País Ministerio de Salud incorpora concepto en esquema de vigilancia

¿Qué es el síndrome de COVID prolongado?

El pasado martes, el Ministerio de Salud incorporó la definición de COVID prolongado en la versión número 17 del lineamiento para la vigilancia de la enfermedad COVID-19, manifestando que estos pacientes no requieren de pruebas persistentemente positivas de RT-PCR para considerar esta condición y no se consideran contagiosos”.  

La autoridad sanitaria definió este síndrome como “el grupo de síntomas y dolencias que ocurren en pacientes que cumplen con la definición temporal de recuperación de COVID-19, pero aún experimentan la sintomatología por más de tres semanas después de la fecha de inicio de síntomas”.

En octubre, Tedros Adhanom Gebreyesus -director de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- ya había alertado sobre COVID prolongado. Durante la conferencia de prensa bisemanal, Gebreyesus comentó que algunos pacientes aún siguen presentando síntomas como cansancio, dolor y dificultades para respirar tras haberse recuperado.

Si bien SARS-Cov-2 -el coronavirus responsable de COVID-19- suele utilizar las vías respiratorias para entrar al organismo, también puede utilizar otras “puertas” y eso se refleja en el conjunto de síntomas. Aparte de fiebre, tos y pérdida del sentido del olfato o gusto, algunas personas presentan fatiga, salpullido en la piel, dolores de cabeza, dolor abdominal e incluso diarrea.

Según el comportamiento de la enfermedad, conocido hasta ahora, estos suelen desaparecer a los 14 días. Sin embargo, se ha observado estos síntomas persisten en algunas personas semanas después de recuperarse, esto incluso en casos de pacientes que la padecieron de forma leve.

Un estudio, publicado en JAMA, describió el síndrome de COVID prolongado en 143 sobrevivientes de la enfermedad en Roma, Italia. Si bien la mayoría no requirió hospitalización, a todos se les dio seguimiento por, al menos, 60 días tras la infección. En este período de tiempo, el 53,1% reportó seguir sintiendo fatiga, 43,4% falta de aire al respirar, 27,3% dolor de articulaciones y 21,7% dolor de pecho.

Investigadores del King’s College de Londres, en un pre-print aún pendiente de revisión por pares, observaron que el 13,3% de un total de 4.182 personas que habían tenido una PCR positiva por SARS-Cov-2 manifestaba no haberse recuperado tras cuatro semanas, mientras que un 4,5% decía lo mismo tras ocho semanas y un 2,3 % incluso tras 12 semanas.

Hipótesis

Las citoquinas son proteínas inflamatorias a cargo de convocar a las células del sistema inmunitario al lugar de la infección para que estas luchen contra los patógenos invasores. En palabras más sencillas: las citoquinas constituyen el escuadrón de primera defensa que da la voz de alerta ante la presencia del invasor.

Como una primera respuesta del sistema inmunitario, las citoquinas crean una inflamación del tejido afectado como barrera física contra el patógeno y, con ello, alerta a las células inmunitarias. 

Sin embargo, los casos graves de COVID-19 presentan una acumulación excesiva de citoquinas -comúnmente llamada “tormenta de citoquinas”- que provoca acumulación de líquido en los pulmones, lo cual priva de oxígeno al cuerpo a la vez que daña tejidos y causa múltiples fallos en los órganos.

Vicente Soriano, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (España) y experto en enfermedades infecciosas, sospecha que la “tormenta de citoquinas” pudiera estar detrás del síndrome de COVID prolongado.

“La tormenta de citoquinas que puede desencadenarse tras varios días de infección por SARS-CoV-2 podría producir una desregulación inmune y ocasionar el empeoramiento clínico y complicaciones en todo el organismo. Esto podría conllevar una activación de la expresión de virus endógenos y cambios epigenéticos que aumentarían el metabolismo celular. Ésta parece ser la patogénesis del síndrome poscoronavírico”, escribió Soriano en The Conversation.

Similar a otros coronavirus

Al igual que COVID-19, un coronavirus es responsable del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y del síndrome respiratorio agudo (SARS), enfermedades que causaron brotes epidémicos en el pasado.

Para ambas enfermedades se reportaron síntomas prolongados. Investigadores canadienses, por ejemplo, dieron seguimiento a sobrevivientes del primer brote de SARS en Toronto y observaron síntomas post-recuperación en ellos como trastornos del sueño, fatiga y dolores musculares.

Asimismo, investigadores coreanos que siguieron la evolución de sobrevivientes del MERS reportaron que el 48% de ellos aún experimentaba fatiga después de haberse recuperado.

Otros lineamientos

En Costa Rica, en la actualización de los lineamientos de vigilancia de COVID-19, el Ministerio de Salud redujo el período de 14 a 10 días en cuanto a los períodos de aislamiento de contactos de casos sospechosos, probables y confirmados. “De esta forma los contactos cercanos de un caso confirmado que no presenten síntomas se pondrán en cuarentena en el domicilio por un espacio total de 10 días, los cuales se contarán a partir de la fecha en que se dio el último contacto con el caso confirmado, informó la entidad en un comunicado.

Esta medida no aplica a cuidadores de personas de riesgo, trabajadores de hogares de larga estancia, centros penitenciarios y trabajadores de la salud, quienes deberán tener una cuarentena de 14 días.

En el caso de las reinfecciones, el ministerio detalló los criterios para determinar cuando un caso es sospechoso, probable o confirmado.

Para determinar un caso como sospechoso pueden darse dos escenarios. El primero se refiere a una “persona con o sin síntomas que haya sido positivo para SARS-Cov-2 por laboratorio y que en un lapso mayor o igual a 90 días -desde la fecha de inicio de síntomas del primer episodio- tenga resultados positivos de RT-PCR o antígeno para SARS-Cov-2”.

En el caso de las personas sintomáticas “se deben descartar infecciones por otro agente infeccioso y se demuestre que haya estado sin ningún síntoma relacionado a la enfermedad entre ambos episodios”.

El segundo escenario corresponde a una “persona que requiere hospitalización por una condición clínica compatible con COVID-19, que haya sido positivo para SARS-Cov-2 por laboratorio con resultados positivos de RT-PCR o antígeno para SARS-CoV-2 después de un lapso mayor o igual a 45 días -desde la fecha de inicio de síntomas del primer episodio-, siempre que se haya descartado infecciones por otro agente infeccioso y se demuestre que haya estado sin ningún síntoma relacionado a la enfermedad entre ambos episodios”.

El caso probable se refiere a un “caso sospechoso en el que se haya identificado claramente un contacto positivo por laboratorio en el segundo episodio que generó el contagio a la persona en estudio o se pueda obtener el Ct (umbral de ciclo) de los resultados de laboratorio de los dos episodios, siempre que estos sean comparables entre sí (misma metodología/kit de diagnóstico, marcadores genéticos) y que sean ambos menores a un valor de 30”.

Por último, un caso confirmado es aquel “caso sospechoso o probable en el que se obtenga la información del genoma completo del virus tanto de la primera como segunda muestra y se pueda determinar que ambos virus son distintos según las orientaciones provisionales para la detección de casos de reinfección por SARS-Cov-2 de la Organización Panamericana de la Salud del 29 de octubre 2020 y sus actualizaciones”.

Sin embargo, el Ministerio de Salud admite que establecer el estatus de reinfecciones confirmadas es difícil en Costa Rica, esto debido a las limitaciones para obtener la secuenciación del genoma de los virus del primer y segundo episodio.

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