Este lunes se removieron las latas de zinc que rodeaban todos los costados del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa y ahora los directorios legislativos y jefes de fracción valorarán si se instala una valla perimetral, informó a UNIVERSIDAD el director ejecutivo del Congreso, Antonio Ayales.
El director explicó que no serían rejas lo que se instalaría rodeando el edificio, sino una valla perimetral, que estaría abierta 24 horas al día, los 365 días del año, excepto cuando el Ministerio de Seguridad les advierta que deben cerrarla por algún riesgo de seguridad.
Ayales confirmó que hoy se removieron las latas que se mantenían en el sitio “porque había trabajos pendientes”.
Entre las obras pendientes en el inmueble y en sus alrededores mencionó que están forrando por dentro las tuberías de las aguas pluviales, aún se mantienen andamios en el patio central, y se realizan trabajos eléctricos en el bulevar porque están cambiando unas cajas de registro.
Durante varias semanas, numerosos legisladores han consultado el plan a futuro de la barrera de latas de zinc que obstruía el libre acceso de la ciudadanía a los alrededores del nuevo edificio.
Varios diputados y diputadas han criticado que están “en un búnker”, aislados, que la ciudadanía ni escucha lo que hablan los diputados, y que las barras al público también están cerradas y lejos del plenario legislativo.
Con respecto al acceso del público en general al edificio y a las sesiones del plenario, Ayales indicó que hay una barra del público, la cual se mantiene cerrada en este momento por orden del Ministerio de Salud, debido a la pandemia; pero que una vez se permita mediante protocolos, se abriría. La barra tiene capacidad para más de 200 personas y “puede entrar el que quiera”, afirmó.
Mencionó que se está licitando la instalación de una cafetería, desde donde también se podrán observar y escuchar las sesiones del plenario.
Se le consultó a Ayales si fue la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), la que recomendó mantener las latas de la construcción alrededor del edificio por la vulnerabilidad de seguridad que tiene la estructura, a lo que el director respondió: “No, no, nada que ver la DIS”.