De los trece candidatos que disputaron la papeleta Presidencial, un grupo de siete aspirantes obtuvo apenas un apoyo que rondó el 1% o menos; es decir, solo lograron convocar entre 20.000 y 4.000 electores a su favor el pasado domingo 4 de febrero.
El resultado muestra el fracaso de las agendas específicas, la debacle de un viejo conocido, como Otto Guevara, y el poco apoyo que lograron concitar visiones más clásicas de la izquierda, como el Partido Frente Amplio (FA) y el Partido de los Trabajados (PT).
El escaso resultado contrasta con la amplia exposición pública que tuvieron algunos de los candidatos que integran este pelotón de aspirantes minoritarios.
Tal es el caso de Otto Guevara, líder y fundador del Movimiento Libertario (ML), quien mantiene una plataforma desde su curúl legislativa y una trayectoria de 20 años en política, pero cuya imagen se vio fuertemente afectada por sus vínculos con el empresario cementero Juan Carlos Bolaños y el escándalo del “cementazo”, y la condena a su partido por estafa contra el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). El libertario contó con solo el 1,02% del apoyo de la ciudadanía.
Otra cara conocida que no logró empatía con el electorado es Edgardo Araya del FA que aún mantiene labores legislativas y es un reconocido abogado y líder ambientalista; sin embargo, obtuvo apenas 0,79% de apoyo.
Sergio Mena, del Partido Nueva Generación (PNG), se postuló por segunda vez en la papeleta y fue ganando simpatizantes con su participación en diversos debates presidenciales, donde expresó la necesidad de un Estado Laico y su apoyo a la comunidad LGBTI; no obstante, solo le alcanzó para recibir 0,76% de votos.
Mario Redondo, del Partido Alianza Demócrata Cristiana (ADC), mantiene también una plataforma desde la Asamblea Legislativa, donde se ha enfocado en criticar la gestión del Presidente de la República Luis Guillermo Solís y se ha opuesto al aborto, al Estado Laico y al matrimonio entre personas del mismo sexo. Pese a su amplia trayectoria de 28 años en puestos políticos solo obtuvo 0,59% de apoyo.
Otro conocido en el Congreso es Óscar López, líder y fundador del Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), quien habitualmente llama la atención por sus comentarios políticamente incorrectos en la Asamblea Legislativa y sus extravagantes fotos en redes sociales. En estas elecciones solo logró el 0,38% de votos del electorado.
Uno que resultó una revelación en la contienda electoral fue John Vega, del Partido de los Trabajadores (PT), quien pese a no ser tan conocido por los votantes logró empatía con la audiencia durante los debates, especialmente por su conocimiento de los temas carcelarios y su discurso de ataque a la corrupción; sin embargo, solo captó el 0,20% de apoyo.
Stephanie Campos, del Partido Renovación Costarricense (PRC), fue la gran desconocida de la papeleta Presidencial, quien llegó a la campaña electoral tratando de proyectar una imagen conservadora sobre el rol de la mujer. Campos lanzó también la extravagante idea de que las parejas tuvieran más hijos para sostener el régimen de IVM de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); no obstante, solo obtuvo 0,59% de los votos.
Los casi casi
Conocido por los costarricenses como el abogado de Teletica, el candidato Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional (PIN), llegó a la contienda Presidencial con el plan de combatir la corrupción del país, cerrar medios de comunicación y con el continuo ataque al verdiblanco Antonio Álvarez Desanti. A mitad de la campaña se colocó como uno de los favoritos; sin embargo, al final recibió solamente el apoyo de 9,52% del electorado.
Uno que al final parecía repuntar en la batalla Presidencial fue el candidato del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Rodolfo Piza. Pese a que contó con uno de los equipos más preparados en el área económica, no le bastó para obtener el pase a segunda ronda y alcanzó el 16,02% de los votos.
El Doctor Rodolfo Hernández, candidato del Partido Republicano Socialcristiano (PRSC), fue elogiado por la ciudadanía y sus contrincantes por su trayectoria como médico y director del Hospital Nacional de Niños; pero eso no fue suficiente para convencer a los votantes y obtuvo solo el 4,95% del apoyo.
Caída de Álvarez Desanti
Pese a que inició la carrera por la silla Presidencial con un mayor respaldo del electorado, el aspirante Antonio Álvarez Desanti, del Partido Liberación Nacional (PLN), no logró colocarse en la segunda ronda, pues solo recibió el 18,62% de los votos.
El resultado marcó la historia política del PLN, que en 65 años de trayectoria y con la participación en 17 contiendas electorales, nunca había recibido tan poco apoyo del electorado. En el 2010, la expresidenta de la República, Laura Chinchilla, obtuvo el último buen resultado de la agrupación al alcanzar el 47% de los votos en primera ronda.
Los ganadores
La gran sorpresa de la noche del domingo 4 de febrero la dio el ascenso de dos candidatos que durante casi toda la campaña estuvieron en las últimas posiciones de las encuestas, Fabricio Alvarado del Partido Restauración Nacional (PRN) y Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana (PAC).
El primero se colocó como ganador de la primera ronda, impulsado por la Opinión Consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (IDH) que obligó a los países miembros a reconocer y garantizar todos los derechos que se deriven de un vínculo familiar entre personas del mismo sexo, incluyendo el derecho al matrimonio.
El aspirante evangélico aprovechó el pronunciamiento de la Corte (notificado el 9 de enero) para ganar intención de voto a partir de un discurso fuertemente anclado en la retórica bíblica.
Su ascenso se vio claramente reflejado en las encuestas del CIEP, donde pasó de un 2% en noviembre del 2017 a un 17% para la última encuesta publicada el pasado 31 de enero.
Tras finalizar la jornada electoral, el evangélico alcanzó 24,91% del apoyo electoral.
En segundo lugar, Carlos Alvarado, logró su pase a la segunda ronda luego de su buen desempeño en los debates, donde se mostró sereno y con buen dominio de la palabra, con ideas claras y apoyando siempre el matrimonio LGBTI.
El candidato del PAC es además el heredero del actual presidente Luis Guillermo Solís; es decir, carga sobre sus hombros con el respaldo y también con el “karma” por la gestión del actual Gobierno.
Conforme avanzó la campaña electoral, las encuestas del CIEP también mostraron el alza en la intención de voto para el candidato oficialista, que pasó de tener un 4% de apoyo en noviembre del 2017 a un 11% en la última medición difundida por UNIVERSIDAD el 31 de enero del 2018.
Los resultados finales de la contienda electoral le acreditaron un 21,66% de los votos escrutados.
Pese a que el padrón electoral actual está compuesto por un total de 3.290.465 electores, las elecciones del domingo anterior solo lograron convocar a 2.054.702; lo que representó un abstencionismo de 33,8%.
El próximo 1 de abril, los costarricenses deberán asistir nuevamente a las urnas y así elegir quién se convertirá en el Presidente número 44, quien dirigirá el país durante los siguientes cuatro años.
