Ocho personas fallecidas, más de 7.000 evacuados y 2.000 incidentes reportados al sistema de emergencias (911) desde esta mañana son los saldos que ha dejado la tormenta tropical Nate hasta la noche de este jueves, según informaron las distintas autoridades de emergencia encabezadas por el presidente Luis Guillermo Solís en conferencia de prensa.
A esto se suman problemas en el suministro de servicios básicos como el agua potable y la electricidad, campos en los que el Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AYA) reporta unas 500.000 personas sin agua potable y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) 18.934 servicios eléctricos por restablecer.
“En nombre del Gobierno de la República y de toda la familia costarricense quiero expresar nuestras más sentidas condolencias con las familias que han perdido seres queridos en esta emergencia”, lamentó el mandatario, quien -eso sí- reconoció que los distintos sectores “han hecho esfuerzos notables para garantizar el bienestar de otras miles de personas”.
“Lo expreso con emoción y con reconocimiento por ese esfuerzo solidario, que expresa el afecto del pueblo de Costa Rica y de la familia nacional por sus hijas e hijos”, enfatizó el jerarca, justo antes de garantizar que los equipos de emergencia cuentan con los recursos necesarios para seguir atendiendo a la población y cualquier imprevisto que surja en las próximas horas.
Esto lo señaló con determinación pues la tormenta tropical se desplaza actualmente hacia el noroeste por la costa de Honduras; sin embargo, se espera que sus efectos indirectos en el país sigan siendo significativos al menos hasta la noche del viernes.
“El hecho de que disminuyan las lluvias no significa que debamos bajar la guardia. Tenemos una saturación extrema de los suelos. Esto significa que con menos lluvia todavía puede haber graves efectos”, advirtió el mandatario.
Sobre este punto en específico, el director de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Iván Brenes, también fue enfático en recordar que se mantienen los estados de alerta roja y amarilla en todo el territorio costarricense, algo que ahora es más importante que nunca porque se ha identificado “una gran saturación en los suelos”.
“Mantenemos los estados de alerta roja y amarilla (…) Reiteramos el llamado a extremar medidas de prevención, especialmente en las zonas vulnerables a inundaciones y deslizamientos”, puntualizó el jerarca en la materia de prevención y atención de emergencias.
Así mismo, recordó que la CNE habilitó las líneas 2210-2775 y 2210-2874 para consultas sobre afectaciones en carreteras y albergues, de modo que nadie marque al número de emergencia de no ser estrictamente necesario.
Según indicó Brenes, saturar las líneas de emergencia podría ocasionar todo tipo de perjuicios, incluida la pérdida de vidas humanas; aunque es algo común pues la recepción de llamadas es limitada y no todas las consultas que se reciben suelen ser urgentes o necesarias.
