primeranota Crónica de audiencia legislativa de este viernes

El duelo entre los diputados y el empresario “matón” del cemento chino

Bolaños pensaba ausentarse por una gastritis, pero los diputados pidieron llevarlo con Fuerza Pública y llegó solo. Lo que ocurrió después frustró a algunos legisladores.

La noticia directa y lógica de este viernes sería que el importador del cemento chino a Costa Rica negó plan alguno de estafar al Banco de Costa Rica (BCR).

Otra noticia podría ser que contó haberse reunido con el presidente Luis Guillermo Solís gracias a simples gestiones de su secretaria y que en esa reunión estuvo Mariano Figueres, director de la DIS.

O que ha recibido asesoría de Iván Barrantes, el mismo consultor de imagen electoral del PAC en 2014, de Otto Guevera en 2016, de publicidad  del BCR y del candidato Antonio Álvarez Desanti en este año.

Pero la jornada de este viernes en la Asamblea Legislativa no se presta para noticias directas. Esta es una crónica de frustración diputadil que llevó a una diputada Patricia Mora a llamar “matón” al invitado. Es el recuento de nueve horas en que la impotencia fue creciendo en la cara de los diputados de la comisión que investiga el crédito público al importador de cemento chino que ha causado una enorme nube de cuestionamientos.

Esta y otras coberturas periodísticas de la extraña jornada de este viernes, o el video de la sesión, pueden ser la constatación de nada quedó claro y de que las sospechas más bien se multiplican.

Es este un aparente caso de tráfico de influencias y trámites ad hoc en instituciones públicas, aderezado por enfrentamientos internos en la directiva del Banco de Costa Rica (BCR). También de denuncias ya aclaradas (al menos de momento) por el giro a uno de los directivos del BCR de 4,5 millones de colones provenientes de una cuenta del medio digital CRHoy, que ha llevado la batuta en las denuncias de este caso.

Popularmente se le ha llamado “el cementazo”. Este es el caso de préstamos por $30 millones del BCR en condiciones especiales al irreverente importador de cemento chino que, dice, intenta romper el duopolio de las transnacionales Holcim y Cemex en Costa Rica y que este viernes intentó convencer a los diputados de que todo lo ha hecho en buena lid. En ambos objetivos tiene mucho trabajo pendiente.

El enfado, la suspicacia y hasta el temor quedaron revoloteando como zancudos a las 6 p.m., nueve horas después de que el empresario Juan Carlos Bolaños se declaraba incapaz de comparecer por una supuesta gastritis aguda hemorrágica que, sin embargo, no le impidió llegar a las 3:10 p.m. en plena forma después de que los legisladores acordaron mandarlo a traer con la Fuerza Pública. El dictamen de su dolencia fue hecho por médico especialista en tratamientos estéticos y no satisfizo a los diputados; más bien los enojó. Bolaños aseguró haber ido a un EBAIS y a la clínica Moreno Cañas a validar el dictamen y no lo logró, relató sin mostrar pruebas.

Cuando llegó al salón, ya estaba el ambiente cargado, a punto de cortocircuito. Bolaños Mostró algo de soberbia y decenas de veces repitió en sus respuestas “no recuerdo”. En varias ocasiones, esa afirmación resultaba increíble. Bolaños logró exasperar más a los diputados al punto de que Patricia Mora, una de las que cuestiona el caso desde hace meses, llegó a llamarlo “matón” y expresó el deseo de no escucharle más ninguna aparente explicación.

Evasivas, contestaciones desafiantes y “voseo” frecuente a los diputados. “¡Qué enredo se tiene usted!”, le dijo en un momento a la oficialista Nidia Jiménez. Y la verdad es que sí parecía un poco enredada con tanta información, tanta fecha, nombres en español y en chino. Esto en esta novela no es novedad; así es el ‘cementazo’.

El presidente de la comisión, el liberacionista Ronny Monge, se cansó de reprenderlo como a un niño. Al final incluso se permitió el sarcasmo al recomendarle tomar pastillas contra la gastritis porque todo apunta a que volverán a llamarlo a comparecer, le dijo. Lo único que tenía claro es que hay que seguir investigando.

 

Bolaños, el desmemoriado

Ottón Solís, oficialista pero muy crítico con el apoyo de la Presidencia a Bolaños, parecía esforzarse por guardar la dulzura del carácter, pero sus preguntas mostraron que también le quedaba poca tolerancia ante la irreverencia del empresario.

En un momento Solís preguntó a Bolaños si ha llevado a políticos en sus aviones y él titubeó en contestar y atisbó a decir que tampoco recordaba si era dueño de un avión. El fundador del PAC le dijo que le hablaba de aviones, no de bicicletas. Y sí, Bolaños reconoció ser dueño de un avión y que suele alquilar helicópteros “como cualquier persona” (como cualquier persona que suele alquilar helicópteros).

Tampoco recordaba, o eso dijo, a cuáles diputados ha invitado a su casa ni cuáles políticos estuvieron en la reunión del 13 de abril del 2015 en Casa Presidencial. Después le preguntaron por Figueres y dijo que sí estuvo en esa reunión.

Nadie le preguntó por el legislador Víctor Moralez Zapata, que también estuvo en esa reunión con los ministro de Presidencia y Economía de ese momento, Melvin Jiménez y Wélmer Ramos. También Iván Brenes, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), entidad que suele contratar trabajos a la empresa constructora de Bolaños.

