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Tasa de usura de Sugef permite que 55% de los cobros de crédito sean dinero irrecuperable

Diputado Welmer Ramos asegura que cálculo premia a “ineficientes” que arriesgan dinero de ahorrantes; el superintendente Bernardo Alfaro defiende lo que considera la “exclusión” de personas riesgosas.

De cada ¢100 que usted pida prestados a un banco, la entidad tiene el aval de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) para perder ¢55.

Esa pérdida esperada compensa el apetito de riesgo con el que los bancos prestan sus recursos a poblaciones que no tienen capacidad de pago: quienes no tienen ingresos fijos, aquellos que ya tienen manchas en sus expedientes crediticios y cualquier otro cliente que necesite dinero pero que el banco sospeche que es incapaz de pagar su deuda. 

Es decir, con sus ¢55, el banco podrá cubrir el dinero irrecuperable para que su capital —el propio y el que cuidan de sus ahorrantes— no sufra ninguna pérdida.

[quote_box name=””] Lea la explicación: Bancos apuestan por tasas usureras para compensar créditos riesgosos[/quote_box]

En la última tasa de usura calculada por Sugef para la Comisión de Hacendarios, el bloque de pérdida esperada continúa siendo el más relevante: precisamente, absorbe un 55% de la tasa de interés del 45,25%.

Desde diciembre, la fórmula sigue siendo la misma, sin embargo, el martes 21 de enero, ante el enfado de varios legisladores, la Sugef presentó un cálculo que utiliza datos diferentes para cada sumatoria. Entre todos los cambios, también calculó el riesgo de otra forma.

La medición del riesgo en el crédito es el centro de un debate técnico que esgrime la institución reguladora del sistema financiero contra los diputados que buscan un tope de usura que ronda el 30%.

Dicho porcentaje estaría dentro del  proyecto de ley 20.861. Este le daría contenido al artículo del Código Penal que califica la “usura” como un delito (el 243), pero que, a falta de una descripción técnica sobre qué se considera un crédito usurero, no tiene utilidad práctica para sentenciar bancos, intermediarios financieros, emisores de tarjeta, cooperativas, casas comerciales, mucho menos prestamistas rápidos. 

Para el diputado de Hacendarios, Welmer Ramos, del Partido Acción Ciudadana, la fórmula de usura de la Sugef está “premiando la ineficiencia” de los bancos que arriesgan los ahorros por obtener un margen de ganancia.

“Nadie puede prestarle a alguien que no tenga una fuente de ingresos constatable, porque si alguien le presta, si el mercado regulado está obteniendo plata para prestarle, es una conducta hasta delictiva porque están arriesgando los recursos del público. Una tasa de 25% de pérdida esperada con un banco que solo tiene 10% de capital propio y el 90% es conseguido (por medio de ahorros) no está arriesgando su 10%, está arriesgando los recursos del público”, explicó Ramos en entrevista con UNIVERSIDAD.

¿Por qué razón la Sugef utiliza casos tan extremos de referencia, si el proyecto busca una reducción política de las tasas de interés?

“La metodología Sugef incorpora a la discusión de tasas de usura un elemento de pérdida esperada nunca antes calculado a nivel de sistema financiero, y mide cuantitativamente el riesgo asumido al otorgar un préstamo en los portafolios más riesgosos del sistema”, respondió Alfaro a esa pregunta en un correo electrónico para UNIVERSIDAD. 

Alfaro opina que la futura tasa de usura “no debería implicar la exclusión crediticia de los actores económicos que presentan un mayor riesgo crediticio”. No obstante, para Ramos, la inclusión de esos actores de riesgo también peligra la sostenibilidad del sistema.

“Un crédito usurero no aumenta la capacidad de pago. En un momento le da más capacidad de pago (a la persona), el resto de la vida va a pagar muchísimas veces más que el crédito. Lo que hace es disminuir la capacidad adquisitiva. Vuelve la economía débil”, asegura Ramos.

El diputado Welmer Ramos propone que se use la misma fórmula de Sugef pero que se modifique el máximo de referencia que están usando los componentes.

“Lo que vemos es que las cifras que toma la Sugef son los extremos de los entes financieros más ineficientes en todo sentido. Lo que estaríamos haciendo es reproducir lo que tenemos actualmente”, aseguró Ramos a UNIVERSIDAD.

De acuerdo con el cálculo que hace Ramos utilizando el percentil 90 de Sugef, la nueva tasa podría ser del 28,65%: cercana a la expectativa que él y el liberacionista David Gourzong tienen para el proyecto de usura.

Riesgo según la fórmula de Sugef

En la fórmula, el resultado de la pérdida esperada es de 24,25%. La Sugef lo calculó usando información del percentil 95 en los resultados de una prueba de estrés (BUST); es decir, el penúltimo caso más extremo en un escenario de extremos de comportamiento.

