País Sector servicio es el más golpeado en pandemia

Tímida recuperación en comercio, servicio y turismo se proyecta para 2021

Empresas ubicadas en Zona Franca lograron mantener sus planillas e incluso crecer en algunos sectores.

Ya han pasado casi diez meses desde que llegó el COVID-19 a Costa Rica y sus secuelas para el sector comercial y de servicios resultan muy desalentadoras. Por ejemplo, las aerolíneas han proyectado que solamente habilitarán entre un 10% y un 25% de su capacidad de vuelos hacia el país.

Gran cantidad de locales comerciales han tenido que cerrar producto de la pandemia. (Foto: Katya Alvarado).

Este año los parques nacionales solamente recibieron un 14,9% de los ingresos esperados y en comercio alrededor de 5.000 empresas se vieron afectadas con cierres totales.

El repaso del impacto que ha generado la pandemia tiene a miles de costarricenses al borde de la pobreza; gran cantidad ha perdido sus empleos, muchos otros siguen a la espera de ser recontratados o que sus jornadas vuelvan a ser completas.

Definitivamente, todas aquellas actividades vinculadas con el sector turístico tuvieron una afectación importante en sus ingresos. Con hoteles, restaurantes, tours, playas y parques cerrados durante meses, con restricciones vehiculares que impedían el traslado de la gente o la limitación del aforo, gran cantidad de empresarios se vieron obligados a cerrar sus negocios, y en no pocos casos lo hicieron para siempre.

“Es probable que para el 2021 logremos (turismo) cerca de un 30% (con visión optimista) del volumen que teníamos acostumbrado, lo que generaría una alta tasa de desocupación y desempleo”, Mauricio Ventura.

Ni qué decir del área comercial y de servicios locales: tiendas, negocios, sodas y centros comerciales pusieron candado o en algunos casos abrieron de manera intermitente. Se suspendieron contratos, redujeron jornadas e implementaron —los que tenían capacidad— nuevas modalidades de ventas.

Las proyecciones de recuperación son variadas según el sector, todas con una visión tímida y llena de incertidumbre, pero definitivamente no hay una bola mágica que permita predecir con exactitud lo que sucederá durante el 2021, por lo que habrá que ir paso a paso, midiendo los avances y retrocesos de la economía nacional e internacional, de la cual Costa Rica depende enormemente.

Un turismo con temporada cero

Pese a que las cifras del sector turístico han sido poco esperanzadoras, noviembre y diciembre han mostrado una tendencia al alza. Desde luego que si se compara con el 2019 el panorama no es positivo, pero los empresarios sienten una chispa de ilusión de que la recuperación podría ser un poco más rápida de lo proyectado.

En un país donde la dependencia del sector turístico está dirigida esencialmente a los visitantes extranjeros, el cierre de fronteras y el poco interés de los viajeros de otras naciones por salir de sus países ha marcado los números.

Desde que se reabrieron las fronteras, la llegada de turistas por vía aérea fue muy baja, pero va en leve ascenso. Para agosto arribaron 1.636 personas; en setiembre 3.371; para octubre llegaron 9.888 y en noviembre 36.044, este último con una fuerte presencia de viajeros desde Estados Unidos, uno de los destinos más importantes, según las estadísticas del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

Esto se podría explicar con la apertura de fronteras desde todos los destinos y la eliminación de la prueba PCR negativa para los turistas, que era un elemento que restaba competitividad al país; además de toda una campaña que el gobierno y cámaras han impulsado para atraer a los viajeros.

Pero el crecimiento en los números aún es muy poco, sobre todo para un sector que se vio totalmente paralizado durante meses y que inició actividades —los que pudieron iniciar— de manera muy parcializada.

Rubén Acón, presidente de la Cámara de Turismo (Canatur), explicó que si bien el incremento de llegada de turistas y la demanda de vuelos, así como el aumento en el turismo local, da una esperanza de un comienzo de recuperación lento e incluso, prevén que en diciembre crecerá aún más. Sin embargo, falta mucho para alcanzar los niveles de sobrevivencia.

“Poniendo los pies en el suelo, entendemos que hay factores que inciden negativamente en que alcancemos volúmenes similares a los del 2019, con nuestros mercados principales, Estados Unidos, Europa y Canadá, muy afectados por el coronavirus y fuertes restricciones, incluso muchos de ellos comenzando nuevos confinamientos. Es probable que para el 2021 logremos (turismo) cerca de un 30% (con visión optimista) del volumen que teníamos acostumbrado, lo que generaría una alta tasa de desocupación y desempleo”, detalló el presidente de la Canatur.

En noviembre llegaron 36.044 turistas extranjeros.

