La educación primaria es uno de los pilares esenciales del éxito académico de una persona. Históricamente, Costa Rica se ha esmerado por que todos sus niños asistan a la escuela, no obstante, en 2016 la tasa de escolaridad fue de 93,1%, por debajo del período entre 2005 y 2011, que se ubica en índices superiores al 97%; así lo confirmó el Sexto Informe del Estado de la Educación.
Además, los datos evidencian no solo esta reducción de la cobertura, sino que hay un desfase entre la cantidad de niños que ingresan a primer grado y se gradúan de sexto. Para el 2016, la matrícula de sexto grado representó un 83,4% de la reportada en primer grado para el año 2011.
La explicación de esta situación es que en la primaria se está dando el fenómeno de niños y niñas que se van quedando rezagados en el proceso, un elemento que preocupa a los investigadores del Estado de la Educación, pues dicho atraso repercutirá en la secundaria.
“Estamos hablando que el 9% de los niños y niñas de sexto grado tienen más edad de la que corresponde al grado en el que están, mientras que el dato para los que ingresan en primer grado es del 1,3%, cuando se trata de hombres el porcentaje es superior, abarcando un 10,4% del total en el último año de primaria.
Esta es una bola de nieve que explota en secundaria y puede incidir negativamente en el éxito académico a futuro de esa población”, detalló Dagoberto Murillo, investigador del Estado de la Educación.
Por otra parte, en el año 2000 la retención en primaria era del 77,4% y para el año pasado se mantuvo en el 83,4%, lo que representa una mejoría, no obstante, el asunto que preocupa a los investigadores es que durante muchos años el país ha apostado por garantizar el tema de cobertura, no así en el tiempo que tardan los estudiantes en terminar este ciclo, lo cual puede ser un problema, ya que al ingresar a la secundaria con mayor edad se presenta una condición muy distinta de si lo hubiese hecho al tiempo.
“Y si nos enfocamos en el tema de logro de pasar el sexto año, el índice se ubica en un 80,9%, lo cual es positivo, porque muestra mejoras, pero hay brechas de género a favor de las mujeres que alcanzaron mayores niveles de logro que los hombres”, añadió Murillo.
Si bien el 54,9% de las escuelas tienen niveles de aprobación en sexto de primaria del 75%, un total de 796 centros educativos, que significa el 21,2%, tuvieron una aprobación menor al 50%, en su mayoría escuelas pequeñas ubicadas en cantones como Talamanca, Osa, Matina, Turrubares, Limón, Coto Brus, Buenos Aires y Carrillo. Generando nuevamente índices negativos y poco competitivos para niños y niñas en zonas vulnerables.
Problemas que suman
Otra revelación del informe es que en primaria solo el 5% de las escuelas ofrece un currículo completo, es decir únicamente 197 escuelas de unas 4.000 (quitando las unidocentes).
De acuerdo con Katherine Barquero, en el estudio realizado se descubrió que en un 38% de las escuelas no se ofrecía ninguna asignatura especial, lo que crea grandes brechas desde el principio de la formación académica, con imposibilidades de universalizar la oferta.
Los centros educativos que menos se benefician de materias especiales son los pequeños, de hecho, el 73,8% de las escuelas con matrícula menor a 30 estudiantes no ofrecía en 2016 ninguna de estas asignaturas, pero sí hay una leve mejoría, pues en 2009, el dato era del 86,8%.
Pero no solo se trata del currículo, sino que los niños de primaria apenas están alcanzando el desarrollo de las destrezas básicas, lo que se demuestra con las Pruebas nacionales diagnósticas de II ciclo (PND) y un instrumento internacional que aplica el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación.
En dichas pruebas se valoran tres niveles de desempeño, de acuerdo con los contenidos de los programas de Ciencias, Matemáticas, Estudios Sociales y Español. Por ejemplo, en Matemáticas la mayoría de los estudiantes de sexto grado (66%) se ubicó en el primer nivel de desempeño (que es el más bajo), así como el 57% en Estudios Sociales y el 57% en Ciencias.
Esto significa que son capaces de reconocer, describir, ordenar, parafrasear e interpretar conceptos, pero no adquieren habilidades de los niveles superiores, tales como resolver problemas o situaciones a partir de los cuales extraer conclusiones, comprender relaciones de causa y efecto o sacar conjeturas.
La habilidad de resolver problemas es la que demuestra mayores falencias, sobre todo en matemáticas, lo que evidencia la urgencia de lograr una implementación efectiva de los nuevos programas de estudio.
Pruebas Terce
El segundo instrumento que se utiliza a través del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación, son las pruebas Terce, que hacen un estudio regional comparativo enfocado en primaria, sobre todo en niños que van de tercero a sexto grado.
Isabel Román, directora del Estado de la Educación, explicó que las pruebas arrojaron datos preocupantes, donde el 30% de los estudiantes de tercer grado se ubican en los niveles más bajos y en sexto esta cifra sube al 50%.
