Mario (nombre ficticio) de 38 años de edad y vecino de Parrita, intentó quitarse la vida en agosto del 2020 luego de que su entonces esposa le pidiera el divorcio. En ese momento la desesperación y la ira se apoderaron de su mente, sintió que su vida no valía nada y que había perdido todo por lo que había luchado en su vida: su familia.
Él es uno de los pacientes que forman parte de la estadística de intentos de suicidio en la provincia de Puntarenas, la cual ha presentado la mayor tasa de intentos de suicidio por cada 100.000 habitantes en los últimos tres años (2019-2021).
Según datos del Instituto de Estadística y Censos (INEC) proporcionados por el Ministerio de Salud, la tasa de de intentos de suicidio por cada 100.000 habitantes en Puntarenas se ubicó en 76,9 para el 2019; 62,8 en 2020; y 67,2 en 2021.
Esto se traduce en 379 intentos de suicidio para 2019, 313 para el 2020 y 335 para 2021; números que parecen preocupantes para las autoridades de salud, quienes señalan que diversos factores han provocado estas elevadas cifras.
“Estos eventos de salud mental son multicausales, no tienen una sola causa, a menos que sean un tipo de evento que tenga algún componente genético y eso es diferente. El intento de suicidio y el suicidio consumado son multicausales y pueden estar causados por un montón de factores, desde una enfermedad o hasta elementos socioeconómicos, culturales, familiares, comunitarios, entre otros”, indicó la psicóloga de la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud, Carolina Ulloa, quien agregó que entre los factores identificados en esta provincia se encuentran la creación de pandillas, el consumo de sustancias psicoactivas y la violencia.
Por grupo etario, las mujeres son las que encabezan la lista de intentos de suicidio en Puntarenas, aunque no así la de suicidios consumados, en la cual lideran los hombres, según las estadísticas del Ministerio de Salud.
Para el 2020, por ejemplo, se presentaron 196 intentos de suicidio en mujeres con una tasa de 80,3 por cada 100.000 habitantes; mientras para los hombres el número fue de 118 con una tasa de 45,9. En el año 2021, la cantidad de intentos de suicidio aumentó a 204 para las mujeres con una tasa de 83,6 y en el caso de los hombres se elevó a 131 con una tasa de 51,4.
En esta provincia, el cantón de Parrita presenta la mayor tasa de intentos de suicidio por cada 100.000 habitantes para los últimos tres años con 166,4 para 2019; 158,4 para 2020 y 138,6 para 2021.
Factores socioeconómicos
Para la psicóloga de la Dirección de Red Integrada de Servicios de Salud Puntarenas, Ana Gómez, existen diversos factores que inciden en el crecimiento de esta tasa de intentos de suicidio en la provincia, entre ellos la pobreza, el desempleo y la violencia.
“Podemos ver la pobreza, es una población con un desempleo altísimo y un endeudamiento grandísimo socialmente, pues esto crea mucho estrés. (…) Gobiernos que no han podido atinar en el empleo en Puntarenas, ni tampoco en una propuesta real para Puntarenas porque acá la mayoría debe demasiado dinero a estos prestamistas informales, estos gota a gota y otros más. Eso lo vemos nosotros muchísimo en la consulta, eso crea en las personas una depresión, una ansiedad”, señaló Gómez.
De acuerdo con datos de la Encuesta Continua de Empleo del INEC, la tasa de desempleo para la región Pacífico Central en el IV trimestre del 2021 fue de 10,5%. Aunque no es la región con mayor número de desempleo, si es la segunda en cuanto a subempleo, pues para este mismo período el porcentaje de personas ocupadas con subempleo para la Pacífico Central fue de 21,7%, solo por debajo de la Huetar Norte con 22,7%.
Este porcentaje se refiere a personas que recibieron ingresos inferiores al salario mínimo y trabajaron menos de la jornada legal, pero tienen el deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales.