Para que las empresas de turismo sobrevivan se requiere que el país avance en otros temas, recalcó Acón, como el apoyo financiero que deberá darse por dos vías, uno que se refinancie las deudas en el sistema bancario, con menores tasas y mayores plazos, y otro que genere a la vez préstamos para capital de trabajo.

Estos dos temas son esenciales, y no se ha logrado ningún acuerdo con el gobierno, ni se ven acciones en ese sentido. Muchos ya deben volver a pagar sus préstamos, que se han visto elevados por las moratorias otorgadas.

“La opción es que se apruebe el Fondo Nacional de Avales, para que avale parcialmente las deudas y los bancos asuman un menor riesgo al prestarle al sector, pero eso está en la Asamblea Legislativa y no se ve la luz. También es esencial que Banca para el Desarrollo funcione como debe hacerlo”, añadió.

Otro factor es el apoyo en los gastos de operación, porque deben continuar asumiendo gastos como patentes, mantenimiento, vigilancia, electricidad, agua y cargas sociales, a pesar de operar con pérdidas; y los costos de estos son más elevados para las compañías de turismo.

En este sentido, proponen que se bajen las cargas sociales, pues a la fecha funcionan con base mínima contributiva, aunque tengan a sus empleados con jornadas reducidas. La electricidad, por ejemplo, se cobra con una base máxima de demanda; es decir, si un fin de semana largo tuvieron un mayor pico de demanda, les castigan en la factura.

En fin, Acón señaló que al sector se le cargan entre tres o cuatro veces más los costos de servicios como agua y luz, lo cual le resta competitividad al sector y en medio de la crisis mundial, los turistas buscarán países donde su dinero valga más.

Comercio con haz de esperanza

Las empresas del sector comercial sufrieron el embate de la pandemia directamente. Con la afectación de cierre total de unas 5.000 empresas se sumaron 206.000 personas al desempleo y 297.000 quedaron subempleadas, con jornadas reducidas, de acuerdo con cifras de la Cámara de Comercio.

Arturo Rosabal, vicepresidente de la Cámara de Comercio, indicó a UNIVERSIDAD que durante la crisis provocada por el COVID-19 se han perdido unos 69.000 empleos en el sector comercial, lo que significa un 15,6% del empleo total.

“Este año no lo vamos a olvidar, el sector comercial genera más de 300.000 trabajos en todo el país y fue uno de los más afectados, como resultado de la crisis sanitaria. Las medidas restrictivas obligaron a los comercios a cerrar u operar de manera limitada; con una mayor dureza en los meses de abril, mayo y junio, para luego flexibilizar un poco las medidas y generar un poco de movimiento a partir de julio”, recordó Rosabal.

El impacto a nivel de tiendas de consumo fue similar en todo el territorio nacional y en todo tipo de negocios —desde pequeños hasta grandes—, porque la apertura se dio de manera generalizada al mismo tiempo.

En 2021 el turismo alcanzará un 30% de ingresos, con respecto a años anteriores.

Claro que hubo negocios más afectados que otros, sobre todo por la capacidad desarrollada de algunos para adaptarse a la nueva modalidad de ventas virtuales, una tendencia que llegó para quedarse y que dio una ventaja, sobre todo a los negocios más grandes que pudieron implementar plataformas y metodologías digitales.

Señaló el vocero de la Cámara que se ha realizado un fuerte trabajo para garantizar que los comercios sigan los protocolos de seguridad sanitaria y aforo, a través de campañas de socialización, sobre todo frente a un panorama que abre la esperanza a una dinamización más pronta de lo esperado.

El viernes negro (27 de noviembre) abrió un haz de esperanza para el sector comercial, sobre todo viendo la contracción durante todo el año, pues los negocios reportaron ventas del 95%, con respecto al año 2019, acercándose a los ¢34.000 millones.

Industria: locales son los más afectados

El sector industrial del país se vio afectado principalmente en aquellas compañías que se ubican en el Régimen Definitivo, mientras que las empresas ubicadas en Zona Franca, por las características de sus servicios o producción, muestran un crecimiento moderado.

Carlos Montenegro, Director Ejecutivo de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) detalló que en sector industrial los mayores efectos se dieron en la reducción de ventas internas y de exportaciones, con lo cual hubo una reducción de la actividad económica y una reducción en el empleo del sector.

164 empresas industriales dejaron de reportar a la Caja en 2020.

“De una proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) industrial del 3,1% para este año, señalada por el Banco Central, pasamos a una contracción que seguramente, para el conjunto de empresas del Régimen Definitivo, se prolongue hasta los primeros meses del 2021”, dijo Montenegro.

