La Universidad de Costa Rica (UCR) calificó como un “esfuerzo histórico” la elaboración de los Programas de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral implantados por el Ministerio de Educación Pública (MEP), que —según interpreta— “se hallan en consonancia con la legislación nacional e internacional, al igual que con el enfoque de derechos humanos”.
“La educación debe ser un garante de los derechos humanos, contribuir a solucionar los problemas estructurales, y en este caso en particular, combatir los estereotipos, prejuicios sociales y desigualdades”, indicó la universidad.
El pronunciamiento académico fue suscrito como parte de una comunicación oficial del Consejo Universitario (CU), entidad que se refirió a los documentos “en un contexto de discusión nacional”.
Al respecto, la casa de enseñanza indicó que el enfoque de los programas “procura garantizar el desarrollo integral de los individuos”, así como “potenciar las competencias vinculadas a la vivencia plena y responsable de la afectividad y la sexualidad”.
Así mismo, en materia de metodología y población meta, indicó que “los Programas están claramente definidos y responden a la psicología del desarrollo humano, por lo que se encuentran adecuados a la condición psicoemocional de los estudiantes”.
La aplicación de los programas ha generado intensas reacciones de rechazo por algunos sectores en los últimos días, especialmente por la interpretaciones religiosas de las herramientas educativas.
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El impacto fue mayor especialmente en la Zona Norte, donde padres de familia 15 cerraron escuelas el pasado 8 de febrero, día en que inició el ciclo lectivo; a pesar de que en primer ciclo el MEP no implementa sus programas.
Ante las reacciones divididas sobre los instrumentos, la UCR exhortó al diálogo para una “discusión sana y objetiva” de los mismos, aunque reiteró su compromiso con “toda iniciativa que proteja la dignidad de las personas, promueva el respeto y potencie el desarrollo integral”.
En esta línea, recordó que “el sistema educativo tiene la tarea de contribuir, junto con las familias, a desarrollar procesos formativos integrales”, de modo que se formen “personas libres, autónomas, críticas y autocríticas, orientadas solidariamente hacia la sociedad”.
