País Estudio realizado por universidades estadounidenses y suiza

Síntomas de COVID-19 aparecen cinco días después de exposición

El período de incubación fue calculado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins y Universidad de Massachusetts así como Médecins Sans Frontières. Para ellos, una cuarentena de 14 días es razonable para vigilar el desarrollo de la enfermedad.

El virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, tiene un período de incubación media de cinco días. Menos del 2,5% de las personas infectadas mostrarán síntomas dentro de los primeros 2,2 días desde la exposición y el inicio de los síntomas se producirá dentro de los siguientes 12 días para la mayoría de los infectados, claro está que también pueden haber individuos asintomáticos.

“Estas estimaciones implican que, bajo supuestos conservadores, 101 de cada 10.000 casos desarrollarán síntomas después de 14 días de vigilancia activa o cuarentena”,indicaron investigadores de la Universidad Johns Hopkins y Universidad de Massachusetts (Estados Unidos) así como Médecins Sans Frontières (Suiza) en un estudio publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine.

Un cálculo preciso del período de incubación de la enfermedad para un nuevo virus como SARS-CoV-2 permite a los epidemiólogos analizar cómo se comporta el brote. Asimismo, el dato permite a las autoridades sanitarias diseñar medidas eficaces de cuarentena así como otras orientadas a la contención del contagio.

“La recomendación actual de 14 días para la vigilancia activa o la cuarentena es razonable, aunque con ese período se pasarían por alto algunos casos a largo plazo”, destacó Justin Lessler, coautor del estudio e investigador del departamento de Epidemiología de la Escuela Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.

Para llegar a estos resultados, los investigadores recolectaron datos de 181 casos confirmados que fueron contagiados con SARS-CoV-2 antes del 24 de febrero de 2020 y detectados fuera de Hubei, provincia en China, cuya capital Wuhan fue el origen y epicentro de la pandemia.

Para cada caso se registró el tiempo de posible exposición al SARS-CoV-2, la aparición de cualquier síntoma y la presencia de fiebre. También se recogieron datos sobre edad, sexo, país de residencia y posible vía de exposición.

Los resultados muestran similitudes con los períodos de incubación de otros coronavirus que afectan al ser humano como el causante del síndrome respiratorio agudo grave o SARS (media de cinco días; rango de dos a 14 días), el síndrome respiratorio de oriente medio o MERS (media de cinco a siete días; rango de dos a 14 días) y el coronavirus humano común (media de tres días; rango de dos a 5 días).

Los investigadores también hicieron una salvedad: los casos en los que se basaron pudieran representar en exceso a los casos graves, cuyo período de incubación puede diferir del de los casos leves.

“Hemos considerado exclusivamente los casos notificados y confirmados de COVID-19, que pueden representar una proporción excesiva de personas hospitalizadas y otras con síntomas graves, aunque observamos que la proporción de casos leves detectados ha aumentado a medida que se han reforzado los sistemas de vigilancia y supervisión. El período de incubación de estos casos graves puede diferir del de las infecciones menos graves o subclínicas y no suele ser una medida aplicable a las personas con infecciones asintomáticas”, explicaron los autores del estudio.

Sistema inmunitario

Precisamente, y tras 14 días en cuarentena, la pareja de turistas estadounidenses -que fueron los primeros casos de COVID-19 reportados para Costa Rica- ya fueron dados de alta.

La pareja ingresó al país el pasado 1 de marzo procedente de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, donde el hombre tuvo contacto con una persona infectada por el virus y se lo transmitió a su esposa. Al llegar a Costa Rica, los estadounidenses visitaron lugares turísticos en Alajuela y Puntarenas. En ese momento, ninguno de los dos presentaba síntomas.

La mujer de 49 años, y quien presentaba un factor de riesgo para COVID-19, manifestó síntomas el pasado 5 de marzo, según lo reportaron a la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica. Su marido estuvo asintomático.

