País Piden que alerta roja incluya medidas realmente efectivas

Economistas urgen implementar Bono Proteger, apoyos a Pymes y Renta Mínima Vital en medidas económicas

Especialistas consideran que es tiempo de tomar acciones extraordinarias, crear impuestos temporales a grandes capitales, desviar recursos presupuestados a la atención de la emergencia y suspender el pago de intereses de la deuda interna

Tomar las acciones adecuadas para manejar una pandemia no viene en un manual, pero existen una serie de recomendaciones de expertos economistas y analistas que se han planteado desde hace meses y que no han tenido eco en el Gobierno.

De frente a una situación caótica, en que la tasa de contagio de COVID-19 ha crecido desmedidamente, y frente a una Administración Pública que ha dado pasos tímidos para tomar acciones contundentes, sumado a la insistencia de aprobar iniciativas para lograr un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los especialistas consideran que ya es hora de acertar en las decisiones económicas.

Diversos sectores han solicitado al país declarar alerta roja, algo que el Gobierno tiene en proceso de consulta con varios sectores empresariales y religiosos, pero definitivamente cualquier medida que se tome debería tomar en cuenta apoyar a los hogares que se han quedado sin empleo, a los que han visto agravada su situación de pobreza y garantizar los recursos para la Caja Costarricense de Seguro Social y la vacunación.

De acuerdo con Fernando Rodríguez, economista de la Universidad Nacional (UNA) ya han planteado a las autoridades que una solución viable es entregar nuevamente ayudas a las familias más vulnerables, apoyar a los pequeños negocios y para ello, urge generar nuevos ingresos.

“La atención de la pandemia es impostergable, hay que volver a entregar el Bono Proteger e incluso reforzar esta iniciativa, pensar en la transformación de los programas de ayudas en un concepto de Renta Mínima Vital, porque la gente en condición de pobreza necesita tener capacidad para enfrentar su situación general y la crisis que estamos viviendo”, señaló Rodríguez.

Coincidente con este criterio, Luis Paulino Vargas, director a.i. del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) cuestionó que el Bono Proteger, no solo ha desaparecido, sino que no existe voluntad política para buscarle financiamiento y revivirlo; y es momento de cambiar esta tendencia.

Además, agregó que es necesario establecer un programa de entrega de alimentos y artículos de higiene a todos los hogares en comunidades y barrios más pobres, donde las municipalidades tendrán una responsabilidad esencial.

Por su parte, la economista Ana Rosa Ruiz enfatizó en que la agenda que ha primado en este gobierno ha sido la que busca complacer al FMI, sin medir las consecuencias sociales y económicas, algo que se está traduciendo en una mayor desigualdad y pobreza. “No es tiempo de tocar los programas sociales, por el contrario, se requiere fortalecerlos”.

Financiamiento de programas sociales

Para lograr el financiamiento de estas ayudas a grupos vulnerables, será indispensable que el Gobierno genere nuevos ingresos, y los expertos han planteado en diversas ocasiones las alternativas posibles para garantizar esta necesidad.

En primer lugar, una reforma que cobre impuestos a los ingresos más altos y a los grandes capitales, sobre todo a las empresas que han salido como ganadoras en medio de esta pandemia, incluyendo compañías ubicadas en Zonas Francas y Cooperativas.

Pedirles a estas empresas un aporte extraordinario es una medida que otros países han implementado, porque no es posible que con la crisis existente se siga pensando en hacer excepciones.

“Ya no hay justificación para darle exoneración fiscal a nadie, por más que digan que estamos matando la gallina de huevos de oro, eso es falto, las empresas no se van a ir porque les cobren un impuesto temporal, es una medida urgentísima”, detalló Leiner Vargas.

De paso, se brindaría apoyo a las pequeñas y medianas empresas, a las cuales se les brindarían aportes para continuar trabajando, capital semilla e incluso que los bancos les cobren tasas cero en medio de la situación pandémica, y el Gobierno puede excluirlos del pago de servicios básicos, siempre y cuando demuestren la grave afectación que han tenido.

En cuanto a los salarios más altos, Luis Paulino Vargas señaló que los aportes deben hacerse sobre una justa y equitativa, de forma que aporten más, quienes más posibilidades económicas tienen de hacerlo.

“Es innegable que quienes tienen salarios relativamente elevados, deben aportar más, y ello incluye, en primera instancia, a los catedráticos y las catedráticas de las universidades públicas. Pero igualmente deben hacerlo las grandes empresas que siguen reportando ganancias y las familias más ricas de nuestra sociedad. Ello podría resolverse mediante recargos temporales y muy progresivos a los impuestos sobre salarios, ganancias empresariales, rentas y ganancias de capital, y grandes patrimonios familiares y personales”, explicó Vargas.

Generar ingresos frescos

Los expertos coindicen en que las soluciones económicas deben estar planteadas desde acciones de corto plazo, y es un error del Gobierno seguir pensando en proyectos para solucionar la situación fiscal, esas medidas deben quedar para luego, en el largo plazo; ahora urge resolver lo inmediato.

Por ejemplo, para generar más ingresos, el Banco central podría participar para dar mayor financiamiento a la CCSS. El Gobierno podría pagar la deuda que tiene con la Caja con bonos de deuda interna, la CCSS podría redimirlas llevándolas al mercado secundario y el Banco Central compararlas, sobre todo ahora que se conoce que la Institución que está en la primera línea de atención tiene un faltante enorme de recursos.

Otra medida consistiría en que el Banco Central decretara un impago de los intereses de la deuda interna por dos años y bonificar a los acreedores con bonos.

También se podrían trasladar el 20% de los recursos presupuestados de las instituciones del Estado para financiar los programas que realmente se necesitan; que las entidades con superávit inyecten dinero para apoyar a las familias vulnerables y a las pequeñas y medianas empresas, así como para adquirir equipos y materiales.

“Definitivamente es momento de desviar todos los recursos que hay para infraestructura, como puentes elevados y otros, para la atención de la emergencia nacional. Si quieren seguir inaugurando rotondas, le quitan el arroz y frijoles a menores de este país y le quita una cama de hospital a un enfermo de COVID-19”, concluyó Leiner Vargas.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido