Desde el cierre de fronteras por la emergencia del COVID-19, el Ministerio de Seguridad ha rechazado a 13.111 personas que intentaban ingresar ilegalmente al país. Esto representa un promedio de 200 rechazos diarios y triplica los casos usuales que se presentaban antes de la pandemia.
“El trabajo en fronteras es muy complicado. Son 309 kilómetros de fronteras, muy extensa, con una gran diversidad de sistemas geográficos y temperaturas. Los policías han estado trabajando y haciendo un enorme esfuerzo y lo vamos a seguir haciendo”, aseguró el ministro de Seguridad, Michael Soto.
Soto agregó que, en el contexto actual, les gustaría contar con una barrera física que evite el ingreso de extranjeros de forma ilegal.
“En este momento, y con estas circunstancias, quisiéramos tener una barrera de contención física, como un muro, pero no la tenemos. Yo quisiera tener a Costa Rica en una burbuja y darle protección a los ciudadanos que viven en este país, sin importar su nacionalidad. Tengo claro que las fronteras son inventadas por los humanos y que el planeta es de todos, pero estas son circunstancias especiales y extraordinarias”, dijo.
En cuanto al trabajo en la frontera, Soto afirmó que se hace con todo el recurso posible y que evalúan nuevas formas de control. Además, indicó que ningún oficial ha contraído el virus durante sus funciones.
“Lo que tenemos que buscar es estrategias y estamos trabajando en ellas. En estas zonas podríamos tomar algún tipo de medidas diferentes para que, con el recurso que tenemos, podamos contener y sostener. Hemos tenido casos sospechosos donde recurrimos al aislamiento mientras se les hace la prueba, pero hasta el momento no hemos tenido ningún caso positivo en la zona norte”, aseguró.
El ministro de Seguridad también pidió a la población que se informe sobre la situación fronteriza únicamente por medios oficiales o formales, ya que circulan datos en redes sociales que son falsos.