“Hay grandes indicios de que algo está pasando en las aulas, pues al concluir la primaria los niños y las niñas solo alcanzan destrezas básicas, lo cual se agrava al pasar del I al II ciclo educativo. Aquí hay una grave deficiencia en el desarrollo de la comprensión lectora, incluso vemos retrocesos”, dijo Román.
En el contexto regional, mientras que todos los países demostraron mejoras en lectura y matemáticas, Costa Rica, junto con Paraguay, fueron las únicas naciones que obtuvieron promedios inferiores.
Los nuevos planes de estudio están muy enfocados al desarrollo de capacidades para la comprensión lectora, incluso los programas de preescolar ya lo incorporan como un elemento esencial para desarrollar destrezas en los niños y las niñas.
Aquí el papel de los docentes juega un papel clave, y se encontró que uno de los principales factores asociados para alcanzar el éxito académico de los estudiantes en desventaja es contar con maestros que asisten regularmente a clases y cumplen con el horario establecido.
En cuanto a las prácticas en el aula, es necesario que primaria profundice aun más en la adquisición de materiales educativos y se incorporen mayores elementos de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), lo que está comprobado, mejora las condiciones de rendimiento escolar.
“Se requiere de una mayor articulación de todo el sistema educativo y el país requiere volver la mirada hacia primaria, pues desde los primeros años se empiezan a acumular las problemas, como la sobreedad y la fatal de desarrollo de capacidades, lo que incide en los futuros años escolares y en la probabilidad de éxito de culminar la educación formal”, detalló Isabel Román.
Inglés: piedra en el zapato de primaria
La deficiencia en la formación universitaria de docentes de primaria en la asignatura de inglés fue una de las revelaciones del Sexto Informe Estado de la Educación. Hay brechas importantes entre la mayoría de oferta curricular de las carreras para formación docente en inglés y los nuevos requerimientos que establece el nuevo plan académico.
La nueva propuesta curricular del Ministerio de Educación Pública se caracteriza por tener un enfoque centrado en el estudiante, para que pueda realizar tareas y tomar decisiones sobre situaciones diarias, de manera activa y autónoma, poniendo en práctica la capacidad lingüística y cognitiva.
Pero el éxito de este nuevo programa dependerá en gran medida de la calidad de los docentes, los cuales deben ubicarse en bandas del marco común de manejo del idioma inglés, con un perfil mínimo de B1, pero cuando los investigadores revisaron los datos un 20% de los docentes están por debajo de ese estándar.
“Si queremos la implementación exitosa del programa tenemos desafíos, se requiere mayor dominio del idioma inglés, incrementar el conocimiento fonológico, el uso de las TIC, y los programas de las universidades que están formando estos docentes tienen grandes deficiencias, con bibliografías desactualizadas, planes de estudio viejos y poco uso de materiales tecnológicos. Ahí tenemos un gran reto”, detalló Katherine Barquero.
Análisis de campo demostró poca efectividad en tiempo de lecciones
Mejoras en cobertura de secundaria son insuficientes
Fuertes índices de repitencia, bajas probabilidades de terminar el colegio y poco desarrollo de destrezas básicas destaca el Informe Estado de la Educación.
María Núñez Chacón
El país presenta una mejoría en la cobertura bruta de secundaria, creciendo a 95,9% en el 2016, tomando en cuenta que en el 2010 era del 84,8%, lo cual es positivo, pero las mejoras no alcanzan si queremos acelerar el ritmo y ponernos al nivel de países de primer mundo.
Siguen vigentes desafíos grandes, como que la población estudiantil asista al colegio a la edad en que debe hacerlo, problemas de eficiencia interna del sistema, que los estudiantes logren concluir la secundaria y que mejoren la adquisición de destrezas básicas.
El investigador Dagoberto Murillo del Informe Estado de la Educación explicó que los estudiantes matriculados en undécimo año para el 2016 representaban el 45,4% de los que iniciaron en sétimo año en el 2012, además solo el 50,4% de los jóvenes entre 18 y 22 años había finalizado la secundaria.
Peor aún, los datos demuestran que de los estudiantes que ingresaron a sétimo, solo un 45% llega a undécimo y solo el 55% termina el noveno año. Con estos datos no se pueden esperar mejoras aceleradas, ni mucho menos una población con oportunidades de desempeño laboral en el futuro.
“El dato de noveno es importante, porque los esfuerzos institucionales se concentran en lograr que los jóvenes alcancen el bachillerato, pero hay una gran porción que ni siquiera está llegando”, dijo Murillo.
Esto constituye un techo que limita los avances en el porcentaje de la población con secundaria completa e impiden que se cumpla con la aspiración nacional de que todos los jóvenes finalicen el colegio en igualdad de condiciones.
Un elemento que es destacable es el esfuerzo que ha hecho el país por aumentar las becas, los comedores escolares y el transporte de estudiantes, para retener a los jóvenes en la educación formal, lo cual es muy positivo, porque de lo contrario habría mucho más estudiantes excluidos del sistema.
