La intención de diputadas y diputados de nombrar a José Figueres Ferrer como “héroe de la paz” encontró oposición entre profesores de la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes consideran que el expresidente no cumple las características que le quieren atribuir en la Asamblea Legislativa.
La catedrática de la Escuela de Estudios Generales, Macarena Barahona Riera, recordó la participación de Ferrer durante la guerra civil de 1948, por lo que “no es moral darle el título que se le pretende entregar”.
“Figueres inicia su vida política haciendo un golpe de Estado militar, reuniendo armas, conspirando antes del 48, con mercenarios centroamericanos y caribeños, y con eso podemos vislumbrar qué tipo de líder militar fue. En la guerra civil murieron más de dos mil personas y dirigió la junta militar que empezó a perseguir a todos los bandos perdedores”, dijo.
Barahona agregó que las acciones del exmandatario lesionaron derechos fundamentales de muchos costarricenses, lo que atenta contra la paz.
“Expulsó a todos los trabajadores del sector público, empleados de hospitales, del sistema judicial, sin ningún tipo de derechos, dejó en la miseria a muchísimas familias que dependían de estos salarios; eso es violencia política, económica y social. Proscribió a todos los sindicatos, al partido comunista, se tuvieron que exiliar miles de personas a diferentes países”, enumeró.
Junto a esto, los hechos conocidos como “los asesinatos del Codo del Diablo”, donde murieron seis presos políticos, se elevan como otra sombra sobre la posible designación.
“Él era el presidente de la junta militar cuando estos prisioneros son sacados de la cárcel y asesinados, la responsabilidad número uno viene del jefe militar, la orden salió de la junta militar. Esa era la línea de mando, no hay horizontalidad, era un dictador que estaba en todas las decisiones”, afirmó Barahona.
El mito de la abolición del ejército
Si hay un hecho que ha acompañado la figura de José Figueres Ferrer como propulsor de la paz es el de la abolición del ejército en 1948. Sin embargo, para el profesor de la Escuela de Historia de la UCR, Iván Molina Jiménez, esta hito tuvo un desarrollo diferente.
“El ejército costarricense, desde inicios del siglo XX, venía en un proceso de desfinanciamiento y, por tanto, hacia la década de 1940 era un ejercito atrasado, con armas que no servían. Eso explica el éxito militar de Figueres, quien había conseguido armas de la Segunda Guerra Mundial, mientras que el costarricense tenía mucho tiempo de no renovar sus equipos por este proceso de desfinanciamiento. Lo que Figueres abolió en 48 fue un ejército que prácticamente no era funcional”, explicó.
Ante esto, según Molina, al disolverse también el ejército de Liberación Nacional, Figueres Ferrer eliminó “una preocupación” que podría pesar en su contra.
“Lo hace en un sentido político, dirigido a eliminar al ejército como un actor político a futuro, eliminar un competidor político para los años siguientes. Uno no debería ver la abolición en los términos humanistas que se le da sino también en el interés político inmediato”, afirmó.
El historiador argumentó que la intención de nombrar “héroe de la paz” al expresidente es, a su criterio, una muestra de la lucha política que se desarrolla a lo interno del Partido Liberación Nacional.
“El reconocimiento lo que procura es que el tema de la paz no pueda ya ser explotado, política o electoralmente, por el Arismo y que ahora pueda ser explotado por el Figuerismo. Declarar a Figueres de esta forma bloquea cualquier declaración similar con Oscar Arias”, dijo.
Tanto para Barahona como para Molina, la discusión “ofende a las víctimas del 48 e ignora la violencia perpetrada durante dicha época”.