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Un Presidente lleno de peticiones acudió al Congreso

Carlos Alvarado escribió un discurso sencillo pero lleno de peticiones a los diputados. Expediente tras expediente, el presidente reveló su interés por varias aprobaciones legislativas.

El discurso del presidente Carlos Alvarado de este 2 de mayo estuvo cargado de solicitudes a los diputados. Esta era la primera vez en la que el presidente hablaba por tanto tiempo frente a los 57 legisladores, todos en conjunto, un hecho que el mandatario aprovechó para cargarlos  de solicitudes.  

A fin de cuentas, su informe de labores era apenas del primer año, un primer año monotemático, según el propio mandatario, quien aseguró haberse enfocado en “evitar una crisis nacional”.

En el sitio donde se aprueban las leyes, y con la presencia de los 57 congresistas de los 57 posibles, el presidente realizó petición tras petición, como si hubiera acumulado las solicitudes, con una lista de proyectos que —adjuntando algunas pocas excepciones— ya se encuentran presentados.

Los legisladores, por su parte, aprovecharon el discurso para comentar en sus redes sociales lo que extrañaban del informe, muchas de ellas solicitudes que luego se plasmaron en la “contrarrespuesta” de Carlos Ricardo Benavides, el diputado del Partido Liberación Nacional (PLN) que recién este 1 de mayo fue elegido como presidente del Congreso.

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Desde el lado de Alvarado, las peticiones fueron muy diversas. No hubo una línea muy estricta, aunque sí primó —como ha sido costumbre desde el inicio de esta administración— un discurso economicista. El enfoque para nada pareció extraño, en medio de una economía nacional que ya lleva meses algo deprimida: con un abultado pago de deuda pública, un consecuentemente alto déficit financiero, unas presionadas tasas de interés y un desempleo creciente, que alcanzó un 12% de la población en las últimas mediciones.

En esa línea, la petición más firme del mandatario fue la aprobación del expediente 21.201 sobre “eurobonos”, como popularmente se le conoce a la autorización que solicita el Ejecutivo para colocar bonos de deuda externa. Este movimiento, reiteró Alvarado —al mismo son de las autoridades de Hacienda y del Banco Central— permitiría reducir las tasas que paga el Estado en el mercado interno (sus gastos y sus intereses), con lo que se reducirían las presiones al crédito local, donde las necesidades del Gobierno elevan las tasas, acaparan el dinero disponible y asfixian las opciones para emprender.

Además, Alvarado mencionó proyectos que buscarían aumentar la capacidad adquisitiva de la población, como las regulaciones en las tasas de interés y las comisiones por el uso de datáfonos que cobran los bancos; ideas que ya tienen expedientes en el Congreso, donde son impulsados por el oficialista Welmer Ramos.

Ramos, economista y rival de contienda interna del presidente Alvarado en el PAC, también presentó recientemente un proyecto para regular los precios de las medicinas, una iniciativa que también mencionó Alvarado como parte de sus prioridades.

También habló el presidente sobre la necesidad de afinar la forma en que se realiza el gasto público.

En esa línea, pidió aprobar definitivamente la reforma constitucional para la sostenibilidad fiscal y la plurianualidad en la presupuestación del Estado (expediente 19.584), una idea que defiende con especial ahínco la Contraloría General de la República (CGR) para dar una mayor consistencia a la inversión pública a través de los años.

Alvarado también pidió —aunque sin mayor insistencia— trabajar con la reforma al empleo público recién presentada por su administración al Congreso, un expediente que intentaría reducir las curvas de crecimiento en el pago de remuneraciones y ordenar los procesos de vinculación y desvinculación de los funcionarios al sector público.

Además de ese proyecto, el presidente “sugirió” a los diputados “reformas adicionales para hacer más eficiente al Estado y sus instituciones”, aunque no mencionó directamente a ninguno de ellos.  Sí habló, en general, de las reformas sugeridas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entidad a la que el Estado busca adherirse a más tardar en junio de 2020 y que solicita cambios estructurales como el fortalecimiento de las autoridades reguladoras de la competencia en el Estado (expediente 21.293).

