En lo que va de este año ya se han registrado 5 femicidios, de un total de 22 homicidios contra mujeres, según cifras del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia.
Durante todo el 2019, se contabilizaron en el país 14 femicidios, de un total de 50 homicidios contra mujeres que hubo, según datos de la Fiscalía Adjunta de Género y de la Subcomisión Interinstitucional de Prevención del Femicidio.
Aún está pendiente que la Subcomisión Insterinstitucional de Prevención del Femicidio determine cuántos de esos 22 asesinatos de mujeres registrados hasta el pasado 5 de mayo califican como femicidios. Según se informó, se está a la espera de los informes policiales y periciales.
Se califica como femicidio cuando una mujer es asesinada, por su condición de mujer, usualmente a manos de su pareja actual o pasada, o de otro hombre con quien tuvo una relación de pareja. No es un homicidio común, sino producto de una violencia escalonada y una relación desigual entre la mujer y el hombre femicida.
Además, durante el mes de marzo hubo 9.508 reportes de incidentes de violencia intrafamiliar a la línea del 911 y 8.657 durante el mes de abril, según cifras del Sistema de Emergencias 911. Durante marzo de 2019 hubo 9.152 alertas y en abril del año pasado 9.474.
Asimismo, durante este primer trimestre de 2020, entraron 14.513 casos a los juzgados de violencia doméstica, en comparación con 12.743, que entraron durante el primer trimestre del año pasado, de acuerdo con números del Poder Judicial.
La romantización del “Quedáte en casa”
El encierro está orillando a miles de mujeres a la violencia doméstica, en medio de la situación de emergencia sanitaria por el COVID-19.
Sylvia Mesa Peluffo, quien preside la Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres – Costa Rica, lo denunció así: “Estamos viendo que desde que comenzaron las medidas de contención de la pandemia, se ha producido una romantización del “quedáte en casa” y esa romantización no es buena para las mujeres porque aumenta nuestro riesgo cuando tenemos que convivir con un compañero que es agresor”.
“Al aumentar la cantidad de horas que permanece la mujer con el agresor, aumenta el riesgo de que ocurran episodios violentos; pero además se dificultan las posibilidades de la mujer para buscar ayuda en caso de ser agredidas”, agregó la investigadora en el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
En un reciente foro organizado por la Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres, Mesa refirió que en casi todos los países se han tomado medidas para hacer frente a la pandemia; pero en muy pocos casos éstas han considerado la posibilidad de que hay mujeres que necesitan o necesitarán salir para buscar auxilio, ir a un centro o albergue de mujeres, ir a una institución pública a buscar ayuda, ir a una delegación policial.
“No, todo ha estado centrado en excepciones para ir a comprar cosas o para ir a un servicio médico. No se está contemplando esta situación, dijo Mesa, quien es experta titular de Costa Rica ante el comité de expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belem do Pará (Mesecvi).
Mesa destacó que es clara la necesidad de que se mantengan como servicios esenciales todos los servicios de atención de la violencia contra la mujer, que incluyen los albergues. “En algunos países se han diseñado algunas estrategias nuevas para mantener la comunicación con las usuarias; pero es necesario mantener las puertas abiertas de los servicios porque es a donde las mujeres van a llegar”.
También es necesario implementar nuevas estrategias para que las mujeres puedan pedir ayuda. Si el agresor está en la casa, es muy difícil llamar a una línea de emergencia; y las mujeres tampoco pueden salir. ¿Cómo hacemos para que las mujeres pidan ayuda? Ese pedido de ayuda no va a funcionar si no existen equipos para atender de manera inmediata a la mujer que está siendo agredida”, insistió.
