País

Si la cartera de Conape es saludable, ¿por qué quieren venderla?

Temen que proyecto de venta de la cartera afecte créditos presentes y futuros, y debilite el modelo institucional

Con una cartera de $400 millones, más de 50.000 clientes activos atendidos por apenas 74 empleados, y reinversión del 90% de sus ingresos en préstamos para la educación, las finanzas de la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) son saludables y demuestran la eficiencia de la institución.

No obstante, a finales del 2020 la Mesa de Diálogo Multisectorial convocada por Casa Presidencial, acordó vender la cartera de préstamos existentes de Conape al Banco Popular y de Desarrollo Comunal.

Esta transacción, generaría más de ₡240.000 millones (0.66% del Producto Interno Bruto) que el Ministerio de Hacienda destinaría a pagar la deuda pública, la cual se calcula actualmente en el 70% del PIB.

“En vez de debilitarla, a Conape hay que fortalecerla para que siga aportando al desarrollo nacional” – Julio Alvarado.

En medio de la crisis sanitaria y económica que enfrenta el país y cuyas repercusiones continuarán en los años por venir, el personal, los creadores y los beneficiarios de Conape se preguntan ¿por qué vender una cartera eficiente y saludable que genera desarrollo, en vez de fortalecerla para garantizar que en unos años el país siga disponiendo de recurso humano altamente capacitado que potencie el desarrollo?

Motor de desarrollo

Conape, creada en 1977, es la institución pública encargada de proveer préstamos para la educación superior y técnica con condiciones accesibles a estudiantes que así lo requieran. La entidad garantiza a sus clientes no solamente los montos para pagar matrículas, sino que facilita financiamiento para materiales de estudio, equipo y otros gastos de sostenimiento, además brinda un período de gracia, de modo que los pagos de amortización por la deuda contraída se realizan hasta después de concluidos los estudios.

Según sus propios datos, desde 1977 hasta el 2018, ha financiado a 123.218 estudiantes costarricenses en diversas disciplinas académicas y “su proyección hacia el futuro comprende la meta de convertirse en una herramienta financiera clave en la educación superior costarricense”.

Según datos de la institución publicados por La Nación en diciembre del 2020, de los cerca de 27.800 préstamos que otorgó Conape entre el 2015 y el 2020, el 66% corresponden a estudiantes provenientes de distritos de desarrollo medio, bajo y muy bajo.

De acuerdo con información provista por el Secretario Ejecutivo, Efraín Miranda, para el 2020 la institución contaba con 50.000 clientes activos. De estos, cerca de 38.000 están en período de cobro activo (ya concluyeron sus estudios) y 12.000 aún están solamente recibiendo desembolsos.

Julio Alvarado, del Movimiento por la Defensa de Conape y quien se desempeña en la sección de finanzas de la entidad, indicó que es “incomprensible” que en un momento como este el Gobierno decida “atacar a una entidad eficiente y motor de desarrollo” amenazando el derecho a la educación y el futuro de miles de jóvenes.

Alvarado dijo que él participa en el movimiento porque cree en el modelo impulsado por Conape, y que considera que se debería fortalecer. La entidad, dijo, tiene una lógica propia para financiar de manera comprensiva, con base en el mérito (a mejor desempeño, mejores condiciones), sin rayar en el asistencialismo, y el crecimiento profesional de los costarricenses, contribuyendo así al desarrollo del país.

“Por el derecho a la educación”

El pasado lunes varias decenas de estudiantes, beneficiarios y personal de la institución se manifestaron en contra de la posibilidad de la venta de la cartera, que se ejecutaría a través de un proyecto de ley que se encuentra en etapa preparatoria por parte del Poder Ejecutivo. “Un modelo exitoso como Conape se fortalece, no se debilita” y “Defendamos el derecho a la educación de los humildes”, se leía en algunas de las pancartas que llevaban quienes participaron.

Días atrás cerca del 86% del personal de la entidad firmó una carta pidiendo la renuncia en pleno de su Consejo Directivo por manifestar su anuencia a la venta de la cartera. Este consejo lo integran la Ministra de Educación Pública o su representante, la Ministra de Planificación Nacional y Política Económica o su representante, la Ministra de Trabajo y Seguridad Social o su representante, una persona representante del Banco Central de Costa Rica y una del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas.

En diciembre la Asociación Nacional de Alcaldías e Intendencias (Anai) comunicó al Presidente de la República su acuerdo de oponerse a la propuesta de trasladar la cartera de la entidad a un banco, pues “podría acelerar e incentivar la desigualdad en los territorios, tomando en consideración que Conape es la única alternativa que tienen, especialmente, las personas jóvenes y mujeres de financiar sus estudios de manera integral en los cantones rurales”. Este acuerdo ha sido después replicado por varias decenas de municipalidades como Tarrazú, Los Chiles, Garabito, Goicoechea, Belén o Turrialba.

En noviembre pasado el secretario ejecutivo de Conape, Efraín Miranda, advirtió que de aplicarse esta medida, la cantidad de préstamos que la entidad podría otorgar se reduciría en un 55%, además de que podrían afectarse las condiciones para los prestatarios existentes.

Según explicó, en vez de los ₡26.000 millones presupuestados para préstamos en el 2021, la entidad sólo podría otorgar ₡10.000 millones, pues dejaría de percibir los ingresos de los cobros, que representan al menos el 57% de sus ingresos. También, explicó en ese momento el secretario, es muy posible que la entidad tendría que aumentar sus tasas de interés (que recientemente bajaron a 5.5% por la crisis del Covid-19), las más bajas que hay en el mercado.

Condiciones como las prórrogas de hasta 34 meses para circunstancias especiales o los cambios de carrera, a los que la institución ha aprendido a responder sin retirar su apoyo a los estudiantes, ya no podrán darse, sino que los clientes tendrán que adaptarse a las reglas del banco, afirmó.

Francisco Morales, exdiputado y uno de los creadores de Conape dijo a este medio que tras una revisión exhaustiva de los estados financieros de la institución, no ve “lógica alguna” en vender la cartera. “No tiene pasivos, nunca se ha apalancado, tiene una cartera sana y paga un porcentaje mínimo en salarios, la única razón para venderla es un robo descarado”.


La voz de los beneficiarios

“Gracias a Conape pude cumplir mi sueño de ser ingeniera, y hace tres años estoy incorporada al mercado laboral”. Ambar Mejías, ingeniera.


“Deseo que muchos jóvenes tengan la oportunidad de cumplir sus sueños como yo, a través de Conape. No permitamos la venta de la cartera” – Ronny Lobo, médico en primera línea contra el Covid-19.


“Si no hubiese sido por Conape, no hubiera podido salir adelante con mis estudios” – Gabriela Jiménez, periodista deportiva

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