País Costa Rica tiene altos índices educativos, pero en calidad es deficiente

Sistema educativo urgido de cambios por la evolución tecnológica

Retos van desde la incorporación de sistemas de aprender-haciendo en las aulas hasta transformar las maestríasen especialidades distintas para cubrir los requerimientos de profesiones futuras.

La tecnología ha transformado el mundo y la forma en que se realizan hasta las actividades más cotidianas, esto presenta un reto al sistema educativo, para que los niños, que serán quienes ocupen las profesiones del futuro, estén realmente preparados. En este sentido, es necesario realizar una serie de adaptaciones a la manera en que se educa en las aulas.

 

Costa Rica ha sido reconocido internacionalmente por sus índices educativos y esta ha sido una de sus mayores ventajas competitivas, que ha atraído gran cantidad de inversiones; no obstante, es el momento de dar un paso adelante, pues muchas otras naciones latinoamericanas ya lo están alcanzando.

“La cuarta revolución industrial en la que nos encontramos inmersos, nos ha llevado a una realidad moldeada por la inteligencia artificial, vehículos autónomos, big data, ciencia de materiales, computación cuántica, biología sintética y muchas otras tecnologías emergentes que están cambiando la manera en que se vive y se trabaja”, analizó Jorge Sequeira, director General de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), en el marco del foro “Educación en medio de la tormenta perfecta, oportunidades de transformación en Costa Rica.

Estos temas son parte del contexto en que se desenvolverán miles de niños que hoy asisten a las aulas, quienes requieren las herramientas necesarias para enfrentar el nuevo mundo, marcado por la tecnología y la innovación; si bien es cierto, presenta grandes retos, también muestra enormes oportunidades.

Definitivamente será necesario desarrollar centros de educación innovadores que provean estas competencias necesarias, pero el sistema educativo no está lo suficientemente capacitado en la actualidad.

Así lo confirmó Luis Gamboa, presidente de la Junta Directiva de Cinde, quien recordó que un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señala que las metodologías y técnicas de enseñanza de Costa Rica no han variados desde los años ochenta; además, solo 64 de 125 países han logrado que al menos el 50% de sus jóvenes concluyan la secundaria, y el sistema educativo costarricense no se encuentra en esta lista.

Adicionalmente, de los 51.000 graduados universitarios en el 2016, solamente un 16% era de carreras relacionadas con Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemática, y de estos una mínima porción correspondía a mujeres. Aunado a que un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reveló que solo el 11% de la población dice hablar inglés.

“No se trata de restar valor a los resultados que el país alcanzó, cimentados en decisiones ejemplares, que colocaron el progreso de la población como prioridad; logramos pasar de una economía de mano de obra barata a una de eficiencia y damos los primeros pasos a una basada en el conocimiento, pero tampoco podemos estar conformes con estos datos, que evidencian la necesidad de transformar la forma en que se educa, para alcanzar mayores niveles de crecimiento económico, romper inequidades, pobreza y otros problemas sociales”, indicó Gamboa.

Por su parte, Felipe Child, socio de la consultora McKinsey & Company, hizo énfasis en que a pesar de que Costa Rica es uno de los países latinoamericanos que invierte más en educación (8% del PIB) sus resultados en términos de calidad no son los mejores.

Según las pruebas internacionales de PISA un 46,4% de los niños están por debajo del mínimo en las puntuaciones, incluso las notas han desmejorado un poco con los años, al igual que los resultados promedio de bachillerato, que han bajado, mientras que otras naciones de la región muestran una tendencia creciente. La brecha y la ventaja competitiva del país al parecer se viene cerrando.

“El nivel de inglés del país ha sido líder en la región, por encima de Brasil, México, Colombia, Guatemala, Venezuela y muchos otros, lo que ha generado la llegada de muchos inversores por más de dos décadas, lo cual es una fortaleza, pero al ver que otras naciones mejoran sus índices y Costa Rica no, presenta un panorama de retos para mantener la delantera”, indicó Felipe Child.

Oportunidades

En el año 1997 había 70 millones de personas conectadas a Internet, para el 2007 la cifra subió a 1.300 millones de personas, es decir, un 20% de la población mundial, y en 2017 alcanzó 3.900 millones (un 52% del total). Esto evidencia la velocidad con que avanza la transformación tecnológica, con una revolución que cambiará la forma en que se hacen las cosas.

Sara Skvrisky, directora de Investigación del Institute for the Future, indicó que el 65% de los niños que acaban de entrar a la escuela trabajarán en empleos que aún no existen, pero las escuelas actuales no se ven tan distintas a las de hace 50 años.  Por ello, es urgente cambiar las cosas, probar nuevas formas de resolver problemas, ayudarles a estos estudiantes a prepararse con las herramientas necesarias para enfrentar los cambios.

“Cada vez hay más recursos disponibles, necesitamos aprender a aprender y a desaprender lo que no nos funciona más. Debemos hablarles a los niños y jóvenes sobre la gestión cognitiva, navegar en la información, cómo desarrollar destrezas de colaboración virtual y de fluidez digital, no pensar solo en títulos, sino en creación de destrezas”, explicó la experta.

El sistema educativo debe permitir que los estudiantes descubran por sí mismos, a través de la experimentación, de la búsqueda de soluciones, utilizando las herramientas digitales y desarrollando las habilidades blandas, que son tan necesarias para ser exitosos en el mercado laboral.

Otro elemento esencial, indicó Sara Skvrisky, es que muchas empresas ya no se enfocan tanto en la titulación que presentan sus candidatos a puestos o sus trabajadores, sino en las habilidades que presentan para desempeñar los trabajos, como la capacidad de trabajo en equipo, facilidad para adaptarse al cambio, manejo del estrés, resolución de problemas, entre otros.

Costa Rica debe ponerse una meta ambiciosa para mejorar, no solo la educación básica y media de manera integral, sino también la formación técnica y tecnológica para la incorporación al trabajo.

Felipe Child de McKinsey & Company indicó que hay grandes temas a los que el país debe apostar para mejorar su sistema educativo y estar a la vanguardia requerida por el cambiante mercado. Estos consisten en motivar y desarrollar oportunidades de crecimiento para docentes, directores y estudiantes con bajo desempeño, gestionar de forma integral el sistema y así llegar a cada escuela y director para establecer un mínimo de calidad.

Pasa también por fortalecer el currículo de las carreras de Ciencia, Tecnologías, Ingeniería y Matemáticas, así como por establecer el inglés como segundo idioma, aunado a un trabajo de motivación y visión a futuro con los estudiantes.

“Definitivamente hay una clara desconexión entre lo que el mercado laboral exige y lo que los estudiantes están aprendiendo a nivel global, lo que genera altas tasas de desempleo juvenil; por ello, es necesario desarrollar programas que permitan la educación dual, que estén orientados en al menos un 50%, a las carreras de desarrollo de software, analítica avanzada, diseño digital, mercadeo digital, gestión de data, robótica, inteligencia artificial, biotecnología, investigación, entre otros”, argumentó Child.

Asimismo, crear un ecosistema de educación ágil, donde el enfoque esté basado en las necesidades del sector privado a nivel global; donde el currículo sea flexible, en constante evolución y donde el sector privado se involucre de forma activa en todos los niveles.

 

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