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UCR separa a catedrático Mainor Salas de clases y refuerza cruzada contra el acoso sexual

Las denuncias de estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) contra el catedrático de la Facultad de Derecho, Mainor Enrique Salas Solís, por insultos, frases obscenas y proposiciones sexuales

Las denuncias de estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) contra el catedrático de la Facultad de Derecho, Mainor Enrique Salas Solís, por insultos, frases obscenas y proposiciones sexuales -las cuales fueron publicadas la semana anterior por UNIVERSIDAD-, generaron una serie de reacciones en las propia casa de estudios y en el resto de las universidades públicas.

Este lunes, el decanato de la Facultad de Derecho comunicó que, como medida cautelar y por el resto del ciclo lectivo, el curso de Derecho Penal I que impartía Salas sería asignado al decano Alfredo Chirino Sánchez.

Además, esa unidad académica acordó sustituir al docente de comités asesores de tesis de graduación.

También se ordenó la creación de una “Comisión Interna para el diseño e implementación de medidas efectivas para la atención de la problemática”, la cual contará con asesoría y comunicación constante del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM).

Asimismo, se delegó al docente Gustavo Chan, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, la coordinación para preparar una encuesta de victimización sobre el tema de acoso y hostigamiento sexual.

Por su parte, el rector de la UCR, Henning Jensen, solicitó este lunes al Consejo Universitario “conformar una Comisión Especial para revisar los reglamentos en contra del hostigamiento en el trabajo o acoso laboral y del hostigamiento sexual”.

En un oficio remitido por Jensen a la directora del Consejo, Teresita Cordero Cordero, se indica: “nos preocupa que el proceso de resolución es muy prolongado, lo que, entre otros, alarga el sufrimiento de las personas involucradas. Asimismo, hemos evidenciado que las sanciones por los hechos que configuran estos tipos de acosos, particularmente los de tipo sexual, son realmente leves y en muchos de los casos de esquiva aplicación según las circunstancias que rodean el caso”.

En el documento que envió al Consejo Universitario se lee: “Para poner un ejemplo, el Reglamento de la Universidad de Costa Rica contra el hostigamiento sexual establece en su artículo 8 que, en el caso del personal docente, se aplicará una sanción en el rango de: faltas leves, graves y muy graves; sin embargo, únicamente las faltas ‘muy graves’ son sancionadas con despido. En este sentido, ¿cómo diferenciar con certeza lo que conlleva que una falta sea grave o muy grave si el reglamento no lo detalla? El reglamento no lo aclara, como sí lo hace otra normativa interna relacionada con otros temas afines a materia disciplinaria. La gravedad en las faltas es algo que no solo debe estar delimitado para evitar interpretaciones obtusas y libres, ya que de la gravedad de los hechos depende una sanción que permita evitar males mayores”.

“Lo más lamentable es que esta inutilidad normativa, por demás anómica desde el punto de vista jurídico, genera un agravio indeseable en la vida de las víctimas -y de posibles víctimas potenciales- si no existe una sanción acorde con la naturaleza de las conductas denunciadas. No es aceptable, al menos así lo concebimos, que entre una falta grave y una muy grave, en materia de acoso sexual, medie una sanción desproporcional, dada su laxitud”, agregó el rector en esa petición.

También el lunes, varios colectivos feministas y representantes de las diferentes federaciones estudiantiles de las universidades públicas emitieron una declaratoria de “estado de emergencia” ante los casos de hostigamiento sexual que sufren en las aulas.

Los grupos Me pasó en la UCR, Me pasó en la UNA, Las hijas de Zárate, LiberArte, y la Comisión Feminista del Frente Ecologista del TEC hicieron una conferencia de prensa en la que pidieron el reconocimiento de los derechos de la mujer, la apertura de espacios de información y discusión con perspectiva de género, más plazas de participación estudiantil en las comisiones que revisan las denuncias y mayor presupuesto para esas entidades.

Fabiola Bermúdez Jiménez, integrante de la agrupación Me Pasó en la UCR, expresó que las estudiantes quieren denunciar, pero usualmente lo hacen al salir de los cursos por temor a represalias, o cuando se ven obligadas a abandonar las clases por estas situaciones.

“Más del 50% de las denuncias que recibimos son desde las Facultades de Derecho, de Ciencias Sociales y Estudios Generales. Usualmente las facultades suavizan o minimizan las resoluciones que les da la Comisión Institucional contra el Hostigamiento Sexual”, comentó.

Cuestionamientos a decano

Tras la publicación de UNIVERSIDAD, estudiantes de Derecho hicieron reclamos al decano, Alfredo Chirino, por calificar de “leyenda negra y rumores”  las situaciones con respecto al docente Salas y por supuestas prácticas de encubrimiento al acoso sexual.

De hecho, el 20 de febrero de este año, la Asociación de Estudiantes de Derecho le remitió un oficio a Chirino haciéndole ver la disconformidad de estudiantes con el nombramiento del profesor Salas en un curso.

En ese oficio, le indicaron que el profesor “expresa comentarios misóginos, irrespetuosos, que incurre constantemente en manifestaciones sexistas y que, además, en sus cursos los estudiantes se han sentido vulnerados, acosados y hostigados”.

El miércoles pasado, mientras una manifestación se llevaba a cabo en esa Facultad, en la cual se cuestionaba al decano, Chirino atendió por segunda vez a este medio.

En esta entrevista rechazó que él tuviese una actitud encubridora hacia estos temas y aseguró que sí les ha prestado atención.

“Yo he prestado atención y he hecho lo que dentro del marco de normatividad legal de la Universidad se me permite hacer, ¿que consiste en qué? Bueno, si no se lo dije en aquella anterior sesión se lo digo ahora: después del plantón de acoso sexual (una manifestación anterior), formamos una comisión bipartita, de profesores y estudiantes para analizar la normativa que hay de acoso sexual, para hacer recomendaciones, para hacer exhortos, para hacer campañas de sensibilización, y ahí hay personas de gran valor y de gran importancia para la facultad como es la profesora Adriana Macaya”.

“Hemos hecho enormes esfuerzos para que los profesores asistan a actividades de sensibilización, se les ha puesto en conocimiento los reglamentos, a los estudiantes se les ha puesto en conocimiento los reglamentos. Nosotros hemos atendido casos en donde los estudiantes se acercan a las autoridades administrativas de la facultad y aunque nosotros no podemos directamente ni acompañarles ni podemos instruirles o guiarles  de ninguna manera (porque el tema del hostigamiento sexual tiene una instancia especial), a estas personas, compañeras, sobre todo mujeres, las han atendido y les han sugerido el camino de la denuncia”.

“Yo siento que dentro del marco de las cosas que normativamente podemos hacer se ha hecho lo que ha estado en nuestras manos.”, argumentó el decano.

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