Asimismo, la Encuesta Nacional de Hogares del INEC señala que para 2021 105.514 personas de esta región se encontraban en pobreza, de las cuales 31.547 se encontraban en pobreza extrema.
“También otro factor es la violencia. Muchos tipos de abuso y violaciones van dejando efectos traumáticos en las personas, entonces eso nos acrecienta no tener una salud mental sana y eso es bastante preocupante”, indicó Gómez.
“(…) La violencia, está en aumento en Puntarenas, usted lo puede ver hasta en las tasas de de homicidio que hay, la violencia contra la mujer, contra los niños, eso va en aumento”, añadió.
Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), por ejemplo, para 2019 se presentaron 76 homicidios en esta provincia, cifra que se elevó a 85 para el 2020 y que aumentó aún más para 2021, ubicándose en 105. Esto coloca a esta provincia como la tercera con más homicidios para 2021, solo superada por Limón con 152 y San José con 130.
Por su parte, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elaborado con datos del OIJ destaca que cinco provincias registran un incremento en 2021 con respecto a 2020 en cuanto a homicidios dolosos. Guanacaste y Cartago del 6% y 8% respectivamente, mientras que Heredia (15%), Limón (19%) y Puntarenas (25%) registran variaciones mayores.
Agregaron que el 71% de los homicidios dolosos vinculados a la delincuencia organizada se concentran en las provincias de Limón, San José y Puntarenas, según el Organismo de Investigación Judicial.
Depresión y ansiedad
Los trastornos de depresión y ansiedad son también los más frecuentes entre los puntarenenses, afirmó la psicóloga de la CCSS Ana Gómez, quien destacó que estos están “carcomiendo” a la población.
“Podríamos decir que en Costa Rica tenemos una segunda epidemia y son las enfermedades de salud mental. Esto a nosotros nos está carcomiendo y el COVID vino a acentuar esta situación. Gobiernos que no han podido atinar en el empleo en Puntarenas, ni tampoco en una en una propuesta real para Puntarenas, porque acá la mayoría debe demasiado dinero a estos prestamistas informales, estos gota gota y otros más. Eso lo vemos nosotros muchísimo en la consulta, eso crea en las personas una depresión, una ansiedad”, señaló.
Precisamente, UNIVERSIDAD publicó en el año 2021 que Costa Rica superó el promedio mundial en aumento de trastornos depresivos y de ansiedad debido al impacto de la pandemia, según datos de la revista científica The Lancet,
De acuerdo con la publicación, el país presentó un aumento del 35,2% en el reporte de trastornos depresivos y un 35,6% para los trastornos de ansiedad en el año 2020. Esto lo ubica 7,6 puntos porcentuales por encima del promedio global en trastornos depresivos, así como 10 puntos porcentuales arriba del promedio planetario en trastornos de ansiedad para 2020.
El estudio arrojó también que las personas más afectadas, tanto por los trastornos depresivos como por los trastornos de ansiedad a nivel mundial, fueron las mujeres y los grupos juveniles.
Virar la mirada a Puntarenas
Para la psicóloga de la CCSS Ana Gómez, la situación en cuanto a salud mental que afecta la provincia es preocupante, por lo que ve necesario que el país vire la mirada hacia Puntarenas y que se empiece a trabajar en pro del bienestar de esta población.
“Necesitamos voltear más la cara para Puntarenas, todas las organizaciones, tanto públicas como privadas, y poder revisar un poco más ese tema (de salud mental)”, indicó.
Agregó también que una necesidad de la provincia y del país, en general, es que haya más políticas públicas en cuanto a salud mental.
“Debemos ponernos de acuerdo, porque la gente se está matando. Entiendan, se están matando los ticos, se están matando. Estamos dejando niños desprotegidos, estamos dejando adolescentes desprotegidos y se está construyendo una adolescencia sin herramientas para afrontar las dificultades. Entonces, ¿qué va a pasar con este país si nosotros no ponemos atención a la salud mental, si no ponemos el ojo en estas zonas que están muy vulnerables?”, destacó.
