas; cualquier persona que ya haya grabado antes, lo puede utilizar y la idea también es acercar el resultado de mi investigación a los artistas jóvenes”, añadió.
Para la gestora de innovación de la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova), Cynthia Céspedes, la importancia de que el libro cuente con el respaldo de la Universidad es que “permite visualizarlo con la calidad que caracteriza las publicaciones de esta institución”.
Proinnova realizó un proceso de exposición del libro y, en este momento, gestiona la solicitud de patente para la técnica de grabado en cuero.
Un fin social
La patente, eso sí, es lo único que Salomón Chaves desea que se le consigne. Para el grabadista el fin de sus estudios -lejos de orientarse a recibir contribuciones económicas- busca el reconocimiento de la técnica como una invención original, aunque para el provecho de cualquier grabadista que desee practicarla.
“Lo que son los derechos de autor por la técnica, yo los doné; me interesa que se aprenda, que se reconozca que es una investigación de la UCR, pero no pretendo que el esfuerzo genere ganancias económicas”, señaló.
Según el grabadista costarricense, su posición se explica porque la técnica en cuero ofrece características favorables que deben aprovecharse para el bien del arte y de la salud de los artistas, no para lucrar.
Además de no ser tóxica, la aplicación del grabado a través de planchas de cuero ofrece la posibilidad de emplear distintas técnicas y la capacidad de realizar correcciones a los trazos en el cuero, puesto que el material es maleable.
“Solamente se ocupa agua y una herramienta. Nos permite algo que no nos permite el ácido, borrar errores y perfeccionar las planchas” subrayó Chaves.
El artista ahora se avoca a exponer su técnica como docente en la Universidad de Costa Rica (UCR), en la que ya se instruye a través de su forma de grabar.
Para expandir los logros de su investigación, Chaves también desarrolla talleres dentro y fuera del país, tales como los que desarrolló en la Casa del Artista en San José y en la Casa de los Tres Mundos, en Granada, Nicaragua.
También asegura que existe el interés de que realice ponencias y trabajos similares en países como Guatemala, Chile y Argentina, en donde ya se vende su libro.
“La idea principal es que la técnica se socialice y que se comparta; a eso nos dirigimos en este momento”, enfatizó el autor.
