País

Seis defensores ambientales y cuatro grupos indígenas enfrentan amenazas de muerte y violencia por sus denuncias

“Recibo una llamada: ‘Mae, ilustre, te vamos a quebrar; ni te arrimés ahí’. No crean, no es fácil, a veces da miedo; pero no se tiene uno que arrugar”, dijo Ricardo Muñoz Ruiz.

Su labor los expone a amenazas y a violencia. Son seis personas y cuatro grupos indígenas que por su lucha contra la contaminación del agua con plaguicidas, la deforestación; la tala y cacería ilegal; y la destrucción de humedales, han sufrido violencia y amenazas de muerte.

El pasado 22 de abril, con motivo del Día de la Tierra, se llevó a cabo en la Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL) un reconocimiento a personas defensoras ambientales que son un ejemplo de dignidad.

Dylana Rodríguez, coordinadora del Programa Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica (UCR), agradeció a las personas que vinieron de distintas partes del país, “por sus acciones desde sus cosmovisiones” y su “defensa de sus territorios” todos los días.

“Las personas defensoras ambientales desempeñan un papel fundamental en la protección de los ecosistemas y los derechos humanos; sin embargo, su labor les expone a amenazas y violencia. Reconocer su lucha es esencial para fortalecer la resistencia contra el despojo y la destrucción ambientales (…). Queremos visibilizar su trabajo como defensores, activistas y como parte de comunidades indígenas en resistencia”, explicó Rodríguez.

El evento fue organizado por la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (Fecon), Bloque Verde, CoecoCeiba Amigos de la Tierra Costa Rica, Kioscos Socioambientales y la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia en Costa Rica.

A continuación, extractos de los testimonios de las personas que recibieron un reconocimiento ese día.

Philippe Vangoidsenhoven. (Foto: Kattia Alvarado)

Philippe Vangoidsenhoven

“Yo siento que cada año es peor. A mí me han enviado varias veces al hospital. Yo no salgo de noche. Si yo voy a salir de fiesta de noche, es cien por ciento seguro que voy a terminar en el hospital o en el cementerio; así de sencillo (…). Sigo luchando lo más que puedo, a pesar de mi salud, que no está muy bien (…). Es muy peligroso ser ambientalista, lastimosamente”.

Defensor ambiental, ciudadano belga con 24 años de vivir en Puerto Viejo, Limón. Lleva casi dos décadas documentando la destrucción del bosque, los humedales y la ecología del Caribe Sur de forma voluntaria. Ha denunciado cientos de delitos ambientales, convirtiéndose en blanco de amenazas y acosos. En 2015 la Municipalidad de Talamanca lo declaró non grato, declaración que fue anulada por la Sala Constitucional, tras la interposición de un recurso de amparo.

Jennifer Sandoval. (Foto: Fabiola Pomareda)

Francisco Rodríguez. (Foto: Fabiola Pomareda)

Jennifer Sandoval y Francisco Rodríguez

Activistas que estuvieron ligados a la Asociación Talamanqueña de Ecoturismo y Conservación (ATEC). Su labor ha sido clave en la defensa del Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo y en oposición al Plan Regulador Costero de Talamanca-Cahuita. El 2 de agosto de 2024 recibieron amenazas de muerte mediante una llamada telefónica.

“De pronto, el Caribe Sur se convierte en un paraíso-infierno (…). No debería darnos miedo defender nuestros territorios (…). Nos enfermamos, hemos tenido que salir. Hay personas de otros países que nos dicen ‘esto es el inicio’ y es muy doloroso. Hay un montón de personas que están luchando a calladito. Y yo espero que esto se acabe porque la verdad es que es una mierda, es una mierda vivir así”. (Jennifer Sandoval)

“No es fácil, mucho de esto se vive en soledad, se vive en esas noches largas en que uno está pensando cómo resolver tal problemática, no hay como una verdadera tranquilidad, cada uno lo vive y la lucha a su manera. Uno no claudica, uno trata de seguir adelante porque no es por uno, es por algo mayor, por esa casa común, por buscar el bienestar de todos y todas”. (Francisco Rodríguez)

Alcides Parajeles. (Foto: Katya Alvarado)

Alcides Araya Arce (Alcides Parajeles)

El campesino y defensor ambiental tiene 80 años y ha dedicado gran parte de su vida a la defensa de los bosques de la Península de Osa. Ha interpuesto denuncias por cacería y tala ilegal dentro de la Reserva Forestal Golfo Dulce. Su compromiso ha supuesto amenazas, persecución y ataques armados por parte de madereros y cazadores.

Isabel Méndez Garita y Ana María Montenegro. (Foto: Kattia Alvarado)

Isabel Méndez Garita y Ana María Montenegro

Forman parte del grupo ecologista Eco-Cipreses, que durante más de una década ha luchado contra la contaminación del agua con el fungicida clorotalonil, logrando que la Sala Constitucional ordenara al Poder Ejecutivo prohibir su uso en el país. Han sido acusadas, señaladas y amenazadas en su comunidad.

“Sabemos que todavía llega a nuestras casas esa contaminación. Si esto continúa, no vamos a tener una niñez sana. Es muy preocupante, en nuestra zona de Cartago vemos crecer las enfermedades, problemas de muchos tipos de cáncer y sabemos que puede venir de la contaminación, no sólo del agua, sino de lo que estamos consumiendo a nivel nacional” (Isabel Mendes).

