País

Mariano Figueres culpa a Morales Zapata (y los diputados le reprochan)

Figueres dijo que el diputado “es un embajador de Juan Carlos Bolaños”, pero la comisión sospecha que la Presidencia fue clave en el “cementazo”

El jefe de la DIS y asesor personal del presidente Luis Guillermo Solís, Mariano Figueres, defendió a capa y espada a su amigo mandatario durante la comparecencia de más de tres horas, este viernes, ante la comisión que investiga la trama de influencias políticas alrededor del aparente negocio de importación del cemento chino.

Figueres, uno de los tres políticos ajenos al Partido Acción Ciudadana (PAC) de quienes se hizo rodear Solís desde 2013, cumplió el ritual esperado de negar culpas del gobierno sobre las facilidades dadas al empresario Juan Carlos Bolaños y para ello hundió al diputado Víctor Hugo Morales Zapata, uno de los miembros de ese trío.

“Morales Zapata ha sido un embajador de Juan Carlos Bolaños”, fue la frase que más alteró los oídos de los siete miembros de la comisión. No les sorprendió que culpara al diputado exmiembro de la fracción del PAC (quien renunció al partido en setiembre después de que Solís dijera en público que le pedía a la curul). Ya lo han venido viendo. Lo que les sorprendió fue la contundencia como Figueres señaló al legislador antes de aceptar que son amigos y contar, según él, que este tema los tiene enfrentados.

Con su característico estilo enfático para hablar, discutiendo por ratos con algunos diputados y en otros bromeando, el jefe de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) aseguró que el diputado Morales indujo a error a varios funcionarios al hacerlos creer que diversas gestiones a favor del empresario Bolaños las hacía en nombre del presidente Solís. Entre ellos, al viceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, interlocutor en una serie de mensajes que se hicieron públicos y en los cuales se leía que el “big chief” (gran jefe) consultaba sobre trámites aduaneros para ingresar cemento chino, en alusión al mandatario.

En la línea seguida en días recientes por personajes cuestionados  en el caso, los dedos acusadores apuntan a Morales Zapata. Lo dijo Figueres como se dicen las cosas que se traen preparadas, sin que se lo preguntaran en específico.

“Hay un embajador. Un operador mayor. No vengo a salvar la figura de nadie, vengo a decir verdad. Yo lo confronté y le dije que no es debido; ya saben ustedes que es un operador muy hábil y logró meter a ese empresario en todo lado (…) En ningún momento ha sido por instrucción del presidente Solís”, dijo el jefe de la DIS.

También rechazó en todo momento haber influido en el nombramiento de directivos del Banco de Costa Rica (BCR), que financió al empresario Bolaños con más de $30 millones mediante procesos que ahora se investigan, y del gerente de esta entidad, su viejo amigo Mario Barrenechea, suspendido desde julio y hasta enero próximo. Incluso intentó desmentir las visitas de amiga que le hacía la directora del BCR, Paola Mora, como contó ella ante esta misma comisión.

Figueres tuvo que escuchar las fuertes recriminaciones de los diputados miembros de la comisión por la falta de explicaciones para que la Presidencia nunca desacreditara de manera tajante y pública al legislador Morales Zapata como vocero presidencial, puesto que ya se conocía su cercanía con Bolaños, como admitió el propio director de la DIS.

Los integrantes de la comisión asistentes hoy a la sesión entre 9 a.m. y 1 p.m. dan por cierto que la Presidencia, sea con el mandatario o con su mayor hombre de confianza,  jugó un papel en el caso llamado “cementazo” al dar entrada libre al empresario Bolaños, quien visitó la sede en al menos seis ocasiones, incluida la conocida reunión con el mandatario, el 9 de diciembre de 2015.

Esa reunión se realizó a pesar de ya había en la DIS información sobre formas indebidas del importador del cemento chino, recogida en 2013 a partir de una denuncia de la presidenta de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de entonces, Vanessa Rosales. Ella decía que él la presionaba por trámites de un contrato para su empresa.

Ese expediente lo comenzó el entonces director de la DIS, Celso Gamboa, (actual magistrado suspendido por sus vínculos con Bolaños), quien en 2014 asumió el cargo de Ministro de Seguridad y fue relevado por Mariano Figueres, quien hoy viernes dijo bajo juramento no fue enterado de la información de alerta sobre Bolaños.

Ahora sí conoce de tal informe sobre Bolaños. Lo calificó como ilegal por tratarse de un ejercicio propio de “policía política” contra un ciudadano, pero un rato después dijo que estaba “sobre la línea” de la legalidad. El jefe la DIS, no obstante, aseguró que sí se “encendieron las alarmas” por la cercanía de Bolaños con Morales Zapata, aunque cuando le preguntaron si hay prueba de ello, él contestó que no dejó nada por escrito. Gesto de incredulidad volvieron a verse en los rostros de los diputados.

Ni siquiera la presencia de Celso Gamboa en el gabinete, siendo él conocedor de reportes sobre Bolaños, causaron un distanciamiento de las autoridades frente al constructor e importador de cemento, al punto de que logró a reunirse 40 minutos con el Presidente para “quejarse” de trabas a su negocio. Las sospechas de los miembros de la comisión es que Gamboa es parte de la trama, tal como se investiga en procesos disciplinario y penal abiertos contra el ahora magistrado.

Mariano Figueres se desmarcó también se haber sido quien sugirió a Celso Gamboa como ministro de Seguridad en 2014-2015. Solo dijo que vio los resultados de su gestión como viceministro en el gobierno anterior y la parecían positivos, con una imagen favorable que le permitió incluso obtener una amplia mayoría legislativa para asumir la silla de magistrado en la Corte Suprema de Justicia.

“Don Celso tenía tan buenos números que ustedes lo hicieron magistrado” en febrero del 2016, fue la frase filosa que pronunció el jefe de la DIS a los legisladores, entre los cuales solo Ottón Solís y Patricia Mora han dicho públicamente que no votaron por él.

El invitado de turno parecía aguantar todo tipo de preguntas y reproches. Algunos los contestaba, otros los dejaba “en visto” y otros los respondía con alguna frase cargada de cortesía, siempre cuidadoso de no implicar a la Presidencia. En un momento encaró a Ottón Solís con el ceño fruncido, mientras este le decía extramicrófonos “no te luce, no te luce”.

Los diputados tenían claro que ahí estaba el hombre más cercano a Solís. Pedirle explicaciones o recriminarle asuntos de Gobierno era interpelar directamente a Luis Guillermo Solís, pero sin tener que guardar las cortesías de la investidura. En la comparecencia de setiembre en la Casa Presidencial le decían a Solís que confiaban en su honestidad, pero ayer le dijeron de mil formas (vía Figueres), que tampoco tanto.

En aquella comparecencia Luis Guillermo Solís dijo que “el Presidente de la República no tiene amigos” y los legisladores se toman esa frase con tanta credulidad como la de “no vengo a salvar a nadie” que pronunció este viernes Figueres.

Tampoco le creyeron anoche a Jorge Chavarría, fiscal general suspendido, ni el martes a a Celso Gamboa. Ni siquiera porque dio versiones varias sobre un mismo hecho, como cuando dijo que conoció a Juan Carlos Bolaños durante una reunión en Presidencia en el gobierno de Laura Chinchilla, lo que hizo enfadar a los diputados del Partido Liberación Nacional (PLN).

Esta mañana, por cierto, volvieron a saltar. La legisladora Nidia Jiménez mencionó breve esa referencia al gobierno de Chinchilla y los tres diputados verdiblancos saltaron en protesta unísona. A veces la unanimidad no es ta. A veces se evidencia la intención de defender a su partido.

