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Trabajadoras sexuales de Jacó consumen alcohol u otras drogas para soportar ciertos actos sexuales

Una mayoría de las mujeres indicó que se había involucrado en la actividad porque “no les alcanza el dinero” o porque “no tienen trabajo”, lo cual evidencia las condiciones precarias y los salarios bajos que no permiten la satisfacción de necesidades básicas en estas familias.

Una mayoría de trabajadoras sexuales de Jacó, entrevistadas para una encuesta, respondió que solía consumir alcohol durante el ejercicio del trabajo sexual y un 27,7% señaló que ha consumido alcohol u otras sustancias psicoactivas con el propósito de soportar ciertos actos sexuales.

Este es uno de los resultados del estudio “Involucramiento de mujeres trabajadoras sexuales en consumo de sustancias psicoactivas y/o actividades delictivas en el distrito de Jacó, 2023”.

Se entrevistó a un total de 54 mujeres, un 49,9% de las cuales tiene entre 19 y 32 años, según la investigación realizada por la Asociación Casa MINT (Mujer Integral) y el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD).

La mayoría de las mujeres entrevistadas (61%) son costarricenses y aproximadamente cuatro de cada 10 personas entrevistadas son migrantes, la mayoría nicaragüenses, dominicanas y colombianas, de acuerdo con la publicación de octubre pasado.

Investigaciones realizadas anteriormente a nivel nacional e internacional explican que las mujeres trabajadoras sexuales consumen sustancias psicoactivas para aminorar los síntomas del estés, la ansiedad y la depresión y que las bebidas alcohólicas y la cocaína son las sustancias de mayor prevalencia en la población de estudio.

Además de esto, siete de cada 10 mujeres ha estado en presencia de un cliente que consume algún tipo de sustancia, lo cual las expone no sólo a posibles situaciones de violencia, sino que puede incentivar o mediar el consumo por parte de ellas.

Un 16,6% dijo que sus clientes les han pedido que les presten una cuenta bancaria para depositar dinero, a cambio de pagarles. Y un 1,8% señaló que sus clientes les habían ofrecido más dinero a cambio de que transporten drogas y/o dinero dentro y/o fuera del país.

No les alcanza el dinero o no tienen trabajo

Una mayoría de las mujeres indicó que se había involucrado en la actividad porque “no les alcanza el dinero” o porque “no tienen trabajo”, lo cual evidencia las condiciones precarias y los salarios bajos que no permiten la satisfacción de necesidades básicas en estas familias.

De igual manera, el 40,7% de la población entrevistada vive en Jacó. Un 54% de la población se traslada desde otras provincias para el ejercicio del trabajo sexual. La mayoría de estas mujeres va a Jacó tres días por semana, de jueves a sábado.

En cuanto a si la persona tenía otro trabajo remunerado o no, el 72,2% indicó no tener otro trabajo.

También se identificó que el 5,5% responde que vive en la calle; es decir, no tiene un lugar donde vivir. El 74% refirió que ellas son las jefaturas de sus hogares. “Se observa por tanto, que 7 de cada 10 mujeres, son las únicas responsables de tomar decisiones en sus hogares, y por tanto, es congruente con el hecho, de que se han involucrado en esta actividad económica porque no les alcanza el dinero, porque no tienen trabajo y/o para mantener a su familia”, declara el estudio.

En el cantón de Garabito, al que pertenece Jacó, “esto ya se hizo un estilo de vida, ante la ausencia de fuentes de empleo para las personas que no pudieron por alguna razón terminar los estudios, y no les queda otra opción que dedicarse a esta actividad, aprovechando que es una zona de alta densidad turística”, refiere la investigación, citando al Ministerio de Seguridad Pública (MSP).

 

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