- La regla fiscal es un punto clave para un eventual apoyo del PUSC a las reformas tributarias.
El rompimiento del quórum fue la tónica de esta tarde en el Plenario Legislativo, lo que desembocó en un intenso enfrentamiento entre las bancadas del Frente Amplio (FA) y del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) cuando se discutía el expediente 20.179, que contiene la reforma constitucional para una regla fiscal, impulsada por la bancada rojiazul.
Los diputados del PUSC acusaron a los frenteamplistas de frenar el proceso de discusión del documento a través de ausencias en distintos momentos de la sesión de esta tarde, ante lo que los aurinegros mostraron su indignación al considerar que esa nunca ha sido su estrategia y que los rompimientos del quórum también podían reprocharle a la ausencia de otros diputados.
Las principales quejas socialcristianas llegaron por parte de los diputados Luis Vásquez, Jorge Rodríguez y el propio jefe de fracción, William Alvarado; quienes apuntaron las ausencias de varios congresistas del FA que frenaron la dinámica legislativa en distintas ocasiones.
En esta línea, el diputado Vásquez calificó la actitud de los frenteamplistas como “una falta de compromiso” con la contención del gasto y la gestión legislativo; a lo que añadió la importancia de la reforma “si queremos discutir los proyectos fiscales”.
A las palabras de Vásquez se sumaron las del jefe de fracción Alvarado, quien apeló a la bancada frenteamplista para que se sumara más activamente a la discusión, de modo que pudiera argumentar sus puntos en contra de la iniciativa y así continuar con la dinámica en el Congreso.
“Esto es lo que se hace en el Parlamento, venimos a escuchar argumentos, por qué esta reforma constitucional que nosotros planteamos no es adecuada”, dijo Alvarado.
“Sé que tienen 44 mociones porque quieren implementar gasto público pero no quieren una manera de establecer reglas para que no se siga jugando con los recursos públicos”, subrayó.
Ante las palabras de los diputados socialcristianos, el diputado y hasta hace unos días candidato presidencial del FA, Edgardo Araya, calificó como “demagogia pura” los argumentos de la bancada socialcristiana, pues interpretó que pidieron a su fracción aligerar un proceso que no dependía únicamente de ellos y al que igualmente se oponen.
“Ustedes quieren el garrote para darle por la jupa al pueblo y quieren que además nosotros, que defendemos al pueblo, le sostengamos la cabeza al pueblo para que ustedes le den por la jupa”, dijo Araya.
“Traigan a su gente, si ustedes quieren eso enfrenten la responsabilidad política y traigan a su gente, mientras tanto no vengan a reclamarnos nada porque nosotros no queremos cooperar en la garroteada a la gente, yo veo ahí curules vacías del PUSC”, agregó.
Por su parte, la congresista Patricia Mora reiteró que no fue únicamente responsabilidad de su fracción del Frente Amplio los constantes rompimientos del quórum, aunque —como lo dijo su jefe de fracción Francisco Camacho— aceptó que se oponen a la reforma fiscal planteada por el Gobierno y, por tanto, a la regla impulsada por el PUSC.
El expediente 20.179, cuyo contenido es el establecimiento de una regla fiscal a través de reformas en los artículos 176 y 184 de la Constitución Política, es una de las principales propuestas del PUSC en la recta final de este periodo y, además, representa una ficha clave en las negociaciones internas con el PAC y el PLN para una posible aprobación de las reformas tributarias, ya encaminada por esas fracciones.
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Ante ambas porpuestas, los frenteamplistas han asegurado que no cederán para ninguna de las aprobaciones, especialmente de los impuestos regresivos.
Proyecto clave
La discusión de la regla fiscal supone un proyecto clave para que la bancada del PUSC colabore con la aprobación de la reforma fiscal impulsada por el Gobierno en su último intento de paliar la situación financiera que aqueja el país, cuyo déficit apunta a un 7,1% de la producción este año y a un 7,9% el siguiente.
Así lo confirmó a UNIVERSIDAD la diputada Rosibel Ramos, quien fue enfática en el hecho de que, sin la aprobación de la regla fiscal al menos en primer debate, no habrá anuencia de su partido para permitir nuevos impuestos. “Dando y dando, hay que ponerle límite al gasto”, dijo.
El apoyo del PUSC es fundamental para poder dar un procedimiento de vía rápida a la reforma tributaria, un procedimiento para el que se requiere el voto favorable de 38 diputados. Con la anuencia del PAC, el PUSC y el PLN ese número se cumpliría.
Ante esta situación, el oficialista Solís comentó en el Plenario que desea que se pueda “encaminar” el proyecto, “dando señales de que el gasto público debe tener límites”.
La propuesta de regla fiscal establecería reformas constitucionales —aplicables a largo plazo— para que los gastos no presupuestados por la Administración Pública no excedan los ingresos corrientes, algo que debería empezar a implementarse gradualmente hasta equilibrarse en un lapso de cinco años después de su aprobación final.
Ante esta iniciativa, el diputado Edgardo Araya del FA subrayó que “por cada punto porcentual que se intente disminuir a la fuerza, habría que echar a 15.000 personas a la calle o incumplir obligaciones, como si por ley se pudiera decretar que no va a haber déficit”.
“Esto es una cosa para que la Unidad se luzca y el peaje que cobra la Unidad para meterse con Liberación y con el PAC con una reforma fiscal absolutamente regresiva, que no pone a pagar al rico como rico y al pobre como el pobre, no es aislado”, puntualizó.