Ottón Solís le preguntó si  le era frecuente comer con diputados y cuáles. Bolaños contestó que se ha visto, por ejemplo, con Luis Vásquez (PUSC) o el libertario Otto Guevara, pero por casualidad, porque coincidía con ellos en algún restaurante y pues se sentaban a la par. Todo muy espontáneo.

Aconsejado a 30 centímetros por el abogado penalista Juan Marcos Rivero (exdefensor del expresidente Rafael Ángel Calderón, entre otros clientes reconocidos), Bolaños trataba de mantenerse en su estilo fresco y altivo. Cumplió obediente con no decir ni una palabra sobre el audio polémico de la conversación que sostuvo el 3 de abril con el exgerente del BCR Guillermo Quesada. El contenido de ese diálogo, grabado secretamente por Quesada, es el motivo del temor de directivos bancarios sobre un plan de estafa y de la comparecencia de ambos de este viernes.

Ambos, Bolaños y Quesada, estuvieren sentados juntos. El primero negó referirse al audio aunque en una entrevista reciente con UNIVERSIDAD admitía que sí era su voz y  que el audio había sido manipulado.

Quesada confirmó como verídica la grabación que él mismo hizo a escondidas de una reunión en el hangar 5 del aeropuerto Tobías Bolaños y que utilizó el directivo del BCR Alberto Raven para alertar a sus compañeros directivos sobre un eventual plan de Bolaños para no pagar el crédito a ese banco público.

El audio fue reproducido en la comisión mientras el empresario del cemento tamborileaba sobre la mesa con la mano derecha, en la que dejaba ver una vía con suero que le habrían colocado en el hospital CIMA dos horas antes, cuando los policías iban a buscarlo a su casa, en Guachipelín de Escazú.

Todos escuchamos la voz de Bolaños en algo parecido a una propuesta indecente. Bolaños pedía a  Quesada declararse culpable de revelar información sujeta al secreto bancario y así el empresario podía demandar al BCR y librarse de honrar el préstamo.

En el audio se escucha también una aparente anuencia del exgerente bancario, pero él mismo presentó la denuncia dos meses después. A Quesada le preguntaron este viernes si había recibido extorsiones y respondió así: “por algo judicialicé ese audio”. Parece que sí.

En ese audio también se escucha a la voz de Bolaños narrar una reunión suya con autoridades de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS, dirigida por Mariano Figueres), en la que le habrían confirmado que estaban intervenidos su teléfono y el de Quesada. Bolaños, sin embargo, no contestó este viernes nada sobre lo que todos escuchamos en el salón legislativo.

 

Los nublados de muchos días

Tampoco dio detalles Bolaños sobre el préstamo, sobre su negocio, sus proveedores en China, sus finanzas ni la red de empresas entre Costa Rica, China, Hong Kong y Panamá. Evitó referirse a la posibilidad de que sea el mismo cemento perecedero  el que responda por el crédito (es parte minoritaria de la garantía, dijo a UNIVERSIDAD en julio). Tampoco al hecho de que su préstamo es el único en el BCR en que se ha admitido un seguro de caución con una empresa distinta al Instituto Nacional de Seguros (INS), una aseguradora llamada Oceánica.

En tres horas de comparecencia, esgrimió a veces, sonrisa; a veces, parpadeo nervioso y ni un gesto de dolor.

El diputado liberacionista Ronny Monge informó de que posiblemente convoquen al presidente Luis Guillermo Solís. El martes están convocados los directivos del BCR, incluida Paola Mora, a quien los diputados achacan un aparente favorecimiento al negocio de Bolaños junto al gerente Mario Barrenechea, en este momento suspendido por el mismo caso.

Mientras tanto, un barco proveniente de China cumple ya tres semanas estacionado en puerto Caldera en espera de descargar 7.000 toneladas de cemento. Surgió un problema con certificaciones en los empaques y ahí está. En otros lugares, sectores políticos y empresarios estaban al tanto de cada palabra.

Fue al final de la audiencia cuando Mora descargó su frustración llamándolo “matón” y culpándolo de ayudar a un mayor desprestigio de la política. “Usted se ha aprovechado de la institucionalidad de este país. Usted cree que tiene el mundo en sus manos; se envalentona porque ha manipulado a políticos. Imagínese qué cantidad de diputados han llegado a su casa que ni siquiera recuerda sus nombres. No recuerda si tiene aviones o no”. Para la diputada de Frente Amplio, aquí hay delito de alguien.

Algo le dijo también sobre su edad (38 años). Entonces Bolaños no contestó nada más. Su abogado le recomendó abstenerse y solo hizo la excepción cuando William Alvarado (PUSC) le tiró una bola suave al pedirle opinar sobre los efectos perjudiciales de tener un duopolio de en el mercado del cemento en Costa Rica. Un duopolio cierto.

Para ese momento uno de los acompañantes pedía a otros colaboradores que tuvieran el carro listo, que urgía. Ojalá estuviera ahí el avión, los helicópteros o uno de los caballos finos que utiliza como pasatiempo y negocios. Pero Bolaños saldría sin agregar mas palabras y Rivero alegaría ante la nube de periodistas que los seguía que la audiencia era solo un show político. Y eso también era un poco cierto.

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