País

Tormenta Bonnie dejó daños materiales y un acentuado recordatorio de mejorar prevención

Cerca de 1.600 personas permanecían en albergues en la tarde de este lunes, horas después de que la influencia del evento meteorológico que tocó suelo el viernes por la noche. Presidente de la CNE resalta que no hubo costo en vidas humanas, pero advierte la urgencia de mejorar la preparación ante futuras tormentas.

La tormenta tropical Bonnie acabó de alejarse de Costa Rica dejando a su paso daños materiales de severidad moderada y un fuerte recordatorio de la necesidad de mejorar la prevención de desastres motivados por razones meteorológicas, aunque en esta ocasión no hubo vidas qué lamentar.

Cerca de 1.600 personas permanecían en albergues en la tarde de este lunes, horas después de que la influencia del evento meteorológico que tocó suelo costarricense el viernes por la noche, tras de advertencias de fuertes vientos y lluvias producto de lo que se pronosticaba como posible huracán.

Inundaciones en la zona norte y caribeña de Costa Rica provocaron derrumbes y destrucción de algunos puentes en carreteras, además de perjuicios aún no cuantificados en las actividades productivas, sobre todo del tipo agropecuario.

Aunque este lunes continuaban las lluvias en algunas zonas del país, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ajustó las alertas preventivas sobre el territorio nacional, de manera que quedó en amarilla para todas las regiones excepto la provincia Limón, donde rige la categoría verde. Ya no hay cantones en alerta roja.

Las alertas de la CNE obedecen al riesgo de nuevas lluvias por la llegada de una onda tropical en esta semana, lo que podría provocar inundaciones o derrumbes debido a la alta saturación de suelos por las precipitaciones del fin de semana, explicó Jorge Rovira, de la CNE.

““Ha disminuido significativamente las condiciones lluviosas en el país en las últimas 3 horas. Se prevé que la influencia de Bonnie continuará en todo el Pacífico Norte, siendo más intenso, en particular los sectores del norte del país, península de Nicoya y Pacífico Central”, dice el reporte de la CNE basado en el reporte del Instituto Meteorológico.

Estos posibles efectos pueden amenazar edificaciones domiciliarias o comerciales en pueblos o ciudades donde más construcciones se han desarrollado en zonas de riesgo, como se manifiesta periódicamente con los eventos meteorológicos, sobre todo en las épocas más propensas, como la que apenas está empezando, señaló el presidente de la CNE, Alejandro Picado.

“Este fenómeno (Bonnie) gracias a Dios no dejó el impacto que temíamos pero si hubiera sido como el huracán Otto muchas de estas familias no tendrían hoy a dónde regresar”, dijo Picado.

“Las experiencias previas nos han hecho ir madurando y desarrollar un sistema nacional de gestión de riesgo con apoyo de sociedad civil (…), pero hay que fortalecer más, hay muchas oportunidades de mejora y hay que reforzar eso”, agregó Picado, en especial alusión a los gobiernos locales.

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