José María Villalta (Frente Amplio), Fabricio Alvarado (Nueva República) y Lineth Saborío (Unidad Social Cristiana, PUSC) son las candidaturas preferidas por la población de entre 18 y 34 años, según una revisión fragmentada de la pasada encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), realizadas al faltar dos semanas para los comicios.
El candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), José María Figueres aparece en cuarto lugar y en quinto, Eliécer Feinzaig (Liberal Progresista, PLP), aunque la mitad de la juventud (48%) estaba indecisa al momento de cierre de la encuesta, el viernes 21 de enero.
Esta información, aportada por el investigador coordinador de la encuesta, Ronald Alfaro, no contiene las cifras de intención de voto debido a que se requeriría un estudio con una muestra mayor de este grupo etario para poder dar cifras precisas, dado que representa un 37% del padrón nacional (casi 1,3 millones de electores).
Casualmente, Villalta y Alvarado son los de menor edad entre los candidatos que la encuesta CIEP-UCR presenta con un apoyo superior al menos al margen de error al considerar el total de la población,.
Sin embargo, la agenda de sus partidos, las propuestas y sus estilos políticos podrían estar incidiendo sobre una población joven alejada de los partidos y que aloja ideas progresistas tanto como conservadoras, estás última con mayor peso en mujeres.
Los jóvenes ya los demostraron en 2018 al apoyar la candidatura de Carlos Alvarado, que se presentaba como figura progresista, pero también a Fabricio Alvarado, en el lado más conservador, como mostró un estudio de la politóloga Ilka Treminio y su colega Adrián Pignataro.
Su investigación ha señalado también que la población joven además favorece las ideas pro mercado de manera más intensa que el promedio total. Es decir, que se inclina más a la derecha, lo que indicaría que los indecisos de este segmento etario buscan opciones distintas a las que ofrece Villalta y su partido de izquierda.
Treminio señaló que los partidos han sido erráticos en la campaña en convocar a la población joven, a pesar de que una parte de ella podría resultar vital para los resultados del domingo. “Ha sido una campaña muy formal en los temas como ambiente o trabajo y es difícil que intereses a jóvenes. Puede que no hayan aprovechado el recurso humano joven para hablarles sobre asuntos que los afectan de una manera más directa como educación, empleabilidad e incluso violencia, porque se sabe las edades de los muchachos más propensos a entrar en actividades del narcotráfico, por ejemplo”, comentó.
La colocación de candidaturas jóvenes en puestos aparentemente relevantes, productos propagandísticos con formatos o presencia juvenil, y el anuncio de algunas propuestas han sido las tácticas de los partidos para intentar atraer a esos grupos nacido todos después de 1985 e ingresados al electorado en el siglo actual, caracterizado por la reconfiguración política y la pérdida de simpatías hacia los partidos.
