País

UNICEF: Costa Rica debe focalizar mejor sus esfuerzos por la niñez

Para Gordon Jonathan Lewis, representante de Unicef en Costa Rica, el país necesita blindar sus programas sociales y focalizar esfuerzos en poblaciones que continúan excluidas.

El representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Costa Rica, Gordon Jonathan Lewis, aseguró que el país ha tenido éxito universalizando sus derechos a niños, niñas y adolescentes; sin embargo, debe blindar esos avances de cara al ajuste fiscal que realizará y  focalizar sus esfuerzos para atender a todas aquellas poblaciones que siguen siendo excluidas.

Así lo externó la mañana de este viernes durante la presentación del Informe Anual 2017 de la agencia internacional, documento que alaba los avances en materia legal y de política pública en el país, pero cuestiona las dificultades para poner en práctica y evaluar lo que ellas proponen.

Al respecto, Lewis reconoce que si bien “Costa Rica destaca en la región en la que vive”, cuenta con “un marco de avanzada que beneficia políticas de universalización” y destina una inversión pública social  las más altas en la región, lo cierto es que quedan discriminaciones que deben ser atendidas y que sólo podrán atacarse mediante una atención más especializada.

“El argumento que nosotros hacemos es que si tenemos una base tan fuerte, debemos preguntarnos entonces por qué no todos los niños están sentados en el tren de desarrollo. Hay que comprender cuáles son las barreras y los obstáculos que le impiden a esos niños llegar hasta ahí”, señaló.

Al respecto, subrayó que estos obstáculos son estructurales y parten de la vieja práctica nacional de diseñar su política para la inclusión de las mayorías, una forma de analizar los esfuerzos institucionales que cumplió gran parte de sus objetivos y hoy parece obsoleta.

“Son cuestiones de diseño de la política pública, Costa Rica hace 30 o 40 años tenía un enfoque universal; es decir, hace 30 o 40 años un 10% o 20% de los niños llegaban a la escuela y entonces el enfoque era cómo garantizar que la mayor cantidad de gente accediera a todo a través de la mayor cantidad de inversión posible”, señaló

“Por eso hoy tenemos a ocho de cada diez niños en preescolar, pero la pregunta ahora es por qué hay otros dos que no están. Hay que cambiar el paradigma de lo universal a lo focalizado, lo que implica entender quiénes son y dónde están esos niños”, puntualizó.

Esto lo analiza el informe en campos como la educación, donde datos del Departamento Estadístico del MEP del año 2015 ya reflejaban la exclusión educativa de un 23,5% en círculos migrantes, un 20,2% en contextos indígenas  y un 13,5% entre niños y jóvenes con discapacidad, por encima de la exclusión general que en ese momento era de 11,4%.

Ese porcentaje general se redujo a un 3,1%; sin embargo, las brechas persisten y es ahí donde debe trabajar más el Estado, desde el punto de vista de Naciones Unidas.

Para Lewis, además, es importante “garantizar” ese cambio de paradigma al mismo tiempo que se consolida legalmente el actual, pues “ante el ajuste fiscal que viene, que es necesario, es importante que se blinden esos programas y presupuestos (enfocados en la universalización) para no sufrir retrocesos como los que se han visto en otro contextos”.

Estadística Insuficiente

Para Xinia Miranda, oficial de Comunicación y Alianzas de Unicef Costa Rica, gran parte de los problemas nacionales para atender de manera focalizada problemas como la violencia y la exclusión escolar de menores está en que existen muchas estadísticas, pero no lo suficientemente desagregadas, algunas desactualizadas y otras más bien muy dispersas.

Según Miranda, esto impide conocer mejor “cuáles son las poblaciones especialmente vulnerables”, así como el control que pueda tenerse de su inclusión a través de “metas claras” con indicadores directos y presupuestos incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo.

“Por ejemplo, todavía no tenemos información actualizada de cuántos niños, niñas y adolescentes con discapacidad tenemos, hasta este año se va a hacer un estudio al respecto, y lo otro es que esos datos en otros temas, como prevención de la violencia, tampoco están actualizados o están dispersos”, apuntó.

Al respecto, la oficial señaló que los problemas para dar una atención focalizada son algo que entonces se traslada a las instituciones, que no siguen planes conjuntos en beneficio de los niños y los jóvenes que más lo requieren.

“Uno de los cuellos de botella que hemos identificado es que efectivamente Costa Rica tiene un marco jurídico bastante moderno y una serie de políticas en favor de la niñez costarricense, pero la coordinación entre las instituciones es el talón de Aquiles. Es como tener un Roll Royce pero llenarlo con agua en lugar de gasolina”, concluyó.

En esa línea, el informe señala que estudios a una mayor profundidad permitirían identificar mejor las brechas, punto que serviría para determinar vulnerabilidades y generar programas sociales con sistemas de evaluación que permitan comprobar su éxito.

Reproducción de exclusiones

Otro de los puntos por los cuales Unicef considera necesario manejar un enfoque más especializado de las políticas nacionales es para evitar la reproducción de exclusiones que multiplican las condiciones de pobreza y vulnerabilidad.

Según recogió la última Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) un 34% de las personas que viven en pobreza son niñas, niños o adolescentes, una proporción que —si no se atiende directamente— es capaz de reproducir los mismos problemas a los que ya se enfrenta.

Tal es el caso de la educación, campo en el que “la exclusión escolar expone a estas poblaciones a reproducir el círculo intergeneracional de la pobreza y a mayores condiciones de vulnerabilidad social”, dicta el reporte de la agencia internacional.

Por ese motivo, Miranda apuntó que “el rol de Unicef no es criticar las acciones de ningún país, sino decir dónde están los vacíos y buscar resolverlos a través de inversiones”. A partir de allí, “lo más importante que es que las instituciones utilicen la información y que la usen para exigir cambios y trabajar sus políticas”.

Al respecto, el representante Lewis añade que Costa Rica se enfrenta ahora además al reto de atender a la población inmigrante, un trabajo de derechos humanos para el que “tendrá que encontrar  lo mejor de sí para poder abordarlo” sin caer en nuevas (o profundizar viejas) discriminaciones.

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