En el primer día de regreso de la Asamblea Legislativa a sesiones, el presidente legislativo Rodrigo Arias envió una carta al presidente Rodrigo Chaves en la que declinó la propuesta del Mandatario de realizar un debate entre jerarcas de Supremos Poderes, calificándola de «ocurrencia al margen de la Constitución».
El debate propuesto por Chaves desde el pasado 13 de diciembre ya había naufragado desde el 16 de diciembre, cuando el Presidente de la Corte Suprema, Orlando Aguirre, declinó participar en lo que consideró un proceso enmarcado en condiciones de espectáculo antes que de análisis o de legalidad, pero la respuesta de Arias representa la certificación de su entierro definitivo.
Chaves había preparado el terreno en la conferencia de prensa de Casa Presidencial del 11 de diciembre, en la que retó a Arias y a Aguirre a un debate público para “ver qué es lo que ocupa este país” y discutir los desempeños que cada poder ha tenido”, y la concretó dos días después en una carta.
Arias había guardado silencio, pero hoy envió una carta a Chaves en la que recordó al Mandatario que los funcionarios son simples depositarios de la autoridad, que no pueden arrogarse funciones que las leyes no les conceden expresamente.
«Desde esa lógica constitucional, su invitación a un debate que involucraría a los presidentes de los tres Poderes del Estado no deja de ser una ocurrencia que, dicho sea de paso, no tiene antecedentes en nuestra vida republicana ni en la práctica centenaria de las democracias maduras», indicó el presidente legislativo.
Arias también acotó que la propuesta del Presidente Chaves sería una «transgresión evidente» a los principios de la democracia, particularmente al de la división de poderes.
Tanto Arias como Aguirre también advirtieron que la propuesta tiene tintes político electorales, que no son acordes con los cargos que representan los tres jerarcas. «Los debates son propios de las campañas políticas y no del ejercicio del gobierno, razón para lo que fuimos elegidos», resaltó Arias, mientras Aguirre ya había indicado que “el contexto actual, marcado por una creciente efervescencia política y un discurso público orientado a movilizar voluntades electorales, nos exige actuar con extrema responsabilidad”.
Debe recordarse que desde mayo del año pasado, Chaves realiza constantes referencias a “un revolución jaguar”, y a advertir a los diputados sobre las consecuencias en el 2026 en caso de no apoyar las iniciativas de su Gobierno. Posteriormente, insistió en que el país requiere de 40 a 45 diputados “diametralmente opuestos a los que están”, y especificó “muchas Pilar Cisneros, muchas Ada Acuña”. Esto a pesar de que el Presidente tiene prohibición constitucional de participar en actividades electorales.
En una dirección similar, Chaves ya había apelado a debates con una intención más orientada a la opinión pública que a acciones administrativas. Logró la participación de la contralora Marta Acosta en un debate transmitido por redes sociales el 1 de febrero del 2024, con respecto a las observaciones del ente fiscalizador sobre situaciones de ilegalidad en los proyectos para desarrollar Ciudad Gobierno.
Posteriormente, el 19 de junio, dos semanas después de presentar el proyecto Jaguar que pretendía llevar a referendo, intentó recurrir a una carta similar, un segundo debate, esta vez entre la ministra de la Presidencia Laura Fernández y la contralora. En esta ocasión, Acosta declinó participar en un ejercicio más orientado a la opinión pública que al análisis de la legalidad.
La propuesta del debate entre presidentes de Supremos Poderes era, de esta manera, su tercer intento de convertir en espectáculo público los problemas de su gestión al tener que enfrentar la división de poderes en Costa Rica.