En materia de trabajo, el discurso del presidente fue cauto. Eso sí, mencionó que querría que se aprobaran los proyectos de educación dual y sobre teletrabajo, a los que señaló como un par de opciones para brindar mayores oportunidades de empleo, especialmente a personas de las poblaciones más rezagadas históricamente.

El presidente no prometió muchos proyectos nuevos. Habló sobre la pronta llegada al Congreso de algunos contratos de financiamiento para obras de infraestructura, como la concesión del Tren Rápido de Pasajeros (TRP) o un crédito del BID para construir los pasos elevados entre Taras y La Lima de Cartago.

Entre las solicitudes polémicas, el presidente reiteró su apoyo a la aprobación de los expedientes 18.213 y 19.571, el primero sobre el levantamiento del velo bancario a personas jurídicas y el segundo sobre extinción de dominio (la posibilidad de confiscar bienes relacionados con actividades ilícitas).

En temas sociales, pidió reafirmar en segunda legislatura la reforma constitucional para garantizar la protección estatal a las personas con discapacidades o adultos mayores; así como el expediente 20.299, que busca castigar penalmente el acoso sexual callejero.

En ambiente, mencionó los proyectos para solucionar la contaminación con residuos plásticos (como el 21.159, de la oficialista Paola Vega), y en temas regionales destacó las reformas a la Ley de Pesca, para administrar y promover empleos en la pesca de atún, y el proyecto Paacume de “agua para Guanacaste”,  una iniciativa de riego y de consumo de ese líquido que ya se aprobó en primer debate y que ahora está en manos de los magistrados de la Sala Constitucional.

Sobre ese último proyecto, con los diputados y los magistrados de la Sala IV presentes, Alvarado agradeció desde ya una “expedita aprobación (…) para en un plazo máximo de dos meses estar formalizando el crédito con el BCIE que permitiría su desarrollo”.

Lo que faltó

Como también es costumbre, pasado el discurso del Presidente de la República, tocó el turno de hacer lo propio al presidente del Congreso, el recién electo Carlos Ricardo Benavides, del PLN. El verdiblanco reiteró “la intención de contribuir permanentemente” con el desarrollo de las legislaciones; sin embargo, apuntó con especial atención a tres puntos en los que pidió al Gobierno replantear sus visiones.

Benavides señaló que Costa Rica debería aspirar a mayores índices de crecimiento económico y atribuyó esa tarea a puntos de desarrollo como la apertura de más mercados y la generación de infraestructura. El diputado pidió “acciones concretas”, e incluso señaló que lamentaba la no incorporación del país a la Alianza del Pacífico.

También mencionó el problema del desempleo. Ese problema que el presidente Alvarado mencionó como el principal escollo del país pero que, según Benavides, requiere de “más propuestas” que las ya señaladas. “La prioridad del Gobierno”, coincidió Benavides, “debe ser revertir esa tendencia” (aunque no coincide en las formas).

Mientras Alvarado habló de un mejoramiento integral de la economía como una plataforma para la apertura de oportunidades, Benavides y varios otros diputados más (la mayoría en sus redes sociales) pidieron trabajo. “Se espera del gobierno que presente a la mayor brevedad soluciones claras y ágiles”, señaló el legislador, quien hizo especial alusión al problema del desempleo en la población joven.

También, a pesar de que Alvarado informó que su Gobierno tendría listos planes de reestructuración de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en los próximos tres meses, Benavides pidió que esa discusión sea “sensata, oportuna y pragmática” y que “se ajuste a la realidad económica y política” del país.

Por último Benavides habló sobre imponer mayores metas en materia de seguridad y en la reducción de la pobreza, indicadores “preocupantes” y que requieren “políticas públicas urgentes, integrales y sostenibles”.

Algunos otros diputados siguieron la misma línea de Benavides y la mayoría, como es costumbre, reprobaron el primer año del Gobierno. Con excepción de los oficialistas, la oposición siempre apunta a notas menores de las aceptables.

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Eso sí, faltan tres años y todos reiteraron su compromiso de trabajar en conjunto. Al fin y al cabo, “tanto el Legislativo como el Ejecutivo tienen su cuota de responsabilidad” y el presidente “solo es uno”, aseguraron los jerarcas del Legislativo y del Ejecutivo (cada cual en su tiempo y cada cual en su silla).

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