Consejo de Mayores Bröran de Térraba (Foto: Katya Alvarado)

Consejo de Mayores Bröran de Térraba

Desde su conformación en 2012 ha trabajado en el reconocimiento de su papel como autoridad tradicional en el territorio, promoviendo la gobernanza propia y la recuperación de su espiritualidad. Uno de sus logros más destacados es la creación de la base de datos de personas de la etnia bröran, una herramienta para determinar la pertenencia a su pueblo y garantizar sus derechos indígenas, de conformidad con la legislación nacional.

“Esto se lo debemos a la comunidad, al territorio, a muchos mayores que hoy no nos acompañan pero que han dado batallas muy fuertes. Algunos hemos estado detenidos por la defensa de nuestros territorios, hemos estado en las cárceles, hemos estado seguidos por las autoridades (…). Es duro saber que estamos expuestos a la lucha a toda hora, a todo minuto, a todo segundo (…). Pero aquí estamos, queremos seguir adelante, no aflojamos”. (Juan Félix Rivera Gómez)

Consejo Ditsö Iriria Ajkönuk Wakpa de Salitre. (Foto: Kattia Alvarado)

Consejo Ditsö Iriria Ajkönuk Wakpa de Salitre

Es una forma de gobierno vigente desde 1979. Su labor ha sido fundamental en la defensa de los derechos territoriales y la autonomía de la comunidad bribri.

“Este reconocimiento se lo dedicamos a Sergio Rojas Ortiz, líder indígena que fue asesinado por defender los derechos a nuestras tierras”. (Ana Patricia Calderón Figueroa)

“Dada la invasión de colonos no indígenas, que mayoritariamente empezaron a llegar allá por los años treintas a la zona hoy conocida como Buenos Aires, la población bribri se vio obligada a replegarse y desde sus propias posibilidades empezó a defender desde lo profundo de las montañas. Esto los ha llevado a dar una lucha constante contra la destrucción del medio ambiente y sus recursos naturales. Ha tenido que luchar en contra de los colonos no indígenas y del aparato estatal que intenta exterminar todo indicio de la existencia del pueblo bribri”. (Arley Figueroa Morales)

Consejo Iriria Sätkök de Cabagra. (Foto: Kattia Alvarado)

Consejo Iriria Sätkök de Cabagra

Consejo de todos y todas, niños, jóvenes y adultos del pueblo bribri de Cabagra. Es reconocido por su lucha en defensa de las prácticas, cultura y costumbres ancestrales del territorio, velando por la preservación de sus tradiciones y derechos.

“Somos un territorio muy maltratado en distintos aspectos. Hemos sufrido violencia física y estructural del Estado; sin embargo, ahí estamos dándole frente como organización”. (Elí Ortiz Torres)

“He hecho muchas llamadas al Minae por la destrucción que hacen los no indígenas dentro del territorio, talas de árboles, de montañas, donde hay nacientes. Cada año uno ve cómo las aguas se secan. No hay lo suficiente y no hay un límite que el Gobierno, el Estado, ni siquiera la Asociación de Desarrollo Integral (ADI), ponen un alto. La gente no indígena lo único que quiere es dinero, talar y destruir la montaña para meter ganado”. (Clarita Quiel Torres)

Yamileth Fernández Zúñiga y Jason Ríos. (Foto: Kattia Alvarado)

Pueblo Cabécar de China Kichá

En el 2018 empezó el proceso de defensa y recuperación de sus tierras. Han recuperado el 100% de sus tierras ancestrales. La transformación del entorno ha sido producto de este trabajo conjunto, que ha tenido incidencia en el robustecimiento de los bosques y en el regreso de especies que habían sido expulsadas del territorio por la actividad ganadera.

“El sentir es grande porque no sabía yo que así como nosotros luchamos en nuestros territorios por nuestras tierras, hay personas en otros muchos lugares que luchan igual por diferentes causas. Hubo mucha violencia en nuestro territorio, porque nos han despojado de lo que teníamos y lo hemos tenido que recuperar por nuestra generación que viene. Hay otras luchas que seguimos haciendo. Les digo que la lucha vale la pena”. (Yamileth Fernández Zúñiga)

“Me siento como en el territorio, escuchando a los hermanos, escuchando a esos héroes valientes que ponen el cuerpo a esta lucha tan fuerte, donde la vida está expuesta a las amenazas, las tentativas de homicidio, hasta detenciones y también quiero agradecer a las mujeres de China Kichá, que fueron mujeres muy valientes para que hoy nos den este reconocimiento”. (Jason Ríos)

Ricardo Muñoz Ruiz. (Foto: Kattia Alvarado)

Ricardo Muñoz Ruiz

Miembro de la Asociación Ecológica Nido de Halcón, que se ha destacado en la defensa del humedal de Coris de Cartago. Con más de 40 años de trayectoria, el grupo ha denunciado diversas actividades responsables de la degradación del humedal.

“Las luchas ecologistas y ambientalistas realmente son una mierda porque en este país es tal la corrupción que se frustra uno (…). Los que están haciendo el daño son los de plata, los que están comprando las fincas, los que están haciendo el daño con las urbanizaciones y las industrias (…). Recibo una llamada: ‘Mae, ilustre, te vamos a quebrar, ni te arrimés ahí’, me eché lo que tenía que echarme en el cinto, mi cuchillo y me fui. Pero no crean, no es fácil, a veces da miedo porque la lucha ecologista es muy difícil, en los tribunales hay denuncias que duermen el sueño de los justos. A pesar de las amenazas de muerte que he tenido, no se tiene uno que arrugar (…).  No paren de luchar, no paren de denunciar, no paren de gritar por los que no tienen voz, el bosque, el humedal, los animales, las aves, los insectos”.

 

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