A esta problemática se suma la falta de personal en Psicología para así dar abasto con la atención de los pacientes, indicó.
La pandemia también ha tenido repercusión en la población puntarenense, pues, debido a la atención de la emergencia sanitaria, la institución tuvo que dejar de lado la prevención primaria en cuanto a salud mental, es decir, la relacionada con charlas y talleres. Sin embargo, con la reducción de los casos por COVID-19, se han ido retomando este tipo de actividades.
Lo que no se ha descuidado, asegura Gómez, son las consultas de Psicología tanto individuales como familiares.
“Ya tenemos un poco más de apertura y tenemos que ir trabajando completamente en la salud mental. ¿Y cuáles son los proyectos? Tenemos proyectos promocionales y preventivos con centros educativos, con otras instituciones, pero eso nos ha costado bastante porque nosotros tenemos que ver que este no es un asunto solo de Caja. Esto es una responsabilidad del país y de todas las instituciones públicas y privadas que tenemos una responsabilidad ética y moral”, añadió.
En la misma línea, la psicóloga Carolina Ulloa del Ministerio de Salud acotó que, desde esta cartera, también han desarrollado distintos proyectos para promover la salud mental en la población puntarenense.
De acuerdo con datos de la Caja, a nivel nacional, en los últimos tres años se han registrado 7.219 consultas asociadas a comportamiento o gesto suicida.
La estadística muestra que, entre el 2019 y el 2021, se presentó un aumento considerable en las atenciones de este tipo, al pasar de 1.767 consultas en el 2019 a 3.249 en el año 2021. Las lesiones autoinfligidas intencionalmente tienen un mayor peso en el grupo de edad de 10 a 19 años.
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“Yo entré en un estado de desesperación”
En agosto del 2020, Mario (nombre ficticio) tomó la decisión de quitarse la vida, después de que su entonces esposa le pidiera el divorcio.
En ese instante toda su vida se desvaneció, cuenta. Un divorcio para él significaba perderlo todo: a sus dos hijos y todo lo que había construido con su pareja durante 14 años de matrimonio.
“Pues a mí se me dio como dicen un choque emocional, era algo que no me esperaba, incluso me encontraba preparando la cena para la celebración del Día de la Madre. Yo entré en un estado de desesperación, perder mi hogar, mi matrimonio, mis hijos y fueron reacciones de segundos”, comentó Mario sobre el día en que realizó su primer intento suicida.
Esta fue solo una de las ocasiones en que este hombre de 38 años intentó suicidarse, pues de la mano del divorcio llegaron más ideas suicidas a su mente, las cuales también concretó. En su cabeza había algo claro: no quería vivir.
“Todo esto pasó hasta que tomé la decisión y dije: ‘mi vida vale mucho, mi vida no se acaba en un simple divorcio. Tengo a mi madre, tengo a mis hijos, tengo personas que me quieren, que me aman a mi alrededor. La vida continúa’”, destacó este vecino de Parrita, quien agregó que el ejercicio y enfocarse en el trabajo han sido sus “armas” para salir adelante.
El proceso no ha sido fácil para él, asegura; sin embargo, con el paso del tiempo, la convicción de vivir, la ayuda profesional de personal en Psicología de la CCSS y de sus allegados, Mario ha ido superando ese oscuro capítulo de su vida.
“Del 100%, a este momento he logrado superar un 85%; hay un 15% que me deja ahí, que no he podido concretar. Pero a como voy siento que tal vez a la vuelta de un año o menos ya lo logre superar. Hay una herida que va sanando poco a poco, pero ya no es lo mismo a como era antes”, finalizó este hombre, quien comentó que tiene seis meses con su actual pareja, con quien se encuentra agradecido por el cambio positivo que ha traído a su vida.
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