Durante el período que permanecieron enfermos, los pacientes estuvieron estables y su restablecimiento demuestra la capacidad que posee el cuerpo humano para combatir el virus y recuperarse de la infección, algo que los investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) ya habían destacado en un estudio recientemente publicado en la revista científica Nature Medicine.

Los investigadores de Melbourne trazaron un mapa de las respuestas inmunológicas de una de las primeras pacientes de COVID-19 en Australia, cuyo estado de salud se catalogó entre leve y moderado aunque sí fue hospitalizada.

Se trataba de una mujer de 47 años que viajó de Wuhan, en la provincia de Hubei en China, a Australia y no había tenido contacto directo con otros casos positivos de COVID-19 o el mercado de mariscos de Huanan.

“Por lo demás, estaba sana y era una no fumadora que no tomaba medicamentos”, destacaron los investigadores y especificaron: “Su tratamiento fue la rehidratación de fluidos por vía intravenosa sin oxigenación suplementaria. No se administraron antibióticos, esteroides o agentes antivirales”.

Con consentimiento de la paciente, los investigadores analizaron muestras de sangre en cuatro puntos temporales durante el período en que la mujer estuvo enferma.

“Hemos examinado toda la amplitud de la respuesta inmune en esta paciente, utilizando el conocimiento que hemos construido a lo largo de muchos años de observar las respuestas inmunes en los pacientes hospitalizados con influenza”, explicó el médico Oanh Nguyen, quien es uno de los autores del estudio.

Asimismo, Nguyen agregó: “tres días después de que la paciente fue admitida, vimos grandes poblaciones de varias células inmunes, que a menudo son un signo revelador de la recuperación durante la infección de la gripe estacional, por lo que predijimos que la paciente se recuperaría en tres días, que es lo que ocurrió”.

En el día 11, la paciente fue dada de alta en aislamiento domiciliario y sus síntomas se resolvieron completamente para el día 13. Según su monitoreo, se mostraron incrementos progresivos de anticuerpos hasta el día 20.

La investigación brindó evidencia sobre el reclutamiento de poblaciones de células inmunes, junto con anticuerpos vinculados a SARS-CoV-2, en la sangre de la paciente antes de la desaparición de los síntomas. Esta fue la primera vez que se reportaron amplias respuestas inmunes a COVID-19.

“Demostramos que, aunque la COVID-19 está causada por un nuevo virus, en una persona por lo demás sana, una robusta respuesta inmunológica a través de diferentes tipos de células se asoció con una recuperación clínica, similar a la que vemos en la gripe”, dijo la también autora Katherine Kedzierska.

“Este es un increíble paso adelante en la comprensión de lo que impulsa la recuperación de COVID-19. La gente puede usar nuestros métodos para entender las respuestas inmunológicas en grupos más grandes y también entender lo que falta en aquellos que tienen resultados fatales”, añadió Kedzierska.

Para la también autora, Irani Thevarajan, las estimaciones actuales muestran que más del 80% de los casos de COVID-19 son leves o moderados, por lo que “la comprensión de la respuesta inmune en estos casos leves es una investigación muy importante”.

Según datos de la Universidad John Hopkins, los casos leves de COVID-19 parecen recuperarse en una o dos semanas, mientras que los casos graves pueden demorar seis semanas o más, según sea el cuadro clínico y la presencia de factores de riesgo como la edad y condiciones médicas anteriores (por ejemplo: cáncer o problemas respiratorios y cardiacos).

“Los pacientes mayores de 60 años pueden ser golpeados con especial dureza, mientras que los pacientes menores de 30 años son más propensos a experimentar síntomas leves”, subrayaron los expertos de la Universidad John Hopkins.

Algunos pacientes siguen dando positivo al virus aunque sus síntomas ya hayan desaparecido y, lamentablemente, alrededor del 1% de las personas infectadas en todo el mundo morirán a causa de la enfermedad.

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