Entre el 2006 y el 2015 se cuadriplicó la inversión en incentivos para estudiar, y para este último año la inversión pública fue de ¢200.964 millones, pero todavía hay retos en ayudas monetarias y mayor cobertura de transporte.
Por otra parte, con aportes del resultado de las pruebas PISA fue posible determinar que el país continúa ubicándose en niveles básicos de matemática y capacidades científicas y lectoras.
Los estudiantes se ubican en niveles 1 y 2 básicos. El nivel 2 es reconocido para que la gente pueda insertarse en la sociedad del conocimiento, pero hay un alto porcentaje que ni siquiera lo está alcanzando.
Observación en las aulas
Una novedad de este Sexto Informe es que se llevó a cabo un estudio presencial en centros educativos de secundaria, para determinar el funcionamiento de las lecciones, el rol de los docentes y el aprovechamiento efectivo de las lecciones.
El ejercicio se realizó en 118 aulas en colegios públicos académicos diurnos, donde se analizaron las condiciones de infraestructura del aula, el diseño operativo, pupitres, confort climático, variables ambientales, ruido, luz, temperatura y humedad. Todos ellos elementos esenciales para una adecuada salud mental y física de los estudiantes.
La segunda práctica en el aula buscó aproximarse a la forman en que se distribuye el tiempo en clase, las actividades que se realizan y las interacciones que hay. Para ello se establecieron dos observadores por aula y se dividió la lección en diez momentos de igual duración.
“Con esta evaluación se encontró que hay bajos niveles en materiales de las paredes, ventanas, cielorrasos y pisos, mucho de ello relacionado con falta de mantenimiento. Los profesores de colegios con alto rendimiento tienen estrategias para mejorar la clase, la tienen más ordenada, más aseada y mejor decorada. Encontramos que las aulas no están adaptadas con la Ley 7.600 para personas con capacidades distintas, no hay señalamientos o dispositivos de seguridad, el mobiliario es incómodo y en todas hay problemas de luz”, contó Jennifer León, investigadora del Estado de la Educación.
En cuanto a humedad, lo admisible es del 70% en temperaturas de 27 grados, pero encontraron muchas aulas con temperaturas mayores y en términos de ruido, la normativa nacional establece un máximo de 40 decibles dentro del aula, pero los índices están por encima de 70.
Esto dio como resultado que la mayoría de las aulas están fuera de la zona de confort, lo que produce un desgaste energético extra del organismo, lo que propone una llamada de atención para las autoridades.
Como parte del estudio en las aulas, también se determinó que hay un serio problema de ausentismo e impuntualidad, y se pudo observar que en promedio por día faltan entre cuatro y cinco estudiantes.
“Hay problemas de impuntualidad, se pierde mucho tiempo en clase, no se arranca la lección de manera pronta, lo que hace ver que solamente el 50% de las clases son efectivas. De todo el tiempo que tenemos, solo la mitad se usa para el aprendizaje, de ese tiempo la mayoría se hace bajo el sistema tradicional y solo un 3% es participativo”, señaló Isabel Román.
Preescolar requiere mayor atención
En el nivel de preescolar, el país cuenta con un nuevo programa académico, el cual ya debería estarse aplicando en las aulas, que da un salto cualitativo en la formación de la primera edad, poniendo énfasis en la lectoescritura inicial, sentando las bases para aprender a leer.
Es por ello que el Informe Estado de la Educación llevó a cabo un ejercicio de observación en aulas para ver si su aplicación está siendo la correcta. Hay bajas coberturas, pues la educación preescolar de niños entre 4 y 5 años tiene una cobertura del 60% y de 5 a 6 años es de 85%, un índice que viene bajando, pues en el pasado había llegado al 90%.
“Con el ejercicio de observación fue posible determinar que hay niveles mínimos de calidad, registramos que las prácticas y conocimientos docentes no son las mejores en cuanto a lectoescritura, que es la parte esencial de programa; se requiere mayor acompañamiento y seguimiento a los educadores, mejorar los ambientes en el aula y brindar mayores materiales educativos y tecnológicos”, señaló Isabel Román, directora del Estado de la Educación.
Según el análisis en el aula, hay problemas para trabajar con grupos pequeños, no hay suficientes materiales, como arena, trajes para vestirse de diversos roles y hay pocos libros por estudiante.
“Es posible observar que hay poco tiempo para llevar a cabo todas las rutinas, el mobiliario no es adecuado para los niños, no hay muebles para relajación ni espacios para leer, aunque las docentes tienen una interacción cálida y cariñosa, lo cual es un punto muy positivo”, dijo Román.
Según los datos del Informe, hay un recurso humano muy calificado en docencia de preescolar, pero está siendo subutilizado; se requiere mayor observación en las aulas y acompañamiento para aplicar adecuadamente el nuevo plan académico.