De esto tampoco escapa Patricia Mora, de Frente Amplio (FA) una de las voces fuertes de esta comisión y la única legisladora que desde principio de año insistía en investigar el tejido de influencias a favor de Bolaños. Hubo un momento en que preguntaban a Figueres su origen partidario y el de allegados; ahí mencionó que Mario Barrenechea (su amigo, el gerente del BCR) militaba en FA en la campaña del 2014.

Mora reaccionó furiosa de inmediato. Ella no interpretó “militancia” como simpatizar con un partido, sino como formar parte de la estructura. Figueres quiso explicar y agregó que no sabía si Barrenechea había cooperado con el FA. Peor. La diputada lo interpretó como un posible aporte económico a la agrupación. Hizo pedir de inmediato reportes de contriciones y los exhibió en público. Estaba indignada y poca atención podía dedicar en esta sesión al tema de fondo.

A los diputados les hizo gracia. Eran casi tres horas de sesión después de cinco de la noche anterior; se notaba el cansancio y lo aliviaban con algún chiste. Ottón Solís también aderezó con dos chascarrillos la conclusión que expuso con aire lapidario frente a un Figueres sin ánimo para ripostar. Los demás diputados escuchaban atentos y por momentos asentían.

Lo que hizo fue enumerar las distintas reuniones en Casa Presidencial y asociarlas con hechos posteriores que beneficiaron a Bolaños. Quería dejarle claro al presidente Solís (vía Figueres) su versión: que hay “compadre hablado”, que todas las señales apuntan a Casa Presidencial, aunque en el BCR se financió el negocio, entre diputados se hizo lobby y en el Poder Judicial se pudo haber garantizado un camino de impunidad ante eventuales delitos. Y Marian Figueres apenas replicaba.

“Si Morales Zapata decía que habla en nombre del presidente, ustedes debieron decirle que era un mentiroso y negarle la entrada a la Casa Presidencial, pero sigue yendo y sigue siendo su amigo íntimo (del mandatario. No lo pueden sancionar porque efectivamente todo venía de presidente. ¿No ve la claridad de esto? Todo se le disimuló a este hombre Bolaños”

“Ahora no entiendo si usted sabía o no que había informes de la DIS. Aunque Celso Gamboa dijo fue solo una reunioncita con Bolaños y después siguieron siendo amigos, hasta irse a tomar guaro a Panamá (viaje conjunto de octubre del 2016). Y usted llega a la DIS y no le cuentan esa información… suena a protección a toda costa. Resuelvan esto. Digan que Morales Zapata no entra más a oficinas del gobierno. ¡Eso es lo minimo! ¿Por qué no lo hacen? Porque él resentido cantaría todo lo que sabe. Así sí sería como el cantante Ricky Martin”, dijo Solís endulzando con un chiste propio de quien ha seguido estas comparecencias (el jueves se confundió al usar el nombre del cantante en lugar del fiscal adjunto Ricky González).

Y seguía: “usted quiere hacernos creer que el presidente no sabía (…) Que presidente dice que no sabía del embajador (Morales Zapata) o capataz, o yo creo que más bien era un rasputín, porque convencieron al presidente de que este hombre (Bolaños) era la última Coca-Cola del desierto. No cierra esto, don Mariano, no cierran estas cosas y nosotros tenemos que escribir un informe. Dígale al presidente que esta no es una comisión con fines políticos…” Acabó y Figueres no intentó contestarle.

Al cierre de la sesión, el jefe de la DIS tampoco habló a la prensa. Rodeado de guardaespaldas salió a paso rápido de una sesión en la que, habiendo jurado decir verdad, hizo lo mejor que pudo por defender a la Presidencia.

Esta comisión aún espera recibir a la expresidencia de la CNE Vanessa Rosales y a los cinco miembros de la Sala Penal que había desestimado denuncias contra Bolaños, Morales Zapata y el legislador Otto Guevara relacionados al tema del cemento. Entre esos miembros vendría el presidente de la Corte Suprema, Carlos Chinchilla, pero esto lo debe refrentar el plenario de diputados este lunes, considerando que la fecha lìmite para recibir el informe final es el 20 de noviembre.

 

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