Aunque aseguró no contar con información certera sobre la pérdida de empleos en el sector, los datos suministrados por la CCSS entre abril y junio de este año evidencian que el aporte de este nicho productivo se redujo en un 4,2% y 164 empresas industriales (un 3,7%) dejaron de reportar a la Caja.

Desde su perspectiva, lo más probable es que este año el sector manufacturero finalice con una contracción del PIB de alrededor de un -1%, con un comportamiento que es muy distinto entre las empresas que se ubican en el Régimen Definitivo y el de Zona Franca.

“Consideramos que es primordial que se genere confianza en los agentes económicos para aumentar el consumo de los hogares y la inversión de las empresas. Definitivamente estamos en contra de la amenaza de impuestos a las Zonas Francas y debe darse una reactivación de las compañías que estén fuera de este régimen…”, añadió el director de la Cámara de Industrias.

Esto pone de manifiesto que todos los sectores requieren de acciones a nivel país para recuperar sus niveles productivos, unos en mayor medida que otros, pero habrá que unir esfuerzos para que la economía costarricense alcance niveles óptimos, con una previsión que alarga el camino hacia el 2022 o 2023.


Tecnología y servicios internacionales superaron retos de la crisis

Si bien es cierto hubo muchos sectores afectados durante esta pandemia, para el nicho de empresas multinacionales ubicadas en el Régimen de Zona Franca —que suman 325 en el país al 2019— existió la posibilidad de adaptarse a la crisis y responder a la demanda de manera más efectiva, aunque también tuvieron un año retador.

Eso está relacionado con su propia génesis, son empresas dirigidas a servicios corporativos, ciencias de la vida (dispositivos médicos), manufactura avanzada, liviana e industria alimentaria; sectores que han tenido un mayor dinamismo en medio de la pandemia.

Jorge Sequeira, director general de la agencia de promoción de inversión Cinde, indicó que, pese a los impactos en los mercados internacionales, la caída en ventas de muchas de estas empresas y la suspensión de contratos de compras, las empresas que invierten en el país mantuvieron sus planillas e incluso algunas crecieron.

“Hicieron ajustes a sus estrategias de negocios durante los meses más críticos, aunque hubo algunos más afectados que otros. Por ejemplo, el sector manufactura de dispositivos médicos para el área de medicina electiva (todo lo relacionado con cirugías estéticas y tratamientos de belleza), pues a nivel mundial se redujo la demanda”, explicó Sequeira.

Otros readaptaron sus procesos y sacaron ventaja de las capacidades locales para pasar a producir dispositivos demandados por empresas globales para atender los problemas derivados de la pandemia.

Con respecto al sector de servicios se dio un rápido proceso de adaptación que incluso les permitió en solo tres días virtualizar sus operaciones (teletrabajo completo). De hecho, un 98% de las empresas siguió trabajando sin interrupciones y aquellas que por su naturaleza siguieron de forma presencial, lo hicieron bajo altos controles de seguridad sanitaria.

Pese a la pandemia, el país generó de octubre de 2019 a setiembre de 2020 un total de 15.000 nuevos empleos en el nicho industrial.


Afectación en el tiempo

12-marzo:

Reducción al 50% de capacidad en centros de reunión

15-marzo:

Cierre total de bares, discotecas y casinos

 19-marzo:

Emisión decreto suspensión temporal de contratos

Cierre de fronteras

20-marzo:

Cierre de parques nacionales

23-marzo:

Cierre de playas

4-abril:

Restricción vehicular diurna

11-abril:

Cierre de restaurantes los fines de semana para atención al público

16-mayo:

  • Apertura de algunos parques nacionales y hoteles con menos de 20 habitaciones, 50% de aforo.
  • Habilitación diurna de restaurantes, tiendas y centros comerciales entre semana.

3-junio:

Se extiende cierre de fronteras hasta 30 de junio.

19-junio:

Se suspende reapertura y se regresa a cierres.

17-julio:

Apertura diurna de locales comerciales en zonas amarilla (de menor contagio), en zona naranja continúa cerrado.

1-agosto

  • Apertura de vuelos comerciales desde Alemania, España, Reino Unido y Canadá.
  • Apertura de tours con actividades al aire libre.
  • Flexibilización horario apertura en playas.

10-agosto:

Comienza apertura flexibilizada de comercios según zona.

9 setiembre

Apertura hoteles al 100% aforo y en áreas comunes 50%.

Octubre:

Apertura de locales comerciales en horario igual a restricción vehicular.

15-octubre:

Apertura vuelos desde Centroamérica.

1-noviembre:

Apertura vuelos desde cualquier lugar del mundo.


 

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