La identidad del percentil 95 es opaco. No obstante, el documento de Hacendarios dice que Sugef estudió la pérdida por incumplimiento de pago (LGD) en tres bancos públicos (Banco de Costa Rica, Banco Nacional y Banco Popular); cinco bancos privados (Bac, Davivienda, Improsa, Lafise, Promérica y Scotiabank); cuatro cooperativas (Coopealianza, Coopeande, Coopenae, Coopeservidores) y otras tres entidades (Caja de Ande, Mutual Alajuela, Mutual Cartago).

Al incumplimiento sumó la probabilidad de pérdida (PD) de esas mismas entidades y el caso de Bancrédito (banco que cerró a finales del 2017).

El superintendente asegura que, pese a eso, “el 2018 resulta un año importante de análisis de este comportamiento”.

“Sugef tiene información de Bancrédito hasta noviembre 2018; por lo tanto, en las tasas históricas que estamos estudiando no se debería dejar de lado el comportamiento de pago de los clientes de esta institución”, respondió Alfaro al ser cuestionado sobre las razones de incluir un banco que cerró sus puertas, como Bancrédito, y con altas tasas de morosidad.

De forma extraña, según el documento, en los años que estudió la Sugef, por ejemplo para el incumplimiento de los últimos cinco años, se dejó por fuera el 2016.

“El cronograma de la prueba se movió y por ese motivo no tenemos dato observado en ese año. Sin embargo, esos datos son poco volátiles y todos los años son similares”, respondió Alfaro. Pese a que puede responder estas preguntas, en la última metodología presentada para los diputados no se aclaran estas razones para la exclusión o inclusión de datos específicos.

Sobre el tema, UNIVERSIDAD consultó con dos profesores de la Facultad de Economía de la Universidad de Costa Rica (UCR), los expertos en riesgo Rodolfo Chévez y Juan Muñoz. Chévez también es expresidente de la Comisión para la Promoción de la Competencia (Coprocom).

Muñoz dice que en el cálculo de riesgo existen miles de fórmulas, cada entidad financiera aplica una para su conveniencia y, por lo tanto, forma parte de su estrategia de competencia. Es decir, cada entidad ya tiene un método de descarte que considera una exclusión individual por caso de solicitante de crédito. 

En su cálculo, la Sugef “está modelando el riesgo desde un enfoque de cartera y no de deudor; ambas metodologías son válidas en un análisis de este tipo”, explicó Alfaro. 

“Yo soy experto en calcular probabilidades de incumplimiento. Conozco cualquier cantidad de técnicas para calcularlas, pero no veo a la Sugef teniendo una metodología apropiada para el riesgo de tarjetas de crédito. Bernardo (Alfaro) tendría que enseñar la metodología, someterla a discusión con gente que sepa del tema y evaluar si funciona o no”, opinó el experto en riesgo Juan Muñoz. 

Para Muñoz, la peor crítica al trabajo de la Sugef es que “no puede meterse a fijar tasas porque eso no es, para nada, la función de una superintendencia”.

“Un banquero central y un regulador financiero no tienen la más remota idea de qué hacen las instituciones para fijar sus tasas de interés. No saben”, afirmó Muñoz.

Los gastos administrativos: otros extremos 

Para los gastos administrativos, Sugef utilizó las doce entidades “más relevantes en consumo”. El resultado del promedio es inferior a su cálculo anterior, ahora el cálculo es de 4,35%.

El diputado Ramos estima que se están usando datos de una entidad que gasta mucho en este rubro.

“Cuando se llega al percentil 95 vemos que es el gasto administrativo de los más ineficientes. Parece como que lo que se pretende es perpetuar la ineficiencia y no obligar a los ineficientes a meterse en el rango de eficiencia bancaria que debe haber”, reclamó Ramos.

Desde su experiencia, el expresidente de Coprocom opina que los últimos años del sistema financiero son una mala referencia para usar en la fórmula de la Sugef porque “los gastos administrativos van en alza”, precisamente porque están afectados por los impagos.

“Sugef tiene un parámetro que dice que ellos no pueden tener pérdidas. Entonces, si tienen gastos en exceso y no pueden tener pérdidas, eso quiere decir que la diferencia la recargan en una tasa de interés para préstamos bastante alta o una tasa para depósitos más baja. Hay algo ahí que no encaja”, opina el economista Chévez.

No obstante, Alfaro dice que esa tasa de gastos administrativos “refleja los costos asociados al modelo de negocio; por ejemplo en créditos de vivienda estos costos suelen ser altos, al igual que en microcrédito”.

Costos financieros con una tasa volátil

En el cálculo de los costos financieros, la primera fórmula de Sugef utilizó como referencia la tasa básica pasiva (TBP) del Banco Central. Ahora se está usando la tasa referencia interbancaria (TRI) proporcionada por la actividad de la Cámara de Bancos y que se reporta de forma diaria. Porque no es una tasa “política” como la TBP, es una tasa que puede ser más volátil, según su comportamiento.

