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A Makaziwe Mandela, su hija mayor

Me alegró mucho saber por Kgatho que habías aprobado tus exámenes y que ahora vas a seguir adelante con el último curso escolar antes de la universidad.

Señorita Maki Mandela

5818 Orlando Este

Johannesburgo, 1 de mayo de 1970

Cariño:

Me alegró mucho saber por Kgatho que habías aprobado tus exámenes y que ahora vas a seguir adelante con el último curso escolar antes de la universidad. Los buenos progresos que estás logrando en tus estudios demuestran que serás una estudiante aplicada y con talento, capaz de obtener las mejores calificaciones y de ganar los mejores premios siempre y cuando sigas trabajando duro y sistemáticamente desde el principio del año escolar hasta la época de exámenes. Espero que en tu próxima carta puedas detallarme las notas que has obtenido en cada asignatura. Sé muy bien que estudiar no es siempre fácil para una chica africana.

La familia media africana vive instalada en la pobreza, en una casa pequeña y abarrotada, sin la privacidad que necesita una estudiante para concentrarse en sus estudios, y tampoco se puede permitir emplear asistentes domésticos para limpiar la casa, cocinar la comida de la familia y lavar los platos. Todas esas tareas caen sobre los hombros de las niñas, con el resultado de que siempre están cansadas por las tardes cuando les toca hacer los deberes.

En cambio, la niña que estudia en un internado disfruta de muchas ventajas con respecto a la que estudia en una escuela de día. Allí, tanto el entorno como la atmósfera son diferentes. Tiene tiempo de sobra para estudiar, puede discutir y compartir problemas y soluciones con sus compañeras de clase, dejarse ayudar por estudiantes mayores, conversar durante la mayor parte del tiempo en el mismo medio en que le enseñan las diferentes materias, permitirse el esparcimiento que dan los juegos, la gimnasia o la música, y conseguir un rendimiento excelente en los exámenes a finales de año.

Todas estas dificultades se ven muy rebajadas en aquellos estudiantes que cuentan con la suerte de tener unos padres con un nivel educativo alto y que se mantienen al día con respecto al moderno desarrollo en el campo de la educación mediante amplias lecturas. Pueden aliviar los problemas de su hija prestándole su asistencia y su acompañamiento.

Sin lugar a dudas, Kgatho te habría sido de gran ayuda si hubierais vivido juntos. Yo también habría añadido mi granito de arena si estuviera libre. Por lo tanto, soy consciente de los obstáculos con los que te estás encontrando para seguir adelante con tus estudios. Y en vista de esas dificultades valoro como se debe los resultados de tus exámenes. Estoy convencido de que probablemente lo habrías hecho incluso mucho mejor si fueras a un internado. ¡Lo has hecho muy bien y te felicito de todo corazón!

En tu carta sin fechar que recibí el 15 de noviembre del año pasado, dices que ya no quieres ser una científica porque no tendrás los suficientes fondos para estudiar para esa profesión. Discutiremos este asunto más detenidamente cuando vengas a visitarme el próximo junio y podré hacerte entonces sugerencias más precisas. Mientras tanto, me gustaría que te quedases tranquila, pues te aseguro que, a pesar de mis circunstancias presentes, haré todo lo que esté a mi alcance para obtener los fondos que sean necesarios para tus estudios de grado. No creo que se pueda impedir llegar a la universidad por falta de dinero a ninguna de mis niñas si es verdaderamente aplicada en sus estudios. Deberías recordar que, con un padre que está en prisión con una sentencia de por vida, tanto tú como Kgatho sois como huérfanos. Para ambos, la educación es mucho más que una cuestión de estatus. Es un asunto de vida o muerte.

Mientras haya dinero para vuestros estudios debéis tomar al vuelo la oportunidad. Solo así podréis tener seguridad y un futuro brillante. Solo si obtenéis las mejores calificaciones podréis optar por buenos trabajos y mitigar las responsabilidades y la pesada carga que soporta ahora vuestra madre. Sea como sea, resolveremos los detalles de todo esto el mes que viene.

Sé que mamá Winnie está en la cárcel y estoy de acuerdo contigo en que pasará mucho tiempo antes de que la dejen salir. Habrá completado un año entero de encierro el 12 de este mes. Está con buenos ánimos. Nyanya también lo ha hecho muy bien, y estoy orgulloso de ellas. No te puedo dar una respuesta clara y directa respecto a quién se está haciendo cargo de las niñas. Pero tú, Kgatho, Sisi Tellie, Makazi Niki y muchos otros amigos estáis allí para cuidar de ellas. En cuanto a mí, he intentado durante los últimos catorce meses sacar el máximo provecho de la única posibilidad que tengo de mantenerme en contacto con ellas: escribirles cartas.

Eso hice el 4 de febrero, el 23 de junio y el 3 de agosto, pero no parece que ninguna de estas misivas les haya llegado, muy a mi pesar.

Me alegró mucho saber que habías ido a visitar la tumba de la abuela y la hospitalidad que te ofreció el jefe Sabata. Es una persona maravillosa y no sé cómo podré pagarle nunca todo lo que ha hecho por mí. Leí en alguna parte que habías asistido a la boda de Mthetho el pasado enero. El viaje debe de haber sido una gran experiencia para ti. Estoy contento de que tengas relaciones cercanas con los miembros de nuestra familia. Estos lazos fuertes podrán darte mucha fuerza. ¿Están bien el jefe Mdingi y su mujer? ¿Cuántos años tiene su hija y qué hace con su vida? El 3 de noviembre del año pasado escribí a Ma-Tshezi agradeciéndole la carta de pésame que me enviaron ella y el tío Sam por la muerte de Thembi. También le ofrecí mis condolencias a Ma-Tshezi por la muerte de su hermano Justice. No he recibido ninguna respuesta y no sé si les llegó mi carta.

Lulu me escribió en marzo y me pidió permiso para quedarse en nuestra casa de Orlando Oeste. Ya le había escrito el mes pasado al tío Xaba rogándole que evitara tomar cualquier decisión sobre la casa que pudiera tener el efecto de dejar sin hogar a Kgatho y a sus hermanas. Le informé que prefería que Lulu se quedara en la casa siempre y cuando mamá Winnie estuviera de acuerdo. Dile esto a Lulu, por favor.

Hoy es 1 de mayo, tu cumpleaños. Te deseo mucha suerte y que cumplas muchos más, cariño. Espero que recibieras la tarjeta de cumpleaños que te mandé el mes pasado.

Con amor,

tata

 

 

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