Según el documento que Sugef presentó a los diputados, la está usando a dos años plazo (la TBP es mensual). Los datos de referencia fueron los últimos seis días de diciembre 2019. Pese a que eso dice en el documento, Alfaro respondió a UNIVERSIDAD que la están usando a tres años plazo.

“Se utilizó la tasa TRI como referencia a un plazo de tres años. Esta fue la principal mejora que se le incluyó a la metodología. Notamos que la madurez de las carteras de consumo es de nueve años, y la madurez en tarjetas es de tres años. Una gran proporción de los créditos tiene tasa fija (del 32%); de modo que ponderamos cuál sería el plazo de captación que permitiría reducir el riesgo de tasas de interés, y lo estimamos a tres años”, explicó.

El diputado Welmer Ramos proponer que se use la TBP más uno, como margen en beneficio.

Los últimos bloques: dependen del resto

De estas variaciones dependen los otros dos bloques: el encaje mínimo legal que entregan los bancos al Banco Central y la utilidad; o sea, la ganancia que reciben los bancos por la operación crediticia (y no como un margen positivo de la pérdida estimada).

Ramos quiere utilizar el encaje mínimo legal que Sugef propuso originalmente (0,81%) y no el actual (1,20%).

“En mi opinión, ¿cuánto es el margen de ganancia de la tarjeta de crédito? Si la tasa es elevada pero el margen de ganancia es pequeño, ahí no hay usura. Probablemente la tasa de interés, porque el crédito de tarjeta es arriesgado si la tasa es elevada y el margen de ganancia es elevado”, dice el economista Muñoz.

Como la ganancia estimada por la Sugef es el “15% de todos los factores anteriores”, esa cambia según varíe el total de tope de usura.

Para la Sugef los bancos podrían ganar un 5,9%. Acorde con sus modificaciones, la fórmula de Ramos pide una utilidad más modesta: un 3,74%.

Comparativo de las tasas de usura

Costo Porcentaje de Sugef con percentil 95 Propuesta de Welmer Ramos 
Pérdida estimada  24,25% 13,16%
Gasto administrativo  4,35% 4,19%
Costo financiero 9,6% 6,75%
Liquidez 1,2% 0,81%
Utilidad  5,9% 3,74%
Tasa de usura 45,25% 28,65%

La burbuja del crédito

El diputado y economista Welmer Ramos prevé una “burbuja” creada por el crecimiento desmedido de créditos para comprar productos y pagar deudas de servicios (adquiridos con tarjetas y créditos pequeños de consumo).

“Es una burbuja por la que, en el momento en el que haya un aumento de desempleo más desacelerado o que suba la inflación, los bancos se van a quedar sin captar esas ganancias”, explicó el diputado a UNIVERSIDAD.

“Lo que vemos es que las cifras que toma la Sugef son los extremos de los entes financieros más ineficientes en todo sentido. Lo que estaríamos haciendo es reproducir lo que tenemos actualmente”, aseguró Ramos.

Pero, ¿por qué la supervisión de Sugef permite que un banco no amortice sus pérdidas  y deba compensarlas el cliente?

Bernardo Alfaro asegura que la Sugef propone un reglamento para calificar a los deudores (Acuerdo Sugef 1-05) y reconoce que el riesgo es una aproximación que gestiona cada banco.

“Conocer a priori si un deudor va a cumplir con sus obligaciones contractuales es complejo; por lo tanto, la gestión de riesgo crediticio aproxima la probabilidad de incumplimiento a nivel de segmentos de crédito y no a nivel individual”, explicó. 

No obstante, Sugef debe intervenir a las entidades que tienen problemas con la mora de sus deudores: aquellas que arriesgan más del 3% de su patrimonio, lo cual podría estar ocurriendo si Sugef permite que los bancos declaren como pérdida esperada el 55% de una tasa de crédito.

Con una tasa alrededor del 30%, Ramos espera que las entidades más grandes de la Sugef dejen salir de sus carteras a quienes no tenían capacidad de pago desde el principio. Estas personas podrán comprar servicios a otros operadores del sistema, como en las cooperativas, según el diputado.

“No han entendido que el rol que tienen que desempeñar el Banco Central y la Sugef no es por la salud del sistema financiero, sino que necesitamos un sistema financiero eficiente. (Sus datos) nos dicen cómo está el asunto: nos dicen que la realidad está bien y que hay que mantener el statu quo de una economía que tiene el desempleo altísimo, que tiene una desconcentración de la riqueza elevadísima, de una economía que tiene al consumidor sobreendeudado”, reclamó Ramos.

Nota de edición: Este artículo fue corregido para consignar que Rodolfo Chévez es expresidente de Coprocom. Desde agosto del 2019, este cargo lo ocupa Mariana Castro Sotela. 

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